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Gran Bretaña: Más cerca de EU que de Europa

La unión política, como bien lo saben los planificadores realistas, es factor esencial para alcanzar la estabilidad económica.

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Escrito en OPINIÓN el

En diversas ocasiones hemos escuchado la frase “divide y vencerás”, un dicho que es atribuido al dictador romano Julio César, y bien, es ésta la motivación que está imperando en la política de nuestros días en todas las sociedades, ya que finalmente cuando un grupo, colectivo o conjunto de naciones es dividido, es más fácil vencerlo; y la historia, aquí, nos da la razón.

No obstante, en el panorama de la Europa del siglo XXI vemos hasta el momento a 27 líderes nacionales que han estado buscando una “unión”, donde por lo menos 17 de ellos –si no es que en buena medida pudieran ser 26– pretenden ir en contra del famoso divide et impera a fin de erigirse en una fuerza asombrosa de apoyo a la paz mundial, a la estabilidad económica y la prosperidad, o al menos eso es lo que proclaman en su discurso desde 1957; se conoce como Unión Europea.

Empero, para muchos es bien sabido que la crisis económica que azota a la Comunidad Europea la ha colocado en la delgada línea –ya casi imperceptible para algunos– que la separan de la consolidación mundial o el derrumbe de lo que expertos ya prevén sería una catástrofe de dimensiones titánicas que bien pudieran alcanzar, en mayor o menor medida, a todas la economías del orbe.

Y a pesar de que grandes personajes provenientes de todo el mundo, entre representantes de naciones, empresarios, economistas y delegados se dan cita en Davos, Suiza, en lo que conocemos como el Foro Económico Mundial, y en él se resalta indistintamente la importancia, cada año más urgente que nunca, de la unión, ya no sólo económica, sino también política, de los miembros de la eurozona, a fin de consolidar el euro e impulsar la Unión Europea.

Sin embargo, uno de los países que juega un papel preponderante en este momento es Gran Bretaña, ¡sí!, esa nación que mantuvo un imperio durante los siglos XVI al XX, y del que también se decía con orgullo y optimismo “el sol nunca se pone sobre el Imperio Británico”, y ahora se encuentra en un dilema, ya que además de no aceptar el euro como moneda oficial, el primer ministro inglés, David Cameron, anunció el año pasado –hay que recordar– que si es reelegido en 2015, pondrá a consideración de los ingleses mediante un referéndum si el Reino Unido sigue o no dentro de la Unión Europea.

Y pese a que ya varias voces se han alzado desde Escocia hasta el Canal de la Mancha a favor y en contra de la declaración “políticamente innecesaria” de Cameron, pienso que vuelve a poner el dedo en la llaga del orgullo europeo, porque a pesar de su relevancia nacional, el Reino Unido ha rechazado llevar la batuta de la UE, como sí la tienen Francia y Alemania. A esto se suma la no aceptación del vínculo económico con Europa –por decirlo de un modo– que está representado en el euro, y si bien la unidad económica constituye apenas el primer paso hacia una región de vínculos más firmes, la meta es lograr la integración total en los campos económico, militar y político, con el objetivo de que todos los países miembros actúen con una voluntad y una misma voz en los asuntos mundiales a favor de lo que podrían ser los Estados Unidos de Europa.

Hay que añadir que pensadores e intelectuales reconocidos como son Umberto Eco, Fernando Savater, Salman Rushdie, Antonio Lobo Antunes, Claudio Magris, Vassilis Alexakis, Hans Christoph Buch, Juan Luis Cebrián, György Konrád, Julia Kristeva, Bernard-Henri Lévy y Peter Schneider lanzaban una advertencia en una voz unánime a los líderes y habitantes miembros de la Unión Europea al decir: unión política o muerte.

La unión política, como bien lo saben los planificadores realistas, es factor esencial para alcanzar la estabilidad económica, y en esto hay un claro mensaje a los ingleses que por décadas han preferido estar más cerca de Estados Unidos que de la propia Europa, a la que geográficamente pertenecen, y su estabilidad económica a diferencia de la Unión Europea parece darles la razón.

Gran Bretaña deberá tomar una decisión, y ¡pronto!, tal vez mucho antes de la fecha anunciada por su primer ministro David Cameron, ya que una tercera negativa a Europa no sería nada aconsejable para el Reino Unido… sin embargo, su cercanía histórica y cultural con los EEUU bien hace prever un escenario nada alentador.

Recordemos que la unión política sería ineficaz sin un respaldo militar, y los dirigentes europeos declaran que será preciso contar también con una fuerza militar que haga viable la fuerza política de una probable Europa unida.

En este 2014 en todo el orbe se vislumbran meses donde los conflictos mundiales, los problemas humanitarios, el precipicio fiscal de la Unión Americana apenas sorteado y la crisis de la eurozona exigirán a los líderes, y en especial al Reino Unido, la toma de decisiones riesgosas, peligrosas como la de qué economía seguir: ¿la inestabilidad de la eurozona o el precipicio fiscal de EEUU del que cada año es más complicado salir?

Difícil la encrucijada a la que muy pronto se enfrentará Gran Bretaña.

 

@plumavertical