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Integridad electoral

2018 será el reto más grande al que la democracia mexicana tendrá que hacer frente. ¿Estaremos preparados?

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Escrito en OPINIÓN el

El lunes y martes pasado, se llevó a cabo el foro “Integridad Electoral en América Latina” con la presencia de ponentes de doce países, organizado por la Fundación Kofi Annan. El momento para realizar este foro es el más oportuno ya que faltan tres semanas para el inicio del proceso electoral 2017-2018 en nuestro país.

Durante dos días se evaluaron experiencias y buenas prácticas en torno a las elecciones en América Latina y los retos que las democracias latinoamericanas enfrentan de cara a las próximas elecciones que se realizarán en nuestro continente en lo que queda de este año y en el 2018.

El concepto de integridad electoral surge en el año 2012 y comprende dos vertientes. La primera, reconocer la importancia de todas las etapas del proceso electoral como relevantes e interconectadas, destacando la universalidad de los principios sobre los que se sustentan elecciones democráticas. En este punto se resalta que las jornadas electorales son fundamentales, pero no es el único punto que debe analizarse en un proceso electoral.

Cuando se analiza un proceso electoral bajo el concepto de integridad electoral, son muchos los temas que se estudian para identificar un proceso verdaderamente democrático: forma, monto y fuentes de financiamiento; integración y actuación de los organismos electorales; protección y garantía de los derechos políticos; el papel de los medios de comunicación; el comportamiento de los partidos políticos; acceso a la justicia; uso de nuevas tecnologías de la información y comunicación. Estamos frente a una visión global e integrada de los procesos electorales y no de un análisis fragmentado de sus componentes.

Por otra parte, el concepto de integridad electoral hace referencia a una serie de buenas prácticas y valores que tienen como objetivo procesos electorales auténticos, confiables, transparentes y legítimos.

Las democracias latinoamericanas enfrentarán procesos electorales muy complejos en los próximos años. La fortaleza e independencia de las autoridades electorales, el financiamiento de los partidos políticos, las formas emergentes de comunicación y la violencia política son temas comunes de constante preocupación para nuestras democracias. Cada etapa de estos procesos es relevante para conseguir procesos electorales democráticos y estos temas corren transversalmente en cada una de ellas.

Democracia, Estado de Derecho y derechos humanos conforman tres elementos esenciales de una democracia sustantiva. Resulta necesario contar con indicadores que nos permitan evaluar la calidad de nuestras democracias y, por supuesto, de nuestros procesos electorales, entre otros: acceso a la justicia en condiciones de igualdad, reparación del daño, cumplimiento de sentencias, protección y garantía de los derechos políticos, transparencia y acceso a la información.

Estamos por comenzar el proceso electoral más complejo de nuestra breve historia democrática. Este foro es un llamado oportuno a visualizar el proceso electoral como un todo, a cuidar cada una de sus fases; a transparentar, construir criterios estables y dar máxima publicidad a las determinaciones que se tomen; a sancionar las infracciones a la normatividad electoral; a garantizar el ejercicio de los derechos políticos en condiciones de igualdad. De la legitimidad del proceso dependerá la credibilidad en el resultado. 2018 será el reto más grande al que la democracia mexicana tendrá que hacer frente. ¿Estaremos preparados?

@C_Humphrey_J