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Inflación, no tan transitoria como se pensaba

La inflación no se está mostrando tan transitoria como se anticipaba y esto ocurre no sólo en México sino en la mayor parte del mundo. | José Luis Clavellina Miller

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Escrito en OPINIÓN el

La inflación reduce el poder adquisitivo especialmente de los ingresos de la población más pobre, erosiona la capacidad de compra de los salarios y reduce el valor del ahorro. Para las empresas, una inflación elevada reduce los incentivos a invertir pues dificulta el cálculo de los rendimientos reales.

El 9 de diciembre pasado, el INEGI dio a conocer que durante noviembre la tasa de inflación anual, medida a través del índice de precios al consumidor, se ubicó en 7.37%. La parte correspondiente a la inflación subyacente (la más estable) fue de 5.67% y la parte no subyacente de 12.61% anual. Los mayores precios de algunos productos agropecuarios, así como la conclusión temporal de los subsidios a las tarifas eléctricas de verano en 11 ciudades del país fueron algunas de las principales causas del aumento en los precios. Para los productores la historia no fue muy distinta, el índice de precios al productor (incluyendo petróleo) dio cuenta de que durante el mismo mes los precios aumentaron 9.9% (un año antes el incremento anual fue de 3.39%).

La inflación no se está mostrando tan transitoria como se anticipaba y esto ocurre no sólo en México sino en la mayor parte del mundo. En Estados Unidos la inflación anual en noviembre fue de 6.81% y en Europa de 4.9%. Las mayores tasas de inflación ejercen presión sobre los bancos centrales quienes para tratar de controlarla pueden elevar sus tasas de interés de referencia; sin embargo, lo anterior se complica en un contexto en el que la mayoría de las economías tanto avanzadas como emergentes se encuentran más endeudadas que antes de la pandemia. Mayores tasas de interés pueden entonces implicar un mayor costo financiero de la deuda y limitar la recuperación. 

¿Por qué ha aumentado la inflación en todo el mundo? Existen varios factores que deben analizarse con detenimiento para encontrar el impacto que están ejerciendo sobre el nivel de precios. Uno de ellos es el que representó precisamente la pandemia por covid-19, el rompimiento de las cadenas de suministro y los cuellos de botella que generó; los mayores costos de transporte, materias primas y energéticos; así como una recuperación de la demanda a mayor velocidad que la oferta. Otros factores que parecen estar incidiendo en la dinámica de los precios son: los mayores déficits fiscales observados en la mayor parte de las economías para enfrentar la crisis y la postura monetaria más laxa que, desde hace ya más de 10 años, se ha observado principalmente en los países avanzados tras la crisis financiera internacional de 2008 y que tomó un nuevo impulso con la pandemia.   

Si bien una política monetaria más restrictiva parece no tener efecto en las restricciones de oferta que se presentan en la actualidad, debe considerarse que las mayores tasas de inflación pueden generar mayores expectativas sobre el nivel de precios futuro, y lograr que regresen a los niveles inferiores será complicado y tomará tiempo. A fin de que dichas expectativas se mantengan ancladas, diferentes especialistas apuntan que debe asegurarse la independencia de los bancos centrales y la normalización oportuna de las tasas de referencia. Sin embargo, factores como las disputas comerciales y el riesgo de un menor comercio entre China y occidente, que quedan fuera del ámbito de la política monetaria, podrían generar presiones adicionales sobre el nivel de precios. 

Esperemos que en México el aumento previsto en los precios para el cierre del año y los incrementos salariales no modifiquen sustancialmente las expectativas de inflación para 2022 que, según la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de Banxico al 1 de diciembre pasado, se ubicaron principalmente en el intervalo de 3.6% a 4.5%. 

*José Luis Clavellina Miller

Director de investigación adjunto

Es doctor en economía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como maestro y licenciado en economía por la misma universidad. Realizó una estancia de investigación doctoral en la Universidad de Kent en Canterbury. Se ha desempeñado como investigador en el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados y en el Instituto Belisario Domínguez del Senado. Actualmente es director de Investigación en el CIEP. Entre sus intereses se encuentran la sostenibilidad de las finanzas públicas, la equidad fiscal intergeneracional y el financiamiento para el desarrollo.