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La 4T incumple sus programas sociales

La gestión de Javier May parece más de la ‘secretaría del malestar’ que del bienestar. | Lourdes Mendoza*

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Escrito en OPINIÓN el

“Es posible que el presidente no esté enterado de cómo está funcionando el Programa para Adultos Mayores, ya que él confía en el personal asignado, pero creo que hay deficiencia”, así comenzó mi plática con don Miguel, una persona de la tercera edad a quien sólo la 4T le prometió ser uno de los miles de beneficiados con sus programas sociales.

Si yo fuera el secretario Javier May, me preocuparía y me pondría a trabajar de inmediato, pues su gestión parece más de la ‘secretaría del malestar’ que del bienestar y si no me creen, lean las siguientes entrevistas .

El 26 de noviembre publiqué la columna “Tarjeta del ‘malestar’ les debe a adultos mayores”, pues como a Víctor Landero, cada día hay más vecinos en la alcaldía Iztapalapa que, sin previo aviso y sin ninguna explicación hasta el momento, dejaron de depositarles en sus tarjetas el apoyo económico, que, de acuerdo con el propio gobierno federal, es un derecho universal y constitucional.

Acto seguido, más adultos mayores se pusieron en contacto para contarme y que dejara documentadas sus historias, como “don Miguel”, de 69 años de edad, quien lleva más de un año recibiendo “largas” para poder ser beneficiario de este programa social, pese a haber realizado en tiempo y forma el proceso de registro.

“Yo envié mis datos en noviembre de 2020… Estamos ya en diciembre de 2021, y yo sigo esperando mi ayuda”.

Gran desorganización

“Este programa es un verdadero relajo, hay muchos que desde hace un año enviamos la papelería y no hemos recibido nada, pero hay otros conocidos, quienes sin mover un solo dedo les cayó el apoyo en su cuenta de pensión del IMSS en automático, al haber cumplido sus 68 años”.

Me contó que, aunque ha hablado con al menos tres servidores de la nación, la respuesta hasta hoy ha sido la misma: ya pronto…

“A mitad de año me dijeron que mi pago tardaría por la veda electoral, por las elecciones intermedias, entonces se pasó junio, se pasó julio… Estamos ya a diciembre y nada”.

“Ya no sé qué hacer, no sé si estoy en lista negra o, ¿qué tengo que hacer? ¿Afiliarme a Morena o qué hay que hacer para recibir el apoyo?”, cuestionó mi entrevistado, quien me solicitó no mencionar su nombre real a fin de preservar su identidad.

También hablé con don Sergio Vargas, de Iztapalapa, quien lleva un año cuatro meses sin recibir ni un solo peso de las tarjetas del Bienestar, por lo que aseguró que dicho apoyo es totalmente decepcionante, decadente y que sólo juegan con las personas.

Don Sergio, quien tiene EPOC, cáncer de riñón y diverticulosis, vive con su esposa, la cual depende de él y, por su edad y condiciones, me asegura, será muy difícil que me contraten en un nuevo empleo, y súmele que no puede salir a la calle por el covid-19.

“Yo sí necesito de ese dinero porque tengo un aparato que es de oxigenación, me lo pongo todas las noches y para eso necesito echarle agua, y el agua me cuesta aproximadamente entre 15 y 20 pesos cada litro, entonces sin trabajar, de dónde saco. Tengo que andar con mis hijos, viendo si ellos me pueden ayudar. Es decepcionante, es frustrante, da pena que jueguen así con la gente, con las personas, y más si son como yo, personas con discapacidad”.

En repetidas ocasiones ha intentado comunicarse para saber qué pasa, a través de los números del Bienestar, pero sólo le dicen que “ellos” le van a llamar o en otras ocasiones le dicen que ha pasado el límite de llamadas al servicio, así como lo están leyendo, y, obvio, no le dan ningún tipo de respuesta.

De hecho, hasta ha considerado ir a la CNDH a interponer una denuncia, pero como son de Morena, siente que sólo va a perder más su tiempo.

“Creo que sí están jugando con los derechos humanos de las personas, porque al menos deberían de tener la decencia de decir: ‘Sabe qué, no le vamos a dar absolutamente nada’. Me siento usado y ellos tienen mi documentación personal y no sé en qué la están utilizando.

Jóvenes construyendo el futuro también se tambalea

Resulta que, cerca de cumplir tres años y capacitar a tres generaciones de aprendices del programa Jóvenes Construyendo el Futuro, de un momento a otro la empresa de la cual don Eduardo es gerente administrativo dejó de recibir los apoyos del gobierno. Para no dejar a su suerte a sus becarios, ahora deberán absorber el salario y seguro de cada uno de ellos.

Eduardo es el encargado de los beneficiarios del programa que llegan cada año a laborar a la comercializadora, la cual se dedica a proveer servicios a hoteles y, a su vez, cuenta con una tienda en línea de productos para conservas.

La debacle comenzó con la suspensión de una de sus becarias, a quien el programa Jóvenes Construyendo el Futuro dio de baja del sistema sin previo aviso.

Consciente de la valía de cada empleado, el gerente acudió, con documentos en mano, a saber qué es lo que había ocurrido, pero las gestiones para que la joven fuera reincorporada fracasaron y tampoco hubo espacio para protestar, pese a que no había una justificación para ello.

Pero esto no fue lo peor, con 4 meses de por medio aún para terminar el contrato de la tercera generación de aprendices, la comercializadora también fue suspendida del programa a finales de noviembre pasado. Por única respuesta, el gobierno informó que “se detectaron inconsistencias” y cortó los apoyos.

Esto a pesar de que el propio reglamento del programa estipula que en caso de suspensión se tiene que avisar con 15 días de anticipación, lo cual no se cumplió.“Lejos de perjudicarme a mí, perjudican a los chicos”

Para don Eduardo, el gobierno se quedó sin dinero, pues no es el único caso que tiene conocimiento, ni la única empresa a la que se han cortado los apoyos y con ellos a cientos de personas que dependían de esta oportunidad laboral.

“Como ya no tienen dinero... ya se lo acabaron, ahora con cualquier pretexto te cancelan el registro de Jóvenes Construyendo”.

Con la burocracia y la indolencia no sólo se afectará a una joven madre con un pequeño con cáncer que forma parte del proyecto, sino a otros 10 becarios que habían encontrado chamba en la comercializadora.

¿Y el secretario May, apá? Quien sabe.

La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.

* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.