Me es muy difícil llegar a una opinión contundente sobre el trabajo del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera. Hay días que aplaudo su labor y hay días en que su actuar me revuelve el estómago. Más allá de opiniones personales acerca de Mancera, me confunde la manera en que adopta posicionamientos y políticas públicas muchas veces contrariadas con decisiones y opiniones previas. Mancera es bipolar.
El conservador vs el liberal.
No es sorprendente que un político mexicano busque acercarse a la iglesia católica y tomarse la foto en el Papa; yo diría que es la norma. Lo que me parece curioso es que lo haga un hombre que haya apoyado las causas LGBTTTI, el derecho de decidir de la mujer otras causas liberales (por no decir de “izquierda”). Es muy confuso ver a un promotor de la legalización de la mariguana preparando el escenario para darle una bienvenida faraónica al Papa Francisco.
¿El Rey peatón?
Mancera ha apoyado políticas públicas para mejorar la movilidad en la Ciudad de México. El nuevo reglamento de tránsito (con todo y sus controversias) está basado en mejores prácticas internacionales y ha sido avalado por expertos nacionales en movilidad, también han sido bien recibidas decisiones para ampliar la red metrobús y su apoyo al desarrollo de más ciclovías, ha llenado la ciudad de “parques bolsillos” (unos mejores que otros) y ya vemos las famosas “cebras” del rey peatón por doquier.
Curiosamente este tipo de acciones contrapuestas a las políticas inmobiliarias de la ciudad y a proyectos urbanos como Masaryk, “Shopultepec” y la ahora controvertida “Gran Rueda de la CMDX” nos hace dudar de su vocación al desarrollo urbano responsable.
Le queda relativamente poco tiempo a Mancera para posicionarse efectivamente para el 2018, si bien ha tomado acciones que le han dado “gusto” a distintos sectores de la sociedad no la logrado formar una masa crítica o base electoral. Si vemos encuestas la única intención de voto que tiene nuestro Jefe de Gobierno es una ya muy reducida base PRDista. Sería un momento importante para que el Jefe de Gobierno decida cómo quiere ser visto y recordado por los capitalinos.