El gobierno de México ocultó grosera y escandalosamente el número real de muertos por covid-19 que supera los 321 mil.
Por tanto, deben ser destituidos y encarcelados los responsables de informar sobre el avance de la pandemia que cuesta al país miles de vidas y millones de pesos en pérdidas por quiebra de empresas.
En la administración de AMLO nadie quiere responsabilizarse y le sacan la vuelta al anuncio de que hay más muertos.
Desde el inicio del covid, del que inicialmente el gobierno solo reportó 201 mil 429 muertos, se observó un mal manejo de la crisis sanitaria.
Hoy se sabe que hay cerca de 60 por ciento más que el número oficialmente informado y eso debe llevar a la siguiente conclusión: o pusieron a ineptos, o se hizo con dolo el ocultamiento.
Y en ese ocultamiento están involucrados gobernadores, alcaldes y funcionarios de diversos rangos quienes con el afán de obtener la calificación de "semáforo verde" bajaron las estadísticas y hoy los resultados están a la vista.
Sin mayores preámbulos, AMLO debe ordenar el cese y encarcelamiento de quienes privilegiaron sus puestos de trabajo y dejaron al país a la deriva.
Esta irresponsabilidad es un delito de lesa humanidad ya que muchos se confiaron y hoy están tres metros bajo tierra.
¿Quién repone las vidas perdidas, el daño a las empresas y el colapso del país?
Nadie. Absolutamente nadie se responsabiliza. Ni el presidente de México asume su cuota que le corresponde ya que él fue quien en un inicio pidió que no tuviéramos miedo y se paseaba por el país sin cubreboca.
Habrá quienes irresponsablemente defiendan al gobernante. Lo cierto es que se descubrió que hay 119 mil 571 muertos más, a las cifras oficiales que dieron a conocer los hombres de confianza de AMLO.
En este escándalo hay responsables políticos y operativos que por dignidad deben ser echados del cargo y sancionados penalmente.
Pero como López Obrador cree que la mafia del gobierno está detrás de las críticas, no hará nada contra los irresponsables que lo han metido en un tobogán de críticas.
AMLO debe dar la cara y ofrecer disculpas públicas.
Lamentablemente ya nadie le cree.