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La conformación del eje del mal

Lo que ocurra influirá en los derroteros de la política latinoamericana. | Ismael Jiménez

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Escrito en OPINIÓN el

El mapa geopolítico, poco a poco se está modificando. Cierto, aún no hay nada definido, pero lo que está ocurriendo dará paso a nuevas regiones de influencia política y económica en el concierto mundial.

En América Latina, se está configurando lo que, para las derechas del continente, es el “eje del mal”. Las democracias latinoamericanas, poco a poco se han inclinando hacia gobiernos de corte más social, que no socialista, ni comunista, que las ultra derechas se empeñan en llamar “populistas y dictatoriales”.

Para los grupos manipuladores de los medios de comunicación y del consevardurismo, el gobierno mexicano comienza jugar un papel de líder en el continente que apoya y reinvindica a los gobiernos de este corte, bajo la sombra de acrecentar el número de países con ese corte ideológico cuando se elijan mandatarios en Chile y Brasil.

Lo que esos gobiernos están intentando, es mantener y promover un desarrollo más social, equitativo, inclusivo e igualitario en sus países. Y para ello, en muchas ocasiones, deben enfrentar el poder del capital financiero y empresarial que no siempre están alineados al desarrollo social y el de las comunidades, y que, en muchas ocasiones, aprovechan las lagunas o deficiencias legales que les permiten operar con impunidad. Por ello, cuando son señaladas por alguna irregularidad, declaran actuar en el marco de la ley y conforme a derecho.

Pero el foco no es ese, los preocupados por el avance del eje del mal, observan con pánico como China y Rusia, avanzan en influencia sobre los países de la zona; quizás por eso, aseveran que los gobiernos populares de Latinoamérica son comunistas. Pero Rusia es hoy una federación y China, es el segundo motor del comercio mundial capitalista.

Lo que sí está ocurriendo, es una fuerte confrontación verbal y de ejercicios militares en el Sudeste Asiático y Oriente Medio. La presencia militar de Rusia en Siria, ha servido para contener la influencia del ejército de Estados Unidos que junto con Israel defienden las fronteras del Golán. Territorio que los países musulmanes están dispuestos a recuperar.

La reinvidicación del gobierno de Bashar al-Ásad en las elecciones de mayo pasado, en Siria, son una muestra del peso que ganó Rusia en la zona, quien está otorgando apoyo balístico al gobierno de ese país para enfrentar a Daesh, grupo apoyado por el ejército norteamericano.

China por su parte, ha realizado un intercambio de ataques con el gobierno de Biden que van desde el comercial y el espionaje cibernético, hasta la advertencia para que los buques de guerra americanos, abandonen las aguas territoriales del gigante asiático a razón de ser atacados. Amén de la disputa abierta que todos los días cobra fuerza por la autonomía de Taiwán de donde, ni los Estados Unidos, ni sus aliados, piensan retirarse.

El mundo árabe por su parte, está en franca confrontación con Israel quien en días pasados bombardeo Beirut y los territorios ocupados de Palestina. Irak, Siria, Irán, Líbano y los países del norte de África han incrementado su confrontación verbal con el gobierno judío ante lo que podría presagiar una escalada bélica mayor.

Habrá voces que señalen que la región está constantemente en confrontación; sin embargo, las condiciones actuales tienen algunos rasgos distintos a otros episodios.

En primer lugar, la pandemia no sólo amplió las diferencias entre países, también los ha confrontado, no sólo en el terreno de la producción de vacunas; existe una guerra tecnológica en la que cada una de las naciones China, Rusia, Estados Unidos y Reino Unido, pretenden hacer prevalecer su liderazgo e influencia a nivel global.

A lo anterior, se suman las ya viejas disputas como la energética en donde China y Rusia junto con Irán, han ganado espacios en medio de la pandemia, mientras que occidente, comenzó su batalla para imponer la tecnología de las fuentes renovables.

Otro factor que hace distinto este momento, son los ejercicios bélicos que cada uno de los países están ejecutado. China y Rusia realizaron el día de ayer un ejercicio conjunto con más 10 mil efectivos, algo nunca visto. Mientras que Estados Unidos y Seúl, realizaron ejercicios balísticos el pasado fin de semana en las fronteras con Corea del Norte.

De manera sistemática, cada país ha realizado ejercicios lazando misiles o sobre volando los espacios aéreos de sus adversarios en los que las fuerzas aéreas enfrentadas, han estado a un céntimo de colisionar.

El escenario de esas maniobras, son las aguas y cielos de esa parte del mundo, por ello, de este lado, no nos percatamos de la escalada armamentista que se está configurando en Asia y Oriente Medio que es aderezada con la reaparición del Talibán en Afganistán luego de la salida de las tropas estadounidenses de ese país.

El eje del mal sí se está configurando, pero a miles de kilómetros de aquí. Por su puesto, lo que ocurra allá, influirá en los derroteros de la política latinoamericana, pero no la cambiará, pues el presidente de México ya dejó claro que nuestro lugar, está al lado de los Estados Unidos.