HSBC ha analizado salir de México y de Estados Unidos, aunque por el momento sólo se retirará de Brasil y Turquía, anuncia en su edición del fin de semana el Financial Times.
Es la nota principal del diario que adelanta que la nueva estrategia de la institución financiera es ser más simple y más pequeña, en lugar de seguir buscando ser conocido como el banco local del mundo.
Stuart Gulliver, el CEO de HSBC, dijo durante una conferencia con inversionistas que las operaciones en México, Estados Unidos, Turquía y Brasil representan los problemas más grandes para la institución que encabeza.
HSBC ha pensado en vender sus bancos en México y salir de Estados Unidos desde 2012, después de ser acusado por el Departamento de Justicia estadounidense de ayudar a lavar dinero de los cárteles de la droga mexicanos, burlar el embargo económico a Irán y financiar operaciones terroristas islámicas. El banco británico fue obligado a pagar una multa de 1,900 millones de dólares y muchas cabezas rodaron luego de ser descubiertas varias operaciones ilegales.
Apenas el pasado 13 de abril UBS Securities informaba que el banco más grande de Europa por capitalización de mercado enfrentaba presiones en los mercados emergentes como México, Corea del Sur y Brasil.
El FT recuerda que HSBC pasó dos décadas comprando presencia estratégica en más de 80 países, pero ha sido forzado a ponerse a la defensiva después de los escándalos y su más baja ganancia anual en cinco años.
Porque los escándalos en México y Estados Unidos son apenas una parte pequeña del problema. Los ejecutivos de esta empresa están bajo la mira de las autoridades de varias naciones luego de que se reveló que su banco privado en Suiza ayudó a decenas de miles de clientes ricos a evadir el pago de impuestos entre 2005 y 2007.
Este podría ser uno de los motivos de su salida de la banca en Brasil, ante el enrarecido clima político y económico de esa nación, si se destapan más secretos sucios de HSBC y de sus clientes brasileiros, algo muy malo podría pasar. Es la operación más grande de América Latina, allí tienen 850 sucursales y reportó ingresos de 4,800 millones de dólares el año pasado, con una pérdida total de 247 millones de dólares. En Turquía, la otra nación que deja, tiene 300 sucursales y una pérdida de 155 millones de dólares sobre unos ingresos de 791 millones de dólares.
Según el Financial Times, HSBC evalúa su salida de México desde hace tiempo, pero los acuerdos comerciales con Estados Unidos hacen que valga la pena continuar arriesgándose. Arriesgando su reputación y su dinero. Aunque probablemente también se han dado cuenta de que los escándalos que protagonizan pueden callarse en este país fácilmente, borrarlos de la memoria de los clientes que hacen la masa y evitar que aparezcan en los medios de comunicación a cambio de millonarias pautas publicitarias.
Los departamentos comerciales y editoriales de las empresas de medios deberían ponerse a pensar que si llegan a investigar a HSBC en México, específicamente en sus gastos en publicidad durante momentos de crisis, alguien tendrá que explicar por qué de pronto la información de los escándalos de la institución británica desaparecen de las páginas de internet, de los impresos, de los electrónicos o de plano, ni siquiera llega a tocarse el tema en las juntas editoriales. Esa es probablemente otra mala práctica que deberá ser investigada, castigada y algún día prohibida.
Como mero espectador, me parece que nadie quiere que se profundice en el escándalo de lavado de dinero, la información de millonarios que evaden impuestos y la apertura de cuentas en paraísos fiscales para personajes que viven al margen de la ley y que no quieren ser encontrados en ningún punto del universo. Es mejor que se olvide todo. Aunque ellos (banqueros, autoridades y clientes en situaciones especiales) saben muy bien que todo eso puede ser una bomba de tiempo esperando a estallar en el momento en que las filtraciones traspasen las barreras editoriales de los medios tradicionales. Aquí o en México, en Brasil o Turquía, tomando en cuenta que todavía es el banco local del mundo. Aunque ya no desee serlo.