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Hacia una nueva carrera armamentista nuclear

La agresividad de EU incita a una Rusia resurgente, a una China en auge, a una Corea del Norte desesperada y a un Irán ambicioso, a una carrera armamentista

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Escrito en OPINIÓN el

Donald Trump tuvo el mal tino de hacer la primera llamada hacia una nueva carrera armamentista nuclear cuando en 2016 escribió en Twitter:

Estados Unidos debe fortalecer y expandir sus capacidades nucleares hasta el momento en que el mundo tome conciencia de las armas nucleares

La NPR


A poco más de un año de la administración Trump, y en medio de grandes tensiones bélicas a nivel global, Estados Unidos hizo la llamada “oficial” a la ya anunciada carrera armamentista cuando, el 2 de febrero de este año, el Departamento de Defensa estadounidense publicó su estrategia nuclear: Nuclear Posture Review (NRP) 2018, que busca dotar al país de nuevas armas tácticas de corto y mediano alcance, y menor potencia destructiva.

La NPR 2018 explica los objetivos esenciales y el camino a seguir ante la amenaza de una guerra nuclear. Asimismo, describe que para una disuasión creíble, Estados Unidos necesita modernizar su tríada estratégica compuesta por misiles balísticos lanzados desde submarinos (SLBM), misiles balísticos intercontinentales (ICBM) y bombarderos estratégicos capaces de portar armas nucleares tácticas de bajo rendimiento. La doctrina nuclear de Trump identifica a la capacidad nuclear como la herramienta central para la seguridad de Estados Unidos y contrarrestar las políticas, los programas y capacidades nucleares rusas, chinas y de otros estados.

La NPR 2018 refleja la actitud arrogante del presidente Trump hacia las armas nucleares y revela que Estados Unidos estaría dispuesto a usarlas. Incluso confirma su compromiso "inquebrantable" para mejorar la efectividad nuclear de la OTAN, pero sin duda viola el espíritu de los tratados internacionales de desarme. La congruencia de la “postura nuclear” con la Estrategia de Seguridad Nacional y la Estrategia de Defensa Nacional de Estados Unidos se manifiesta en el reconocimiento del retorno de la competencia internacional por el poder, donde Rusia y China aparecen como la gran amenaza a los intereses de seguridad estadounidenses y al status quo.

Estrategias como la NPR 2018 solo intensifican los problemas en la cambiante estructura internacional. La agresividad de Estados Unidos incita a una Rusia resurgente, a una China en auge, a una Corea del Norte desesperada y a un Irán ambicioso, a una carrera armamentista nuclear sin precedentes históricos, que aumenta la vulnerabilidad regional y global, y en la que Europa podría pagar importantes consecuencias.

Una Rusia resurgida


A la cabeza de una Rusia resurgida, el jueves pasado Vladimir Putin se jactó de sus nuevos modelos de armas estratégicas que incluyen misiles cruceros con "alcance ilimitado" y con la capacidad de vulnerar el escudo antimisiles estadounidense; drones submarinos a propulsión nuclear y cohetes supersónicos. Putin presentó los esfuerzos militares rusos como una “respuesta” a la nueva posición nuclear estadounidense, a todas luces "antirrusa".

China ambigua


En China, el segundo país que más gasta en el sector militar y que tiene la capacidad para responder a la modernización de armas nucleares de Estados Unidos, la NPR 2018 estadounidense ha provocado respuestas ambiguas. Aquellos de línea dura en China sugieren considerar seriamente el desarrollo de armas nucleares tácticas de bajo rendimiento, mientras las opiniones moderadas recomiendan rechazar el ingreso a una carrera nuclear armamentista. Al menos por ahora, los de línea dura siguen siendo minoría, pero todavía no hay una postura oficial china que apunte a iniciar una carrera armamentista y/o a utilizar armas nucleares.

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Europa: consecuencias importantes


Entre las consecuencias para Europa derivadas de la NPR 2018 se encuentran la relación con Moscú, un mayor desarrollo de la disuasión y capacidad de defensa de la OTAN, y su participación en las iniciativas de no proliferación y desarme. Varios estados europeos, especialmente aquellos que se ven amenazados por Rusia, compartían hasta hace unos días que la NPR 2018 disuadiría a los rusos de usar armas nucleares contra la OTAN. Ahora, con el anuncio de su doctrina nuclear, Putin puso en entredicho la determinación de los líderes occidentales y la cohesión de la OTAN. Europa está dividida, algunos respaldan la idea de que la OTAN necesita reaccionar ante la postura nuclear de Rusia al aumentar también la dependencia de la disuasión nuclear, pero la mayoría reconoce que no es factible ni deseable otorgar a la endeble política exterior y de seguridad de Europa una dimensión nuclear independiente.

Si bien la NPR aún merece un debate exhaustivo que lleve a un consenso entre aliados, los europeos tendrían razón en preocuparse por la promoción estadounidense del uso de armas nucleares de bajo rendimiento como solución a los desafíos de seguridad, pues proporciona una excusa perfecta para que otros países construyan nuevos tipos de armas nucleares que, sin duda, minan los esfuerzos europeos para salvar la gobernanza multilateral en materia de no proliferación y desarme nuclear, como el acuerdo alcanzado con Irán.

Tratados de desarme 


Con respecto al control nuclear y el desarme, NPR 2018 contraviene los tratados de desarme. El primero de ellos es el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1967 para controlar la expansión y la modernización del arsenal nuclear, así como el desarme general y completo de las reservas nucleares. En segundo lugar, el Tratado de Fuerzas Nucleares (INF) de rango intermedio de 1987, firmado entre Rusia y Estados Unidos, y mediante el cual acordaron eliminar sus armas nucleares de corto e intermedio alcance. El tercero es el tratado START de 2011 y cuya vigencia termina en 2021, en el que tanto Rusia como Estados Unidos se comprometieron a reducir sus armas nucleares estratégicas.

Los años de la Guerra Fría y el dilema que plantea que la seguridad de un Estado es la inseguridad de otro Estado, son el mejor ejemplo de una carrera armamentista: no importa qué haga el otro; la tendencia será siempre a invertir en armas para estar a la par o lograr superioridad, escalando la capacidad destructiva. Ejemplo de ello en este contexto son India y Paquistán.

La modernización de las armas nucleares de Estados Unidos alienta la adaptación de otros estados, pues la seguridad estadounidense significa la inseguridad de sus adversarios e incluso de sus aliados que, a la luz de la NPR 2018, se cuestionan si revisar o no sus políticas nucleares, con el riesgo de provocar una nueva carrera armamentista nuclear.

No aprendimos de la Guerra Fría


No cabe duda que el rumbo que ha tomado la política de seguridad estadounidense, aunado al carácter irracional del presidente Trump, arroja una sombra de duda sobre el futuro de los compromisos de defensa colectiva y el apoyo a las instituciones internacionales que promueven el desarme nuclear. Pareciera que la historia de la Guerra Fría no nos enseñó nada bueno. En cierto modo estamos presenciando una nueva escenificación del “equilibrio del terror”, pero con más actores en escena.

En estos momentos, el punto crítico es la falta de un acuerdo universal que incluya a todas las potencias nucleares, más allá de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Trump omite que la falta de un instrumento multilateral de control nuclear, en poco tiempo pondrá a Estados Unidos en desventaja para negociar cualquier tipo de sistema de control de armas en la nueva carrera armamentista nuclear a la que nos está llevando.

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