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India emergente

La India sigue sufriendo de muchos de los mismos lastres del pasado que antes limitaban su evolución.

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Escrito en OPINIÓN el

India es un país impresionante por sus contrastes, por su inmenso tamaño y por el potencial de su peso en el escenario global. Aunque tiene más de un mil millones de habitantes y en pocos años rebasará a China para volverse el país más grande del mundo, la India ha jugando un papel menor en el plano internacional de lo que su tamaño pudiera sugerir.  

 

El imperativo de generar cohesión y desarrollo en una sociedad extremadamente diversa y de muy bajos ingresos consumieron las primeras décadas después de la independencia, pero en las últimas dos décadas, India ha empezado a jugar un papel cada vez más protagónico a nivel global tanto en lo económico como en lo geopolítico. 

 

Bangalore, una ciudad que vibra con nueva construcción, se ha vuelto el nuevo polo de la industria informática, la contraparte asiática del la Valle de Silicona (en California); Mumbai (Bombay), el centro financiero principal del subcontinente; y Nueva Delhi, una ciudad que combina la elegancia inglesa con el dinamismo hindú, la capital política de la región.  Y en un país tan grande, hay otras ciudades casi igual de importantes como estas tres: Hyderabad, Calcutta, Chennai y entre otras más. El gobierno hindú se posiciona  cada vez más como un contrapeso a China en la región asiática, hacia el este, construyendo una alianza táctica con los Estados Unidos, y extiende sus influencias en el Medio Oriente y África, hacia su oeste,

 

Dos elementos parecen haber convergido en posibilitar la emergencia actual de la India como potencia global.  Primero, el gobierno hindú, inspirado por Mahatma Gandhi y el movimiento independentista privilegió inversiones importantes en educación, salud y desarrollo económico en zonas pobres del país e hizo esfuerzos para mantener un amplio proceso democrático y responder a las demandas particulares de las diversas comunidades étnicas, lingüísticas y religiosas del país.

 

Segundo, desde principios de los años noventa, India decidió, igual que México, que tenía que abrirse al comercio exterior y empezó a buscar como posicionarse en el mercado global.  El resultado ha sido un país que es un líder en nuevas tecnologías y crece a una tasa anual de 6 a 8 por ciento en años recientes.

 

Sin embargo, la India sigue sufriendo de muchos de los mismos lastres del pasado que antes limitaban su evolución, incluyendo una pobreza aún mucho más extensa que en México, niveles de analfabetismo de cerca del 25 por ciento de la población y conflictos latentes (y a veces abiertos) entre grupos religiosos, étnicos y de castas. No hay duda de que India está prosperando más que nunca y que puede llegar a ser una de las grandes potencias del mundo, dado su tamaño y potencial, pero tendrá que lidiarse todavía con algunos de estos retos internos para poder proyectarse aún más en el plano global.

 

@SeleeAndrew