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“H” y la ausencia de una política espectral

Por: Mony de Swaan.

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Escrito en OPINIÓN el

En 2011 me reuní con Hyacinth Nwana, conocido entre los administradores de espectro como “H”. Sentado en su oficina de Ofcom[1] decía que no había herramienta más poderosa para  regular el mercado de telecomunicaciones que una buena política espectral.

 

Como casi todos, el mercado inglés está en constante cambio. Ha pasado por compras, quiebras y fusiones, pero su esencia permanece: enorme penetración, cuatro operadores móviles, ninguno concentra más de 35% del mercado y el consumidor se beneficia, además, con la presencia de 40 operadores móviles virtuales, unos más exitosos que otros.

 

“H” dejó Ofcom, pero el entendimiento del espectro como herramienta regulatoria permanece. En marzo de 2014 el Ministerio de Cultura, Comunicaciones e Industrias Creativas publicó su Estrategia Espectral, un plan a diez años (sí, diez años) que explica el valor que para ellos tiene el espectro, la manera en la que piensan maximizar su uso, el equilibrio que debe guardar con la infraestructura pasiva (fibra, torres, celdas) y su potencial para detonar más y mejores servicios.

 

La historia mexicana de administración del espectro es de terror. Episodios de enredos burocráticos, agencias que se disputan el control, absoluto disenso sobre el valor que tiene, licitaciones desiertas o con pocos participantes, cientos de litigios y enorme concentración. Con esa historia a duras penas hemos adjudicado 250 megahercios para servicios móviles.

 

Pero con una reforma constitucional y un nuevo regulador autónomo, el presente y el futuro debieran ser radicalmente distintos. Porque si acaso existe alguna ventaja de tener mercados de telecomunicaciones subdesarrollados y concentrados es que el Estado mexicano conserva una valiosa cantidad de espectro en sus manos. La receta para el éxito está ahí: nuevo regulador, más facultades y mucho espectro para regular el mercado. ¿Qué más queremos?

 

Pero algo pasó estos dos años en los que la Constitución y la Ley impusieron al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) una cantidad absurda de plazos fatales. Nuestro regulador ha vivido a trapazos, corriendo de un plazo a otro, sin tiempo de analizar la consecuencia del último acto cuando ya está resolviendo y comunicando el siguiente.

 

Los plazos ya no están ahí y uno esperaría que el fracaso, por lo menos hasta ahora, de las medidas asimétricas impuestas a los actores preponderantes[2] debería ser lección para que el IFT hiciera un alto, analizara con detenimiento y resolviera con seriedad. No parece ser el caso. 

 

En julio pasado un par de comisionados declararon que el país estaba listo para liberar 84 megahercios en la banda de 600MHz para servicios de telecomunicaciones. Más de un experto peló las cejas dado que dicha banda apenas se estudia por la Unión Internacional de Telecomunicaciones rumbo a la Conferencia Mundial de Radiocomunicación (WRC-15).

 

En su comunicado 75, la semana pasada el IFT aprovechó la convocatoria a una consulta pública para anunciar la licitación de 80 megahercios en la banda AWS (1.7/2.1GHz) “a inicios de 2016” en un proceso en el que se impondrán límites a la acumulación de espectro para “permitir el ingreso de nuevos operadores”.

 

Dos comunicados después, el IFT anuncia el Programa Anual de Uso y Aprovechamiento de Frecuencias 2016 que incluye la licitación de 130 megahercios en la banda 2.5GHz. Todo esto ocurre, además, a inicios del proceso licitatorio de la Red Compartida que, por mandato constitucional, debió estar en operación desde hace un año utilizando 90 megahercios en la banda de 700MHz. No han cumplido la Constitución y ya anuncian nuevas licitaciones.

 

Sin contar la posibilidad de reacomodos o rescates, frecuencias de uso libre o “espacios blancos”, el Estado mexicano tiene en sus manos la friolera de 402 megahercios y en lugar de diseñar una verdadera política pública que maximice su valor, que sirva de herramienta regulatoria o que nos permita disminuir el enorme déficit de infraestructura pasiva, nos deslizan licitaciones a modo de retazo.

 

Por supuesto que con un bloque de 20 megahercios en la banda de AWS no habrá operador nuevo que se asome al mercado mexicano. Serán los mismos de siempre quienes disputen esas frecuencias. Cosa muy distinta sería se conjuntarán con algún bloque de 2.5GHz y la Red Compartida estuviera en operación. Ahí si, con límites de acumulación, bloques nacionales adecuados y acceso a capacidad en una red de características inigualables podríamos invitar a un nuevo operador. A Verizon, por mencionar un ejemplo, podría interesarle tener una plataforma norteamericana similar a la que sus competidores América Móvil y AT&T tienen.

 

Pero incluso entonces, ¿dónde está el debate sobre si el mercado mexicano puede albergar un nuevo operador con la Red Compartida en puerta? ¿Dónde están las métricas de eficiencia espectral que conforme al artículo 15 de la Ley debe establecer el IFT? ¿Cómo aumentar el número de sitios de 23,000 a los 100,000 que, con base a estándares internacionales, deberíamos tener? Nada de ello aparece por ningún lado.

 

Sería bueno recordarle al IFT que los plazos legales que se le impusieron han quedado atrás. Que después de dos años esperamos a un regulador más profundo, analítico y profesional. No desperdicien un bien finito ante la ausencia de una política espectral. No liciten por retazo. Metan freno y háganle un bien al sector telecomunicaciones.

 

Uso libre

  • Nuevo episodio de vergüenza en el Senado mexicano con la Ley reglamentaria del Derecho de Réplica. Otro derecho que nos deslavan para quedar bien con sus amigos los medios de comunicación. Veremos cómo se portan los diputados. 

 

  • Sigue pendiente la decisión del IFT respecto de la separación de estaciones de radio y la posibilidad de disminuirla de 800 a 400KHz. Ya se acerca el inicio del proceso formal para licitar 191 estaciones de FM y está pendiente la licitación de las 123 frecuencias para televisión que quedaron vacantes después del fiasco de Grupo Radio Centro. No sólo en telefonía y banda ancha móvil urge una política espectral; también en radiodifusión.

 

@Mony_de_Swaan 

 

[1]Agencia reguladora inglesa.

[2]Basta ver los índices de concentración publicados por el propio IFT en su Primer Informe Trimestral Estadístico 2015.