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Guadalupe-Reyes: el puente roto

Serán días de buenas voluntades, pero también los demonios de lo electoral andan sueltos | De fiestas y campañas electorales | Lee a Joel Hernández

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Escrito en OPINIÓN el

Pues nada, que ya comenzaron las fiestas para los mexicanos.

Iniciaron este 12 de diciembre y, según cálculos realizados por científicos, filósofos, catedráticos, investigadores y hasta detectives de novela negra, estas terminarán el 6 de enero cuando habrán llegado los Reyes Magos con sus juguetitos y se corte la rosca y se coma con una tasa de chocolate bien caliente.  

Serán días de buenas voluntades en los que el despertar de lo generoso del ser humano aparecerá como por arte de magia y se explicará en regalitos por aquí, regalitos por allá, intercambios forzados, desayunos-comidas-cenas que concluirán con el abrazo apapachador del mejor deseo del mundo: la felicidad de los otros, que para algunos es la felicidad propia. Todo bien.

Los demonios de lo electoral

Pero también, por estos días los demonios de lo electoral andan sueltos. Los demonios de lo político, digo, como escriturara en aquella frase fatal el 23 de noviembre de 1994 Mario Ruiz Massieu a escasas semanas del asesinato de su hermano José Francisco.

Los demonios de hoy son la lucha por el poder. Y no comenzaron a escaparse de su propio infierno por estos días; esto ya viene de tiempo… Desde los días en los que, por ejemplo, Ricardo Anaya decidiera hacerse del Partido Acción Nacional, en su presidencia, pasando por encima de todo y por todo.

… Hombre de peligro que es este señor Anaya y acaso de desfiguros, como ha ocurrido por estos días en los que consiguió deshacerse de Margarita Zavala, que quería ser candidata del PAN a la presidencia de la República y ahora tiene que navegar para conseguir las miles de firmas que la podrían acreditar como candidata independiente para la contienda del 1° de julio de 2018.

Y como es ese mismo Ricardo Anaya que le comió el mandado a Miguel Ángel Mancera quien suponía que podría ser el candidato del ahora Por México al Frente y quien todavía hace unos días se burlaba a todo tren de lo dicho por Dante Delgado, también integrante del Frente y quien propuso la candidatura presidencial para Ricardo Anaya (PAN) y que en caso de ganar, Mancera iría a Gobernación. Todavía se escuchan las carcajadas y la ironía del Jefe de Gobierno. Hoy ya no es risa, es muina y rechinido de dientes, porque eso: le comieron el mandado…

Anaya, el enemigo mayor

Pero independientemente de que sea cierto eso de que se quedará como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México hasta el término de su gestión, lo que también es cierto es que no se quedará quieto. Por activo o por pasivo hará política y si se queda en su actual posición de gobierno, será desde ahí que le hará la guerra sin tregua a su enemigo mayor en este momento: Ricardo Anaya.

Porque, precisamente Mancera ha aprendido a mover las piezas de su ajedrez. Y estas las moverá para anular el triunfo, o la escalada de votos hacia Por México al Frente por aquello del “si no es conmigo, nada”, además de que se siente traicionado y, eso, su ego no se lo permite.

Anaya por su cuenta ganó la batalla del Frente, pero no la guerra, porque esta, en lo electoral, apenas comienza. Y ya comienza a lanzar dardos envenenados hacia José Antonio Meade (PRI), pero muy en particular hacia Andrés Manuel López Obrador (Morena) a quien acusa de utilizar fórmulas viejas y fracasadas y… lo que se acumule por estos días.

Pero Anaya tiene como enemigos a los panistas-Calderón, que estarán dispuestos a sumar votos del PAN en contra de Anaya, a quien acusan de traidor.

Así que el famoso Anaya lo mismo desvió las acusaciones que le hicieron por el presunto enriquecimiento extraño de su familia; lo mismo se hizo de la presidencia por encima de Gustavo Madero; lo mismo hizo a un lado a Margarita-Felipe Calderón, lo mismo se deshizo de Miguel Ángel Mancera y consiguió la candidatura de Por México al Frente

A lo mejor su límite y perdición es que no es un hombre de Estado. Sí de política a la mexicana. La del golpe bajo; la del pasar por encima de todo y por todo; la de confrontar y acusar; la de encontrar el hilo negro de cada uno de sus adversarios… Todo eso.

Pero sobre todo su límite será él mismo, en la creencia de su super inteligencia, en su arrogancia, en su orgullo de ser él mismo vencedor-triunfante de mil batallas, su poca autocrítica y su fantasioso ser que manda y dispone… Ese es un Anaya que tiene en sí sus propios demonios sueltos. Ya iremos viendo si la lucha final será entre él y López Obrador, o el aparato de Estado lo anula para imponer a Meade en la presidencia de México.

La lucha por el poder en tono hedonista

Por lo pronto ya está todo dispuesto para iniciar campañas en unas semanas. Los gallos ya están amarrados, el galpón está ajustado y están embravecidos todos.

Así que el famoso puente Guadalupe-Reyes que los mexicanos disfrutarán por su propia cuenta, será el puente roto de los aspirantes al poder político y sus ganancias: ellos por encima de días de guardar, días de fiesta, días de emoción íntima, días de portarse bien y ser buenos humanos, por encima de todo eso, está su lucha por el poder en tono hedonista. Y ahí están ya encarrerados.

Por lo demás, los mexicanos que vivimos de nuestras propias dignidades, seguiremos estos días llenos de luces de colores, serpentinas, series de foquitos que prenden y apagan, comenzaremos a cantar las posadas el 16 de este mes, comeremos buñuelos con miel y viviremos el 24 de diciembre en tono familiar y esperaremos la llegada del Año Nuevo 2018.

Después del 6 de enero comeremos rosca y los políticos mexicanos se harán rosca con eso de todo prometer a sabiendas que poco habrán de cumplir, como es que es cada seis años.  

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