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La alternativa es construir mejor ciudadanía

Debemos cambiar las viejas formas de hacer política que asfixian la vida democrática.

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Escrito en OPINIÓN el

La relación de los gobernantes y los partidos con los ciudadanos está desgastada por la desconfianza y la incredulidad de la gente en la política. Sin embargo, también enfrentamos una baja calidad de ciudadanía; lo que da como resultado un círculo vicioso que el PRI en el DF propone superar con una agenda innovadora de participación de hombres y mujeres en tareas para solucionar los problemas de su comunidad.

 

El más reciente estudio de Consulta Mitofsky, Así es México 2014, señala que durante los tres últimos años, las evaluaciones ciudadanas hacia sus gobernantes (presidente, gobernadores y alcaldes) han caído, ubicándolas como algunas de las aprobaciones más bajas en muchos años: entre el 45 y el 57 por ciento. Asimismo, advierte que el rechazo al desempeño de los partidos políticos oscila entre el 25 y 34 por ciento.

 

Por otro lado, el Informe País 2014, elaborado por el Instituto Nacional Electoral (INE) y El Colegio de México (Colmex), reveló que sólo una de cada diez personas participa en reuniones de cabildo municipal y delegacional y el 72% de los mexicanos dice que no se puede confiar en la mayoría de las personas.

 

La Ciudad de México no es la excepción. De hecho, la desconfianza interpersonal rebasa la cifra a nivel nacional (75%), el desempeño del gobierno central así como el de los delegacionales ha sido, en los últimos 18 años, vertical, corrupto e insensible a las demandas ciudadanas, mientras que las disputas al interior y entre los partidos han dificultado el diálogo con los ciudadanos.

 

Este fenómeno es más que un simple estado de ánimo. Es un problema de carácter estructural que nos obliga a atenderlo con urgencia y responsabilidad. Requiere un cambio de fondo que permita sumar esfuerzos de partidos y ciudadanos.

 

En el PRI tenemos la convicción de que estamos frente a un cambio de época marcada por el impulso de una democracia con ciudadanos mejor organizados y más demandantes. Como lo había advertido Carlos Pereyra, el sujeto de la historia de fines del siglo XX y principios del XXI sería el ciudadano propositivo.

 

Por ello, proponemos un cambio de fondo: Pasar de la queja a la acción, hablar de las corresponsabilidades en una democracia, esto es construir ciudadanía.

 

Hablamos del ciudadano que entiende que reclamar no es agraviar, que se puede cuestionar sin agredir, que coincidir no obliga a callar y que proponer implica involucrarse en la solución de los problemas.

 

Ciudadanos mejor informados y que utilizan las nuevas tecnologías de la comunicación para denunciar, organizarse y actuar, que exigen sus derechos individuales a la par que asumen sus responsabilidades colectivas, que no sólo defienden sus intereses particulares sino que buscan sumarse a la solución de las demandas sociales de la colectividad.

 

Hoy, los gobiernos que ofrecen mejores soluciones a los problemas de la gente, son aquellos que encuentran mecanismos de involucramiento de la gente.

 

La corresponsabilidad, la deliberación pública y la participación son elementos fundamentales si queremos construir una ciudadanía diferente, y en el PRI de la Ciudad de México estamos convencidos de que ello es posible.

 

Por ello, junto con el Instituto de Capacitación y Desarrollo Política (Icadep), filial Distrito Federal, convocamos a los Círculos de Construcción Ciudadana. Este innovador proyecto permitirá revertir el ciclo de deterioro en la participación de la gente.

 

Los Círculos de Construcción Ciudadana tienen como meta convertirse en una escuela de democracia, de vida colectiva, de discusión colegiada y, sobre todo, convertirse en círculos de activismo. El objetivo es transmitir estos principios y que sean asumidos como reglas de comportamiento tanto al interior como al exterior del Partido.

 

Debemos cambiar las viejas formas de hacer política que asfixian la vida democrática. La Ciudad de México ya no puede ser gobernada por un  solo partido. La Capital de la República no aguanta más la corrupción ni la forma autoritaria de toma de decisiones que caracterizan a los gobiernos delegacionales.

 

En el PRI DF estamos convencidos de que en lo cotidiano y pequeño, la participación política de los ciudadanos, los gremios, los sindicatos y otras organizaciones civiles es la diferencia para construir juntos una ciudad para todos.

 

A esto le apostamos en el PRI capitalino, porque la construcción colectiva se basa en tomar la palabra, en escuchar, en proponer más que en imponer, en involucrar más que en cooptar, en establecer corresponsabilidades antes que descalificaciones sin fundamento.

 

@MauricioLopezV