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Jóvenes Centroamericanos

Los gobiernos de México y Estados Unidos, juntos con su sociedad civil, deberían trabajar directamente con algunos jóvenes centroamericanos.

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Escrito en OPINIÓN el

En recientes días, la atención de muchos en México y Estados Unidos han estado puestos en la ola de menores migrantes, la gran mayoría Centroamericanos, que han llegado a la frontera entre los dos países.  La ola ha bajado mucho -eran sólo un poco más de 5,000 en Julio frente a 10,000 en cada uno de los dos meses anteriores - pero sigue siendo un número impresionante. Es una crisis humanitaria para los niños y jóvenes que emprenden un viaje tan largo y peligroso y un síntoma de males, mucho mayores en sus países de origen.

 

Hay oportunidades para que los gobiernos y sociedades en México y Estados Unidos trabajen juntos con los países centroamericanos en hacer frente a las causas de fondo que están propiciando este flujo, la violencia, la pobreza y la incapacidad de los Estados de responder a estos problemas.  Para Estados Unidos, esto pone el reto de pensar más allá de sus políticas restrictivas y cortoplacistas en cuanto a la migración; para México, pone el reto de concebirse como un país que puede jugar un papel mucho más protagónico en ayudar a sus vecinos. 

 

No hay soluciones fáciles, y menos los que vienen de afuera.  Lo más que pueden hacer México y Estados Unidos es coadyuvar a los gobiernos centroamericanos y los esfuerzos de su sociedad civil en construir una situación con mayor seguridad pública y opciones de trabajo, pero para eso no hay receta clara y menos con gobiernos que ya están rebasados por los problemas que enfrentan.  En algunos, más no todos, los casos, hay falta de consenso y hasta legitimidad del Estado en sectores importantes de los países centroamericanos.

 

Una opción, que dista mucho de ser solución pero puede ser un esfuerzo innovador y catalizador al futuro, es que los gobiernos de México y Estados Unidos, juntos con su sociedad civil, trabajaran directamente con algunos jóvenes centroamericanos que pueden venir a ser los nuevos líderes sociales y políticos, invitándoles a un programa capacitación y liderazgo que les permite pensar creativamente en opciones para sus propios países.   Esto tendría que hacerse en coordinación  con los gobiernos centroamericanos, pero podría incluir una estancia de verano en México y Estados Unidos, colaborando con grupos cívicos y pasando por un periodo de reflexión sobre lo que quieren ver en el futuro en sus países. 

 

Si bien nuestras sociedades están muy lejos de ser perfectos, hay ejemplos creativos en ambos en que los jóvenes han podido dar liderazgo a los problemas sociales más apremiantes.  No estaría de más poder entablar un diálogo directamente con jóvenes centroamericanos de los países en crisis y ayudar a empoderarlos como líderes del futuro que pueden pensar y actuar en pro de soluciones a largo plazo.

 

Esto es una propuesta modesta.  No sustituye por lo que pueden hacer los gobiernos mexicano y estadounidense para ayudar a los gobiernos centroamericanos en mejorar el estado de derecho y la creación de empleos, pero es una opción que cuesta poco pero que puede rendir mucho al futuro en generar una generación de nuevos liderazgos que pueden hacer frente a los problemas de fondo en su país.

 

@SeleeAndrew