Los problemas económicos que enfrenta el país, de manera particular la inflación, impactarán sin duda los resultados de las #Elecciones2018.
Con base en la experiencia de procesos anteriores, el afectado principal podría ser el #PRI y su candidato presidencial, José Antonio Meade.
Los datos del BM son elocuentes:
• Los precios aumentaron el 6,77% en 2017, un porcentaje mucho mayor del rango objetivo que estaba entre el 2% y el 4%.
• La inflación de 2017 fue la más alta desde hace casi 17 años y duplica la que se registró en 2016 (3,36%).
• El efecto negativo lo resentirán este año las familias menos favorecidas de las clases medias y populares.
Por tanto, la economía y la seguridad serán de nuevo los temas centrales de las campañas.
La encuesta más reciente de Consulta Mitofsky confirma que las tres primeras expectativas de la gente para este 2018 son “más seguridad”, “mejor economía” y “un cambio de gobierno”.
Si bien los porcentajes de las tres variables no son alarmantes, pues están por debajo de los 17 puntos, sí representan el mayor reto para las estrategias de #ComunicaciónPolítica de todos los partidos, ya que las preocupaciones principales de la gente influirán en la decisión final de las y los electores.
Si a eso añadimos la caída en el estado de ánimo, las cosas se complican. El humor social —sobre todo después de los terremotos de septiembre— está en un mal momento.
El INE reconoce la situación
El consejero presidente, Lorenzo Córdova, consideró que si el proceso electoral está bien organizado, las #Elecciones 2018 tendrán efectos positivos en la estabilidad económica y la paz pública. Sin embargo, opina que…
Lo que sí es cierto, y esa es una certeza desafortunadamente, es que los grandes problemas del país van a seguir ahí, al día siguiente de la elección, y me refiero a la pobreza, la desigualdad, la corrupción, impunidad e inseguridad
Sin embargo, partidos y candidatos no parecen comprender la magnitud del problema.
El primer paquete de spots, discursos, entrevistas y declaraciones de las precampañas presidenciales reflejan que poco se han apartado de las viejas formas de comunicar.
• Unos, porque no saben bien cómo hacerlo.
• Otros, porque no les conviene.
• Y también porque no quieren arriesgar demasiado.
El #debate del tema económico y el impacto real que tiene en las familias con menores recursos incidirá de manera significativa en las tendencias de aquí al 1 de julio. El castigo será para el partido en el gobierno y beneficiará a quien se posicione como la mejor opción antisistema. ¿Con cuántos puntos? Es prematuro y difícil hacer un pronóstico.
Pero quienes no sepan cómo abordar la discusión y la conversación en todos los medios, tendrán menos posibilidades de ganar.
Los recursos y argumentos retóricos expresados a través de las narrativas, líneas de mensaje y eslogans publicitarios serán decisivos en los debates formales e informales.
Incrementar la efectividad sí es posible, sobre todo si los equipos de consultoría y asesoría de las y los candidatos aprovechan el potencial de los nuevos medios.
Hablar de temas económicos en campaña no es fácil, mucho menos cuando se abordan los efectos negativos directos sobre las familias. En consecuencia:
• Prometer sueños o metas inalcanzables no es lo más conveniente.
• Tampoco será el ataque infundado o mal intencionado a los adversarios.
• Mucho menos la evasión, la minimización o el silencio frente a uno de los temas que más le preocupan a las familias.
Por lo tanto hay que investigar más y… arriesgarse más. La verdad y la objetividad no tienen por qué entrar en contradicción con el mensaje positivo o de controversia civilizada que se espera de las y los contendientes.
Un nuevo modelo de #ComunicaciónPolítica es posible
Aún hay tiempo de ajustar y corregir las tácticas de difusión.
Para lograr los mejores resultados, se debe tener presente que las campañas tienen el potencial de incidir en forma positiva en el estado de ánimo, creando expectativas que puedan cumplirse y generando confianza en las propuestas de cambio que espera la ciudadanía.
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