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¿Hacia dónde va el PAN?

Hoy no se sabe con certeza que o a quienes representa Acción Nacional. Se ha ido diluyendo su esencia como partido democrático. | Agustín Castilla

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Escrito en OPINIÓN el

En vísperas de que el Partido Acción Nacional celebrara su 79 aniversario en medio de una de las mayores crisis de su historia, y de que se emitiera la convocatoria para la renovación de la dirigencia nacional, Marko Cortés, ex coordinador del grupo parlamentario en la Cámara de Diputados y quien aspira a encabezarlo por los próximos tres años, llegó a un acuerdo con el denominado grupo de gobernadores -que originalmente habían planteado apoyar al ex senador Héctor Larios y al ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle- para conformar una sola planilla.

También han anunciado su intención de participar Manuel Gómez Morín, nieto del fundador del partido así como el primer gobernador de oposición en México, Ernesto Ruffo y José Luis Espinoza ex diputado federal por Michoacán, pero no la tienen nada fácil incluso para recabar las 28 mil firmas que requieren para registrarse, pues a pesar de su trayectoria, solvencia moral o de la asertividad en sus críticas y propuestas, hay que reconocer que la composición del PAN ha cambiado y los militantes independientes que no responden a la línea de algún grupo son franca minoría.

Aunque Marko Cortés tenía amplias posibilidades de triunfo sin necesidad de pactar con los gobernadores al contar con el apoyo de la mayoría de los grupos locales -que concentran los votos de un elevado porcentaje del padrón-, con este acuerdo se desactiva, cuando menos de momento, la prolongación de un conflicto sumamente costoso para Acción Nacional que inició tras la derrota presidencial de 2012, y que anticipaba una contienda interna sumamente ríspida caracterizada por recriminaciones mutuas que probablemente hubiera polarizado aún más al ya de por sí dividido partido.

Quizá se trate de un paso necesario, pero si todo se reduce a un acuerdo para el reparto de posiciones y la protección de intereses cupulares, de poco servirá para acercar de nuevo a una militancia inconforme y con poco interés en participar, para recuperar la confianza de la sociedad y para enfrentar su responsabilidad como oposición. Deben estar conscientes que la principal crisis del PAN no es la electoral -a pesar de los resultados más recientes- sino de identidad y por tanto de credibilidad.

Hoy no se sabe con certeza que o a quienes representa Acción Nacional. Se ha ido diluyendo su esencia como partido democrático, deliberativo y con alto sentido ético en el ejercicio de la función pública, reprodujeron prácticas que anteriormente combatían con gran convicción, y tal parece que su agenda únicamente responde a la coyuntura y en ocasiones con posturas poco consistentes.

Desde luego es indispensable que se atiendan los problemas internos acordando nuevas reglas que garanticen la inclusión, el respeto a los que opinan distinto, la recuperación de espacios que permitan la discusión abierta, el reconocimiento a la capacidad y al mérito, que se sancione el lucro con los cargos públicos y partidistas, pero no puede seguir concentrado sólo en ello. También tienen que definir con urgencia el papel que les toca jugar en esta nueva realidad política, retomar banderas que lo identifiquen con la sociedad, recuperar la capacidad de ganar los debates a partir de argumentos sólidos y acciones congruentes que le devuelvan autoridad moral y respeto, construir una estrategia inteligente de largo plazo. Estamos en un momento crucial para que el PAN salga de su marasmo y vuelva a tener rumbo claro con bases firmes. No se puede desaprovechar.

Todos en defensa de la UNAM

@agus_castilla  | @OpinionLSR | @lasillarota