Vientos de cambio recorren la República. Los ciudadanos se encuentran decididos a recuperar la esperanza, y con ella su destino. En varias entidades de la República, el próximo 5 de junio acudirán a las urnas para reencauzar el rumbo político, económico y moral del país, del cual se ha apoderado una cúpula de negociantes aliados con autoridades corruptas, que han enajenado los bienes de la nación y el futuro de los mexicanos al capital trasnacional.
Nuestro optimismo no es utópico. Descansa en la unión estrecha de Morena con la sociedad civil. Con los ciudadanos libres, combativos y conscientes.
El acentuado respaldo popular a Morena es consecuencia del trabajo hecho a ras de tierra por miles de militantes, quienes, convencidos de que Enrique Peña Nieto y sus cómplices han entregado el país a un grupo de autócratas y oligarcas, decidieron recorrer las calles, al extremo del agotamiento, para visitar casa por casa con la intención de convencer a sus vecinos de que la única manera de transformar a México es de abajo hacia arriba.
El próximo domingo demostraremos que el crecimiento de Morena cubre todo el espectro nacional. Que en tan sólo un año, de 2015 a 2016, nos hemos convertido en el partido que más ha incrementado su aceptación popular, y por añadidura, la electoral.
Una confianza ganada sin compra de votos, sin repartición de despensas, sin costosos traslados de candidatos en helicópteros y en lujosas camionetas. Mediante el diálogo con los vecinos acerca de sus necesidades, los hemos convencido, y ellos a nosotros, de la urgencia de tomar en nuestras manos el rumbo de la República.
De tal forma, por primera vez en la historia contemporánea, por lo menos cuatro entidades de la República serían gobernadas por auténticos representantes populares. Además de incrementar de manera sustancial la votación en nuestro favor en varios estados más.
En Oaxaca crecen las posibilidades de que Salomón Jara Cruz, candidato de Morena a la gubernatura, triunfe en las elecciones. Recientes encuestas indican que este militante de origen zapoteca conseguirá ser gobernador en la tierra natal de Benito Juárez, a pesar de que el PRI ha invertido millones de pesos en el intento por comprar el voto ciudadano para enquistar en el poder regional a un candidato a todas luces antipopular, como lo es Alejandro Murat Hinojosa, un joven político cercano a Peña Nieto, quien lo convirtió en director general del Infonavit.
En Veracruz, Cuitláhuac García, candidato de Morena al Poder Ejecutivo de la entidad, ha sumado puntos en las preferencias ciudadanas hasta ponerse al frente de los sondeos. Los veracruzanos, hartos de que su estado, antes siempre alegre y con enormes riquezas naturales haya sido entregado por la mafia del poder a la mafia del crimen organizado (en ese estado, como en tantos otros, ambas organizaciones han terminado por fundirse en una sola organización delincuencial), parecen decididos, ahora sí, a sacar a los hampones del poder.
Caso similar ocurre con David Monreal Ávila como candidato de Morena a la gubernatura de Zacatecas, cuya victoria se antoja segura, a pesar de las oprobiosas intentonas del INE por sacarlo de la competencia electoral con pretextos pueriles, francamente delictivos.
El 5 de junio se juega el destino inmediato de la Ciudad de México. Ese día se elegirá a los diputados constituyentes que deberán redactar la versión final de la Constitución de la capital, la primera de su historia.
En la Ciudad, los diputados de Morena en la ALDF sin duda han cosechado un amplio respaldo popular. Desde antes de ser ungidos como diputados, nuestros legisladores hicieron pública una estrategia de austeridad para reducir a la mitad el presupuesto de la Asamblea con la finalidad de que éste se destinara a obras de interés social. El PRD y sus partidos satélites impidieron que se llevara a cabo esta propuesta porque, perdidos el decoro y la ideología de izquierda con que se formó ese partido, sólo piensan en atiborrarse los bolsillos con dinero del erario.
En efecto, son monumentales los recursos destinados por el PRD a la compra del voto en la Ciudad de México. Los delegados perredistas en Coyoacán, Gustavo A: Madero, Venustiano Carranza e Iztacalco pintan de amarillo banquetas, parques, comercios y ofrecen a los ciudadanos desde despensas hasta tinacos en un intento por contrarrestar la fuerza mayoritaria de Morena en la capital. Asimismo, en un deleznable abuso de la necesidad de la gente, el Programa de Empleo Temporal es utilizado para formar brigadas destinadas a promover el voto en favor del Partido de la Revolución Democrática.
De acuerdo con diversas investigaciones, Morena va al frente en las preferencias electorales de la Ciudad. Por ejemplo, según una encuesta del periódico El Financiero, nuestro partido cuenta con 34 por ciento de la intención del voto. El creciente autoritarismo del jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera, abiertamente ligado con Peña Nieto y el capital oligárquico, sobre todo con el cártel inmobiliario que ha deshecho la ecología de la capital; y la imposición a ultranza del Reglamento de Tránsito como instrumento para despojar de recursos a los ciudadanos, han reforzado el rechazo a Mancera y la esperanza de los ciudadanos en nuestro partido.
En la capital ganaremos la mayoría de diputados constituyentes para lograr que la Constitución de la Ciudad de México sea la base de un pacto social que beneficie a los citadinos.
Y también aumentará el respaldo a Morena en todo el país, gracias al compromiso que hemos contraído con los ciudadanos de gobernar con honestidad, eficiencia y austeridad.