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Incredulidad y desconfianza

Medina Mora fue titular de la PGR cuando Televisa se prestó al montaje por la que fue detenida la ciudadana francesa Florence Cassez por Genaro García Luna.

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Escrito en OPINIÓN el

En su gira de trabajo por Londres, el presidente Enrique Peña Nieto dijo en entrevista al periódico Financial Times, que en el país prevalece una sensación de incredulidad y desconfianza.

 

No es para menos dicha afirmación, cuando en el escaparate nacional se encuentran los cambios que se presentaron mientras se daba la noticia de la detención del líder de la organización delictiva Los Caballeros Templarios, Servando Gómez Hernández La Tuta, el Ejecutivo Federal removió al ahora ex titular de la Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), en substitución de Jorge Carlos Ramírez Marín, quien contenderá por una curul en la LXIII Legislatura.

 

Además, la ex senadora Arely Gómez González fue designada como titular de la PGR y Eduardo Medina Mora como candidato a ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).

 

La recién designada titular de la PGR es hermana de Leopoldo Gómez, vicepresidente de Televisa, cuya empresa ha sido favorecida, entre otras cosas, con la devolución de por lo menos 3,000 millones de pesos y quizás la condonación de gran parte de las cuentas generadas por el consumo de energía eléctrica, o quizás alguno que otro impuesto o derecho estatal o municipal en el país.

 

Entre la desconfianza, el reto que tiene la licenciada Gómez en su encomienda como titular de la PGR, será que investigue a la empresa de la que su hermano es vicepresidente, a petición del Buró Federal de Investigaciones norteamericano, a efecto de corroborar que en el escándalo de las camionetas encontradas en Nicaragua con dinero sospechoso que portaban logotipos de Televisa, reluzca la verdad.

 

Hay desconfianza cuando en la integración de candidaturas a cargos de elección popular, en las designaciones se ven a hijos o cónyuges de políticos, sobrinos, tíos, primos, hermanos, o bien, personajes que saben que están a punto de ser perseguidos por la justicia, como Marcelo Ebrard quien a toda costa obtuvo una candidatura por Movimiento Ciudadano, de manera descarada y como si fuera una herencia en vida, o bien, que candidatos como la actriz Carmen Salinas, responda que "no sé que voy a hacer en la Cámara", al tomar protesta como candidata.

 

Claro que hay incredulidad y desconfianza en este país, cuando la justicia de la misma PGR que llevó a la cárcel al ex gobernador de Tabasco, Andrés Granier, desconoce cómo sustentar debidamente las demandas y en juzgados el ex mandatario sea exonerado por el delito de lavado de dinero y con la misma suerte podría correr Elba Esther Gordillo, Servando Gómez Martínez La Tuta o el recién arrestado Z-42.

 

Hay desconfianza por la designación de Eduardo Medina Mora como ministro de la SCJN, porque siendo director del Centro de Investigaciones y Seguridad Nacional (CISEN), la clase académica mexicana lo señala de alterar la Agenda de Riesgos del Estado Mexicano en el sexenio del ex presidente Vicente Fox para incorporar la agenda de intereses de grupo Banamex y realizar inteligencia para ese grupo con recursos públicos, cuyo titular en México es su hermano Manuel.

 

De hecho, la clase académica acaba de presentar al Senado más de 20 mil firmas en contra de su designación, mientras que el PRD afirma que Medina Mora no es “honorable, capaz, ni probo”.

 

Medina Mora fue titular de la PGR cuando Televisa se prestó al montaje por el que fue detenida la ciudadana francesa Florence Cassez por Genaro García Luna, ex director de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI), y por tanto, demostró falta de capacidad e impericia al realizar una mala integración de la averiguación previa, de cuyas fallas en el debido proceso, la SCJN determinó la libertad de Cassez.

 

Se ha dado a conocer que Medina Mora siendo titular de la PGR podría haber tenido conocimiento de la introducción de armas, de manera premeditada, bajo el operativo norteamericano Rápido y Furioso, lo que lo coloca en una delicada situación.

 

Además en la gestión de Medina Mora al frente de la PGR, se presentó la acusación que hizo el Ministerio Público a su cargo, en contra de las indígenas otomíes Jacinta Francisco Marcial y Teresa Madrigal, cuya autoridad llegó a la conclusión que 2 mujeres lograron desarmar, someter y secuestrar a 6 agentes de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI) entrenados en técnicas y tácticas policiales. El tiempo le dio la razón a las indígenas y tuvieron que ser liberadas por tal absurdo.

 

La historia no se equivoca y da enseñanzas. La PGR y la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) de Monte Alejandro Rubido no han volteado al pasado para comprender el por qué el ejército de Oriente ganó la batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862: claro, por la participación de una fuerza de indígenas zacapoaxtlas, en la que el General Republicano Miguel Negrete se dirigió a los 1,500 indios de la sierra norte de Puebla, de manera llana y coloquial: “Muchachos, nos vamos a batir con los que se dicen los primeros soldados del mundo, pero ustedes deben de demostrar que nosotros somos los primeros por el derecho que tenemos de nuestro suelo”.

 

Después de este ejemplo, seguramente ahora la PGR y la CNS hayan discernido que con un batallón de unas 250 indígenas, -como Jacinta, Teresa o Alberta, por supuesto-, se pueda demostrar que los indígenas son más leales a su país y podrían contribuir a abatir la inseguridad.

 

Claro que hay incredulidad y desconfianza. Y falta hablar de los candidatos.

 

Twitter: @racevesj