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Hospital Materno Infantil, relato trágico

Si el depósito de gas estaba en mal estado, si no se le dio mantenimiento, si los operarios no avisaron a tiempo, hay responsabilidades.

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Escrito en OPINIÓN el

La explosión de la pipa de la gasera Nieto en el Hospital del Distrito Federal, podría ser en sí un relato trágico. No es solamente qué consecuencias tuvo la explosión, sino qué la causó. El conocimiento de qué hay en las causas ayudaría establecer las consecuencias y quizás a evitar se repitan.

 

Podría haber riesgo o podría ser negligencia. Si hay riesgo hay responsables, si hay negligencia también hay responsables; huele más a lo segundo.

 

El riesgo a diferencia de la negligencia, es la probabilidad de que ocurra una catástrofe aun cuando se tomen todas las precauciones o se hagan bien las cosas. El riesgo es inevitable, la forma de enfrentarlos se dirige a su disminución, sea atenuando los factores que pueden causar los daños, o bien, en otros casos,  estableciendo un riesgo aceptable. Por ejemplo, un reglamento de construcciones puede establecer requerimientos para que éstas resistan temblores de hasta cierta escala. Se acepta el riesgo si la probabilidad de que ocurra otro mayor es poca. Si aconteciera, sólo la providencia.

 

Cuando una actividad relacionada con una sustancia como el gas es un negocio, el que se beneficia debe hacerse cargo de los daños.  La revolución industrial fue la partera de tal principio. Gas Nieto debe reparar los daños físicos, morales, los daños materiales. El Estado debe garantizar que la empresa cumpla.

 

Si fuera negligencia el daño pudo haberse evitado. En la negligencia hay  una conducta humana posible de realizar para prever el daño pero omitida. ¿Se omitió la conducta debida? ¿A quién debe imputarse? La empresa, en una actividad de especial riesgo, debe satisfacer estándares de seguridad. Si el depósito de gas estaba en mal estado, si no se le dio mantenimiento, si los operarios no avisaron a tiempo, hay responsabilidades. Pero en ningún caso la empresa deja de ser responsable.

 

La empresa es responsable sea porque son sus empleados o porque no realizó la vigilancia debida. Si las consecuencias de los hechos repercutieran sustantivamente en las ganancias de las empresas, es muy probable que incrementen sus medidas de seguridad. A diferencia del derecho norteamericano, en México no existe el pago de daños punitivos, es decir, pago de indemnizaciones que no se limitan a una reparación, sino que son una especie de escarmiento cuyo mensaje implícito es que las cosas no se repitan. El riesgo que eso ha creado para las empresas por los posibles siniestros ha llevado a que tengan mayores precauciones y mejores estándares. Una demanda civil puede ser más temida que una acción gubernamental.

 

Es demasiado conocido en el ramo que las empresas gaseras tienen un comportamiento nada ejemplar en el cumplimiento de la ley y en la competencia económica. Corrupción, prácticas gangsteriles, alteración de medición en el suministro de gas, cilindros con llenado menor al vendido, son los hechos constantemente expuestos ante la PROFECO, la Secretaría de Energía o la Comisión Reguladora de Energía.  La distribución del gas como actividad especialmente regulada está sujeta al cumplimiento de normas técnicas de seguridad, de riesgo y de protección al consumidor. Si la verificación del cumplimiento de las obligaciones que las empresas deben cumplir, es deficiente, tenemos entonces un problema institucional.

 

El relato trágico implícito en la explosión, es el de la falla del Estado, de sus capacidades para hacer efectivas las restricciones, la competencia y los derechos de los consumidores. Y en eso también hay responsabilidad.

 

@jrxopa