Constantemente me topo con una disyuntiva: Hablar de la era digital con el riesgo de que se espere de mi una opinión técnica o abordar el tema desde el punto de vista social que es el que me apasiona; sin embargo, el simple hecho de hablar de gadgets y redes digitales hace que el lector y los invitados a las charlas, cursos y conferencias que he impartido piensen inmediatamente en cuestiones técnicas.
Debo aclararlo: No soy ingeniero, no entiendo cómo funcionan los celulares ni las tablets, las computadoras son para mí un terreno vedado, lo que sí conozco a profundidad y he estudiado a fondo me ha otorgado una visión futura de nuestra realidad.
Me apasionan los fenómenos sociales, me encanta observar los comportamientos de los individuos en situaciones de todo tipo, desde el experimento de la cárcel de Stanford dirigido por Philip Zimbardo hasta el maravilloso estudio del comportamiento de la obediencia de Stanley Milgram en la Universidad de Yale inspirado por los juicios de Nuremberg y en concreto por la defensa de Adolf Eichmann que aseguraba que su cliente había cometido los terribles crímenes que cometiópor seguir órdenes de un superior jerárquico.
Dentro de este contexto debo mezclar, como en una licuadora, mi contexto personal, como si fuera un relato del Gonzo HunterThompsiano en donde el individuo que observa participa a la vez y brinda una visión irrepetible del fenómeno como mi ateísmo a pesar de los milagros constantes que se suceden en mi caminar cotidiano (Dios no me permite estar en paz con mi ateísmo) y la literatura maravillosa a través de la cual he conocido a algunas y algunos autores que me han marcado en temas varios que se han convertido en pasiones vitales como la equidad, la identidad, la pertenencia, entre un sinfín de etcéteras en donde la justicia como concepto tiene un lugar inesperado y sobre todo… problemático.
En este lugar y con ese contexto, con la visión de que tanto el arte como las ciencias así como la inherente espiritualidad del humano, es que puedo asegurar los impactos futuros que la tecnología traeráa nuestras vidas.
2015 será el año en donde las redes sociales digitales se establecerán como los canales más importantes para la interacción humana. El consumo, la publicidad, la política, los juegos, el sexo y sobre todo la comunicación e interacción entre individuos se darán a través de redes cada vez más comunes y accesibles para todos. En cuanto al consumo y a la publicidad veremos que surgiráuna nueva forma de discriminación: La de la publicidad.
Redes como Facebook y Twitter que avanzan cada día más en la segmentación de los individuos y el estudio de sus hábitos de consumo y sus costumbres. La publicidad también tendráque cambiar para ofrecer una nueva forma de entretenimiento pero sin duda serátambién una forma inesperada de estratificación socioeconómica, es decir, el “dominio popular”o el vox populi desaparecerán, para ilustrar invito a imaginar que solamente el sector de la población que tenga el poder adquisitivo para comprar una Cheyenne conociera la famosa frase de la camioneta, es decir, los publicistas tendrán que especializarse en nichos, productos y clases socioeconómicas y la sociología, la historia y sobre todo los realizadores jugarán un papel fundamental en la nueva publicidad que será más parecida a una historia que un afiche que te dice simplemente “compra”, tal vez nos acerquemos lentamente a la desaparición del “call to action”primario y estemos en la antesala de una publicidad pulpo que todo lo toca.
La necesidad de juzgar, evadir, evitar, vivir, extraer, adquirir e incluso morir al momento ocasionada por el actual fenómeno de inmediatez que nos ha alejado del buen hábito de la reflexión y el análisis nos convertiráen una sociedad aun más fría y alejada, más estructurada, aquellos rebeldes y poetas serán los niños de hoy que no tengan frente a ellos un iPad y sigan viendo animales y personajes en las nubes mientras viajan con sus padres, los pequeños que se diviertan en un parque o un jardín por el simple hecho de correr y conocer a otros niños sin necesidad de la extraña nueva moda de planear actividades para su disfrute, es decir, la sociedad futura seráuna sociedad expedita en su totalitarismo sin juicio social más que el dictado por las circunstancias por eso considero que es urgente tanto la profundización en el estudio y la regulación subsecuente del uso y acceso de la tecnología para los niños, es decir, al obsequiarles un iPad les privamos de un derecho universal que es el jugar con la tierra, el efecto mariposa seráde niveles extraordinarios…y terribles.
Veo un mundo desechable y sin contexto, sin pasado y terriblemente frágil pero también veo que estamos muy a tiempo, casi justo, nuestro reloj del fin del mundo no deberámarcar la hora cercana a la medianoche por la nueva carrera armamentista que ya se da en las grandes potencias y las emergentes sino en el descuido magnífico por el embeleso de nuestras generaciones futuras por creernos tan magníficos como Ícaro…