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Kandinsky en Bellas Artes

Kandinsky es considerado un pionero del arte abstracto. Algunos críticos se refieren a él como “el padre de la abstracción”. | María Teresa Priego

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Escrito en OPINIÓN el

“La armonía de los colores debe fundarse únicamente en el principio del contacto adecuado con el alma humana, es decir, en lo que llamaremos el principio de la necesidad interior”. -Wassily Kandinsky

Una pintura que no intente reproducir el mundo exterior, sino aprehender el mundo interior. Alejarse de lo figurativo poco a poco. Ese paisaje, ese rostro, ¿tiene sentido reproducirlo en un lienzo? ¿o quizá la aventura consiste en representar en colores y formas las emociones que provocan? Kandinsky fue un pintor y también un teórico de arte. Ese arte considerado “degenerado” por los nazis y más tarde, “que no corresponde a los ideales de la Unión Soviética”. Esos relámpagos de color. Kandinsky formó parte de la exposición Entartete Kunst que Hitler inauguró (112 artistas seleccionados, magnífico cada uno de ellos), para mostrarle “al pueblo alemán” en qué consistía “la corrupción de los valores”, la “degeneración del ser humano”. Kandinsky, para entonces, ya estaba refugiado en Francia en donde vivió el resto de su vida junto a su esposa Nina Andreevskaya.

Se citan dos momentos que marcan la decisión de Kandinsky de abandonar la carrera de derecho para dedicarse a la pintura. El primero: su estado de fascinación ante la ópera Lohengrin de Richard Wagner. “Los violines, los bajos profundos, pero sobre todo los instrumentos de viento encarnaban en mis sensaciones toda la fuerza de la caída de la noche, veía en mi pensamiento todos mis colores, los tenía delante de mis ojos. Líneas desatadas, casi locas de dibujaban frente a mí”. El otro momento, su visita a la exposición de los pintores impresionistas en Moscú. En particular, su encuentro con la pintura de Monet. Escribió que en Meules, “los objetos se hallaban desacreditados como elementos esenciales de la pintura”.

Kandinsky pasó su infancia en Odessa. Cuando sus padres se separaron permaneció con su padre. Una tía le enseñó pintura y dibujo. A los 30 años (después de su “revelación”), deja Rusia y se inscribe en la Academia de Bellas Artes de Múnich. “Crear una obra es crear un mundo”. Su creación está ligada a la música de más que íntima manera. Poseía la virtud de la sinestesia: imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, determinada por otra sensación que afecta a un sentido diferente. Escuchaba los sonidos como colores. Miraba los colores como sonidos. Cada color se asociaba a un instrumento. Consideraba que el fin del arte era “la elevación espiritual” y dibujó una pirámide que lo ilustra. Su pintura figurativa es –también- maravillosa. Los “pequeños mundos” rusos. Sus colores. Sus ceremonias. Esa continua nostalgia del pasado que nos lleva a pensar en Chagall.

“Con pocas excepciones, la música ha sido por algunos siglos el arte que se dedicó no a la reproducción de los fenómenos naturales, sino más bien a la expresión del alma del artista, en sonidos musicales”. Kandinsky es considerado un pionero del arte abstracto. Algunos críticos se refieren a él como “el padre de la abstracción”, aunque existe un debate alrededor de la fecha de su primera obra considerada abstracta: la acuarela En el círculo que fechó en 1910, y que críticos de arte afirman fue en realidad pintada en 1913.

Después de la Primera Guerra Mundial volvió a Moscú. Más tarde, invitado por el arquitecto Walter Gropius, participó en el colectivo de artistas de la célebre Bauhaus (Casa de la construcción) en Alemania. La búsqueda de nuevas concepciones en el arte y de nuevas maneras de relacionarse y de vivir. “El artista debe tener algo que decir, dado que su tarea no consiste en dominar la forma, sino en adaptar esa forma al contenido”. Cuando tras ataques constantes, los nazis cierran Bauhaus, Kandinsky y Nina se mudan a Neuilly-sur-Seine, en las afueras de París. Nina compartió 27 años de su vida con el pintor. Su libro Kandinsky y yo es un recorrido autobiográfico.

Si no han tenido la oportunidad de conocer su obra, visiten la exposición Pequeños mundos, curada por Miguel Fernández Félix y Xavier de la Riva con la asesoría académica de Natalia Avtonomova (especialista en la vida y obra de Kandinsky) permanece en el Palacio de Bellas Artes hasta el 27 de enero. Una obra que pertenece al acervo de siete colecciones internacionales y que está organizada en cinco ejes temáticos: "Raíces rusas", "La inundación del color", "Sinfonías de Moscú", "Abstracción geométrica” y "Microcosmos". 

El pintor de “la necesidad interior”. El que ante la pintura de Monet encontró ese sentido de vida que lo colocaba ante “un abismo”, así descrito: “Todo se volvía claro… la descripción de los objetos perdía todo sentido…en el cuadro sólo quedaban los colores: un abismo se abría a mis pies”.

El video del Instituto Nacional de Bellas Artes.

El Año Nuevo y los deseos

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