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Iguala: ¿Dónde está el piloto?

Sin duda que la crisis que vive el estado de Guerrero y en especial el municipio de Iguala exigían la intervención del Estado federal.

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Escrito en OPINIÓN el

Ya es un lugar común decir que en la tragedia de Iguala todas las instituciones del Estado llegaron tarde.

 

Llegó tarde el Ejecutivo estatal, el Ejecutivo federal, el Congreso; llegó tarde Gobernación, la PGR; llegaron tarde los partidos políticos que postularon la candidatura de Ángel Aguirre y de José Luis Abarca y, por si no fuera suficiente, llegó tarde la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

 

Sin embargo, a pesar de que todos llegaron tarde, a 26 días de distancia del asesinato de un puñado de normalistas y del secuestro de otros 43 de ellos, siguen sin aparecer algunas de las instituciones fundamentales del Estado mexicano. Por eso la pregunta ¿dónde está el piloto?

 

Y es que frente al tamaño de la tragedia, queda claro que los gobiernos municipales de Guerrero, y el estatal de esa misma entidad, fueron rebasados desde hace muchos años.  Más aún el crimen organizado se enseñoreó en Guerrero, al grado de que en ese estado el problema ya no era la ausencia del llamado Estado de Derecho sino la inexistencia del Estado mismo.

 

Dicho de otro modo; en Guerrero el monopolio de la fuerza ya no estaba en la autoridad. Estaba en los poderes fácticos, en los cárteles de la droga que mantenían el control de la policía; los mismos cuerpos policiacos que asesinaron y luego habrían secuestrado a los normalistas.

 

Sin duda que la crisis que vive el estado de Guerrero y en especial el municipio de Iguala exigían la intervención del Estado federal. Pero a 26 días queda claro que tampoco el gobierno de la República puede con el paquete. ¿Por qué?

 

Porque a pesar de que en Iguala y en buena parte del estado de Guerrero se ha volcado la fuerza total del Estado mexicano y de sus instituciones, en 26 días no han sido capaces de localizar a los normalistas, de determinar que pasó en Iguala, de identificar y localizar a los autores intelectuales y, sobre todo nadie sabe si los normalistas viven o están muertos.

 

Queda claro –en lo que significa una vergüenza para las instituciones en su conjunto- que el Estado mexicano no está preparado para una emergencia como la de Iguala.

 

Por eso la pregunta ¿dónde está el piloto?

 

Al tiempo.

 

@RicardoAlemanMx