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Guerrero: Regresará a manos del PRI

Los menos interesados en la caída de Ángel Aguirre, son el gobierno de Peña Nieto y el PRI. ¿Por qué?

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Escrito en OPINIÓN el

La crisis política y de ingobernabilidad que vive el estado de Guerrero tiene muchos perdedores.

 

En esa crisis pierde el gobierno de Enrique Peña Nieto, ya que se confirma que las reformas estructurales de poco o de nada servirán sin contar con un verdadero Estado de Derecho; sin que existan garantías de que en entidades como Guerrero, Oaxaca y Michoacán entre otros, se haga valer el Estado de Derecho.

 

También pierde con la crisis que vive el estado de Guerrero, la naciente dirigencia del Partido de la Revolución Democrática. Y es que Carlos Navarrete no ha sabido responder a la exigencia de la crisis que se vive en esa entidad.

 

Es decir, que el partido amarillo no solo pierde en imagen, seriedad y capacidad política. No, también está a punto de perder un bastión más.

 

En Guerrero pierden todas las izquierdas, ya que es público que el candidato Ángel Aguirre fue apoyado en su momento, por el PRD, el PT, y el Movimiento Ciudadano. Pero sobre todo el gobierno de Ángel Aguirre fue apoyado por Morena, el grupo político del que surgió el alcalde de Iguala, José Luis Abarca.

 

En Guerrero, de igual manera pierden las alianzas “contranatura” del PAN y el PRD. Y es que no se requiere un ejercicio extraordinario de memoria para recordar que la candidatura de Ángel Aguirre, también fue apoyada, en su oportunidad, por el Partido Acción Nacional, partido que hoy curiosamente ha pedido la desaparición de poderes.

 

Sin embargo, en Guerrero pudiera existir un ganador, acaso marginal, pero ganador en medio de la tragedia política, económica y social.

 

Nos referimos al PRI, cuyos candidatos al gobierno estatal y a las principales alcaldías del estado pudieran resultar gananciosos luego de la crisis que hoy tiene a Guerrero en la convulsión.  Y, ante la debacle del PRD, de las izquierdas y del PAN en Guerrero, el candidato del PRI en las elecciones de junio de 2015 se podría alzar con el triunfo, podría conseguir el regreso del tricolor al gobierno estatal y, con ello hacer posible la recomposición que propone el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Acaso por esa razón –porque el gobierno federal le apuesta a una solución político-electoral en Guerrero-, los menos interesados en la caída de Ángel Aguirre, son el gobierno de Peña Nieto y el PRI. ¿Por qué?

 

Porque una eventual caída del gobernador de Guerrero podría ser vista por propios y extraños como un manotazo autoritario del gobierno de Enrique Peña Nieto. En cambio, si el gobierno de Ángel Aguirre se debilita al extremo de perder la credibilidad, la confianza y los votos en la elección de junio de 2015, la sanción podría ser natural.

 

La pregunta en ese caso es ¿si Guerrero resistirá los próximos meses con un gobernador como Ángel Aguirre; debilitado, marginado y convertido en cero a la izquierda?.

 

Al tiempo.

 

@RicardoAlemanMx