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La construcción social del amor

Las maneras en que se han construido y se construyen las relaciones sentimentales. | Leonardo Bastida

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Escrito en OPINIÓN el

Globos en forma de corazón, de múltiples tamaños, mientras más grandes y más rojos mucho mejor, posiblemente aderezados con alguna frase de amor hasta la eternidad; cajas de chocolates; rosas rojas acomodadas de múltiples maneras; figuras de peluche, la mayoría de ellas cargando un corazón rojo profundo; diversos platillos culinarios como pizzas, hot cakes, pasteles, tartas, entre muchos otros, también con forma de corazón, son parte de la gran gama de productos que se ofrecen en estos días en muchos establecimientos comerciales a propósito del 14 de febrero, Día del amor y de la amistad.

Lo anterior, sin tomar en cuenta que en muchos restaurantes habrá espectáculos y ofertas especiales “para los enamorados”, menús únicos, serenatas, mesas rodeadas con pétalos de rosas, botellas de vino, luces de velas, y múltiples componentes más que permitirán avivar ese sentimiento profundo e inigualable.

El comentario más común es que toda la parafernalia existente alrededor del 14 de febrero responde a intereses meramente comerciales, pero, valdría la pena preguntarse si ese es el único motivo por el cual, año con año, se repite este ritual del día de los enamorados; o si hay algunas otras razones de fondo, como, por ejemplo, el interés de un sistema sociocultural por dictar que debe y que no debe ser permitido en el terreno de las relaciones amorosas; y cómo pueden o no conformarse las relaciones sentimentales.

De reciente aparición, el libro "Amor, desamor y modernidad. Régimen de una educación sentimental en México y América Latina (1900 – 1950)", coordinado por la Dra. Oliva López Sánchez de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala de la UNAM, plantea una serie de cuestionamientos a las maneras en que, de manera, implícita y explícita, a través de diferentes mecanismos, ha sido “educada” en los terrenos de los sentimientos, sobre todo, el amor, el gran grueso de la población.

Uno de los primeros conceptos que nos plantea la investigadora es el de amor romántico, ampliamente discutido, constantemente debatido y rechazado, pero que en la realidad cotidiana ha impactado en las relaciones de pareja, el matrimonio, la sexualidad y la familia hasta el día de hoy. Aunado a la fuerte tradición católica presente en la sociedad mexicana, y latinoamericana en general, auspiciadora de una doble moral, de una sexualidad restrictiva y de un férreo control de las emociones.

Por otra parte, la co fundadora de la Red Nacional de Investigación en los Estudios Socioculturales de las Emociones, explica que para ubicar la construcción de estos discursos en torno al amor es necesario hacer uso del análisis de las emociones a través de la historia, y sus vertientes interesadas en la cotidianidad, la intimidad, la vida privada, pero que no por esa difuminación en el espacio interno dejan de ser temas de relevancia social.

Por el contrario, la también coeditora de la colección Emociones e Interdisciplina, considera que a través de la investigación de los diferentes medios por los que se propiciaba la educación sentimental de las poblaciones es posible entender como se inmiscuyeron en el tema del amor las doctrinas religiosas, el Estado, los nacientes consorcios capitalistas, la ciencia, en alto grado, la médica, y el derecho. Haciéndose presentes a través de la búsqueda de la perpetuación de la especie por medio de la instauración del matrimonio como la vía legítima de la constitución de las familias nucleares monógamas con fines procreativos, o la regulación higiénica del cuerpo, la división sexual del trabajo, la moralidad, la jerarquía social, el uso del tiempo y la orientación estética y sensible.

La historia de las emociones ha sido abordada desde diferentes puntos de vista teóricos, predominando la historización de las experiencias y los estándares emocionales que las sociedades han construido. Más, en esta ocasión, se marca una distancia con respecto a los trabajos elaborados en otras regiones del mundo, como Europa o Estados Unidos, donde pervivía la cultura de la escritura de los diarios personales, y, por tanto, las fuentes de información son más amplias, que en América Latina, donde no existía esta cultura, salvo en ciertos sectores de la sociedad, pero si había ciertos elementos como publicaciones e imágenes que daban “orientación” a la población sobre como llevar a cabo su vida sentimental.

Subdividido en tres grandes apartados: reminiscencias del amor romántico en los lenguajes y prácticas de la intimidad a inicios del siglo XX en América Latina; el des-orden del amor romántico en el siglo XX: violencia, muerte y locura por amor, y amor romántico: industrias culturales, funciones pedagógicas, acciones individuales y políticas. El libro nos invita a reflexionar sobre las maneras en que se han construido y se construyen las relaciones sentimentales e incita a pensar en un segundo volumen que abarque la apertura social a la diversidad sexual y los mecanismos de la industria cultural como las redes sociales, las aplicaciones digitales de citas, los reality shows, los influencers y un sinfín de nuevos artilugios que refuerzan, eliminan o renuevan la educación tradicional sentimental de nuestra sociedad.