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La comandancia del Ejército Mexicano

Crear una Comandancia permite observar de forma sistemática y puntual sus retos y desafíos. | Jorge Lumbreras

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Escrito en OPINIÓN el

La creación de la Comandancia del Ejército Mexicano pone en sintonía a la Secretaría de la Defensa Nacional y al Estado mexicano con estructuras reconocidas internacionalmente, se trata de un proceso de modernización que racionaliza sus funciones. En México el Secretario de la Defensa Nacional tenía y cumplía por lo menos con tres grandes funciones. 

La primera como Secretario de Estado, es decir la responsabilidad y dirección de los asuntos relativos a planeación del desarrollo, programación, presupuesto y vigilancia de los recursos públicos, informes de Gobierno, informes de ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, Transparencia y Acceso a la Información, relación con el conjunto de Secretarías del Estado, entre otras no menos relevantes, funciones que por definición son obligaciones al seno de la Administración Pública Federal además de las relaciones institucionales con Estados y Municipios. 

La segunda función consistía en ejercer la Comandancia del Ejército mexicano, es decir, el desarrollo de las misiones que la Constitución y las Leyes le establecen en seguridad nacional, defensa exterior y seguridad interior, entre otras no menos relevantes como la asistencia a la población en casos de desastre y realizar obras de carácter público. Por tanto, el Secretario de la Defensa Nacional tenía que asumir completa y directa responsabilidad de la coordinación de las zonas, regiones y guarniciones militares en todo el territorio, así como la disciplina militar y el adecuado ejercicio y control de los recursos humanos, materiales y financieros. 

La tercera función puede describirse, en ejercer el Alto Mando de la Comandancia de la Fuerza Aérea y desde luego del Ejército mexicano. En el diseño institucional anterior a los recientes cambios, ocurría que la Fuerza Aérea sí tenía una Comandancia, al modo que ocurre en múltiples países del mundo, mientras que el Ejército tenía al propio Secretario de la Defensa como Comandante, como Alto Mando de las fuerzas de tierra y aire y como Secretario de la Defensa Nacional.  

Dada esta simultaneidad de funciones, hace tiempo, se había planteado la necesidad de emprender un proceso de modernización en las estructuras, organización y responsabilidades específicas de las Fuerzas Armadas, en otras palabras, mejorar su trabajo, su diseño y su capacidades. En la presente administración esta iniciativa encontró una respuesta y una decisión afirmativa en el Presidente de la República. Por ello, se creó la Comandancia del Ejército Mexicano, quien lo conduce tendrá ahora las misiones y responsabilidades ya señaladas y de garantizar el adecuado funcionamiento de todas las instalaciones militares, personal y recursos. 

Desde luego que el Estado Mayor del Secretario de la Defensa se mantiene para auxiliarlo en diferentes responsabilidades, léase obligaciones como son la doctrina, la educación, la inteligencia, la operación, la logística y otras  áreas relevantes que le permiten tomar decisiones, planear el futuro y responder con celeridad a las coyunturas cotidianas que enfrentan las fuerzas armadas en el territorio nacional. El Estado Mayor del Secretario tiene funciones distintas a ejecutar directa u operativamente las decisiones, se trata en cambio, de un cuerpo altamente especializado, con experiencia probada y de alto rango, que acompañan al Secretario en sus funciones constitucionales y legales, que supervisan el cumplimiento de las órdenes y integran la información de las áreas que sí son directamente responsables. 

Por otra parte, ha de señalarse que en el mundo existe una normalización o si se quiere una estandarización de las estructuras, funciones y rangos militares, que establecen, por ejemplo, que en China y México un Coronel es un mando militar; se trata de un lenguaje castrense común que identifica a las tropas y a la oficialidad. Sobra decir, que en la diplomacia militar, los ejercicios militares conjuntos y otras experiencias de trabajo y formación académica internacional se requiere definir los rangos de cada uno de los elementos militares que participan y representan a los Institutos Armados de sus respectivas naciones. Este tipo de acercamientos, diplomacia y estudios entre los Ejércitos tiene por lo menos dos mil 500 años de existir. 

Lo anterior viene al caso porque cuando se celebran reuniones internacionales, por ejemplo de ministros de defensa, por parte de México asiste el Gral. Secretario de la Defensa nacional cuyo rango es homólogo a sus pares internacionales; sin embargo, cuando estas reuniones convocaban a los comandantes de los Ejércitos, resultaba que México también era representado por el Secretario de la Defensa Nacional, porque no existía una Comandancia del Ejército Mexicano, lo que a su vez provocaba un cambio en los protocolos del país sede, pues un General de cuatro estrellas tiene un recibimiento y nivel de interlocución distintos a un General de dos o tres estrellas. Las estrellas son insignias que exponen un nivel de mando, de jerarquía en el estamento militar, méritos y trayectoria, a la par de la capacidad de tomar decisiones en apego al orden jurídico.  

Por tanto, lo que se busca con la creación de la Comandancia del Ejército es perfeccionar el desempeño del Instituto Armado al seno de un proceso de modernización institucional que se corresponde con los principios, estructuras y funciones de los países desarrollados del mundo. En ese marco, las narrativas que hablan de concentración del poder en el Secretario de la Defensa muestran que quizá leyeron con algún sesgo la creación de la Comandancia del Ejército o de plano se aproximan a la mala fe; por otro lado, quienes hablan de concentración de funciones, omiten su evidente descentralización y quienes se refieren a que se toman rutas tendentes a la militarización, simplemente debieran conocer cómo se integran las Fuerzas Armadas en los países avanzados, abiertos y democráticos con que gustan compararnos un día sí y otro también. 

Se ha dado un paso fundamental para modernizar el instituto Armado, manteniendo su doctrina, educación  y disciplina. La columna vertebral del Ejército Mexicano está en sus valores de honor, valor, sacrificio y debida obediencia. Crear una Comandancia permite observar de forma sistemática y puntual sus retos y desafíos, plantear soluciones para el presente y el provenir, y darle una mejor estructura institucional para servir a la nación.

*Dr. Jorge A. Lumbreras Castro

Académico de la FCPyS-UNAM