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¿Guerra de imágenes?

La propaganda asume un nuevo rostro con la guerra Rusia-Ucrania. | José Antonio Sosa Plata

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Escrito en OPINIÓN el

La invasión rusa de Ucrania es una guerra que también se libra en los nuevos medios de comunicación. La relevancia del conflicto le da un alto valor táctico a las narrativas, voceros e imágenes, no solo para las naciones directamente involucradas, sino para todos los países que tienen un interés específico en las motivaciones que lo provocaron.

El control de los medios es una prioridad para los gobiernos. En el contexto actual, es evidente también que tratan de  influir en las redes sociales, a pesar de las enormes dificultades que enfrentan para imponer a las plataformas cualquier tipo de información. Para ganar la guerra, hay que ganar la batalla de las percepciones.

La propaganda antes, y la comunicación política hoy, han mejorado muchas de sus técnicas gracias a las guerras. Lo saben las autoridades gubernamentales. Lo comprenden bien los altos mandos militares. Aunque las relaciones entre comunicadores y líderes casi siempre es tensa y complicada, todos saben que se deben cumplir objetivos específicos que van más allá de la imagen y la reputación.

Por si no lo viste: VIDEO: Rusia bombardea torre de televisión en Kiev y deja 5 muertos.

Los grandes medios de comunicación del siglo XX tenían la capacidad de crear cohesión nacional y de reducir las expresiones de disidencia o desacuerdo. El manejo de las emociones desde el poder se facilitaba con el poder de las imágenes fijas y en video. La radio, el cine y la televisión podían construir discursos convincentes en los que los espectadores eran testigos “privilegiados” de los acontecimientos.

Eran tiempos en los que resultaba mucho más sencillo controlar la información dentro de las fronteras. La correlación de fuerzas que había en aquel escenario ofrecía mayores posibilidades para imponer una verdad o esconder una mentira. Y la tarea resultaba más sencilla cuando se lograban articular los intereses políticos con la rentabilidad económica que las noticias bélicas podían generar.

Te puede interesar: En fotos: la Primera Guerra Mundial también se combatió con afiches. BBC News, 16 Agosto 2014.

La manipulación informativa que se puede hacer en una guerra facilita el cumplimiento de los objetivos militares. Entre otras herramientas, se recurre con frecuencia a la guerra psicológica. Para que ésta resulte eficaz, los gobiernos recurren a la deformación, magnificación, minimización u ocultamiento de los hechos. También utilizan la desviación de la agenda y, por supuesto, la generación de miedo o incertidumbre.

Los procesos de desinformación y las “fake news” siempre han existido. En las guerras son fundamentales. Sin embargo, en el nuevo ecosistema de comunicación han encontrado el espacio propicio para compensar las dificultades que tienen gobiernos y militares para controlar los flujos informativos. Aunque su utilidad sea efímera, hoy se valora mucho la capacidad de estos instrumentos para provocar emociones básicas como el enojo, la simpatía, el miedo, la confusión, la incertidumbre o la esperanza.

Lee también: José Enrique de Ayala. Mentiras y verdades en la crisis de Ucrania, El Diario España, 12 Febrero 2022.

El castigo y la recompensa son dos palabras que también están presentes en las estrategias de comunicación de las guerras. Ambos conceptos son necesarios para justificar las medidas que se están tomando y para ofrecer las recompensas que se podrían obtener cuando se gana. En esencia, las reglas para manejarlos en forma correcta son las mismas que se idearon desde la Segunda Guerra Mundial

En contraste, el uso de eufemismos se ha debilitado. La forma en que se pretenden disfrazar las palabras ya no influyen ni impactan en las audiencias como lo hicieron en décadas pasadas. La fuerza generada por millones de imágenes que se pueden transmitir minuto a minuto —y de manera instantánea— a través de los medios digitales y redes sociales impiden que el doble lenguaje manipule con la efectividad que tenían en el pasado los medios convencionales.

Entérate: Javier G. Cuesta. Prohibido utilizar la palabra "guerra" para describir la invasión en los medios de comunicación rusos. El País Internacional, 27 Febrero 2022.

Los especialistas consideran que no habrá una Tercera Guerra Mundial. A nadie le conviene, dicen. Pero la realidad es que, guardadas las proporciones, sí asistimos a una guerra mundial mediática. La globalización y los nuevos bloques que se han conformado colocan a los medios de comunicación y a las plataformas de las redes sociales como armas privilegiadas para tomar partido.

En el escenario internacional actual, no se trata simplemente de defender a una u otra nación porque las diversas y profundas interconexiones económicas y financieras obligan a tomar una posición clara. No hay espacio para la imparcialidad. Tampoco para los mensajes ambiguos. Ante la realidad de que ningún país es autosuficiente, las sanciones y las amenazas de aliados y adversarios adquieren una relevancia significativa. También los apoyos directos e indirectos.

Lee: México no se cerrará a ningún país: AMLO sobre conflicto Rusia-Ucrania.

El mundo experimenta desde la Guerra del Golfo un cambio en el orden global. Los conceptos de integridad territorial, nacionalismo y soberanía tienen desde entonces nuevas definiciones. Los equilibrios internacionales también fueron impactados por las nuevas tecnologías y el resurgimiento del populismo en varios países. Hoy, se está gestando un nuevo modelo de Guerra Fría, en el cual emergen nuevos actores.

China, Rusia y la Unión Europea se reacomodan frente Estados Unidos, país al que le cuestionan y disputan su supremacía, liderazgo y poderío. Mientras los cambios se reflejan en el incremento de los gastos militares —con guerras híbridas, terrorismo y ataques cibernéticos—, los medios de comunicación adquieren un nuevo poder impulsado por la inevitable fusión de los medios convencionales con los nuevos medios.

Consulta: Alberto Rojas y Alberto Hernández. Todos los frentes de la nueva Guerra Fría, explicados en tres mapas. El Mundo España, 23 Febrero 2022.

Es cierto que las armas nucleares siguen cumpliendo su función disuasiva, como lo hacían durante la Guerra Fría clásica. En la invasión a Ucrania, lo más probable es que no se utilicen. Habrá más bombardeos y por lo tanto más escenas de terror. No obstante, lo que sí estamos presenciando ya es una guerra de imágenes más sofisticada, más cruda y más impactante. 

En esta confrontación estamos viendo cómo interactúan en los mismos espacios un gran número de naciones en un inusitado número de medios. La guerra mediática y de redes sociales que se libra al mismo tiempo que la bélica crea y desarrolla nuevas armas comunicacionales. El fenómeno tendrá que ser investigado a fondo, porque nos dejará lecciones invaluables sobre lo que podrían ser las nuevas estrategias de comunicación política.

Recomendación editorial: Danny Schechter. Noticias en tiempos de guerra. Barcelona, España: Editorial Paidós, 2004.