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Frontera olvidada

La política de seguridad de la Frontera Sur se finca en extender las oportunidades de salud, educación, empleo, y una política migratoria justa. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Los del sur ya no saben a quién encomendarse. Sexenios van y vienen y nadie aplica una estrategia integral de desarrollo, con incentivos para el campo, la industria, el turismo y actividades colaterales.

Al gobierno de Andrés Manuel López Obrador tampoco pareciera importarle la suerte de los sureños. Se escurre en sus respuestas y no concreta nada a favor de una de las zonas que aporta riqueza a la Federación, vía energía eléctrica y petróleo.

El eterno reclamo al gobierno central es que voltee la mirada al sur, pero no sólo en época de elecciones, sino que lo haga de cara a la realidad. Los del sureste se sienten los “entenados del olvido”. Razón no les falta.

Los conflictos del sur y de otras regiones del continente y de Sudáfrica, a través de los migrantes, amenazan con anclarse en una de las regiones que fuera muy próspera en el pasado como es la zona del Soconusco, que alguna ocasión soñó con gobernar el Manco de Lepanto.

Es tal la importancia del Soconusco y Chiapas en su conjunto que el escritor Miguel de Cervantes Saavedra, autor del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, quiso gobernarlo. En esa rica provincia se asienta Tapachula y otros municipios fronterizos con Guatemala.

En mayo de 1590, Miguel de Cervantes solicitó al rey Felipe II, de España, que lo nombrara en uno de los puestos vacantes en las Indias, pues aspiraba a ser funcionario de la administración española, de cierto nivel.

El Soconusco era una de las Provincias que constituían la audiencia de Guatemala junto con Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Verapaz, por Real cédula del 25 de enero de 1565.

Su solicitud, fechada 21 de mayo de 1590 se encuentra en el archivo de Indias, en Sevilla, España. Hoy esa rica región cañera, cacaotera, bananera, ganadera, soyera y productora de mango sucumbe, literalmente, en el olvido.

El sentimiento separatista del Soconusco se ha acrecentado frente a la supuesta desprotección que desde hace años sienten los chiapanecos, por parte de la Federación. Hoy se sienten más huérfanos que nunca ante al alud de ciudadanos de América Central, el Caribe y Sudáfrica, lo que ha traído consigo una ola delictiva sin precedentes.

Pareciera ser territorio de nadie. Todos los habitantes de esa zona sienten que el gobierno, a través de sus instituciones, ya no los protegen.

En los ochentas y noventas, el profesor Alonso Rodríguez Gamboa junto con el luchador social Ángel Aguiar Díaz (ambos fallecidos) quisieron concretar una utopía: la creación del Estado 33 (Soconusco) sin romper el pacto Federal de desincorporarse de México.

Recorrieron comunidades, villorrios, poblados costeros y ciudades del Soconusco para exigir al Gobierno Federal la constitución de un nuevo Estado frente al abandono de que eran objeto los municipios soconuscas.

Tras la muerte de ambos, comienza nuevamente un movimiento social con una cabeza visible, el médico veterinario zooctenista Guillermo Petris Gamboa quien busca, a través de la lucha social y la denuncia, que se haga justicia a una de las zonas más ricas del sureste, de hermosas playas, miles de hectáreas de café, bananeras.

Paradójicamente está región figura en el mapa de la pobreza. La mayor parte de sus habitantes no logran cubrir la canasta básica y subsisten con ayudas gubernamentales o en pequeños comercios y changarros vendiendo diversos artículos para sobrevivir.

No habría industria, ni progreso en esos estados prósperos del norte sin la energía que aporta Chiapas”, indicó el médico Petris Gambia que demanda que se otorgue beneficios económicos a esta región.

Según datos oficiales, Chiapas produce 55% de la energía eléctrica de México aunque el 34.09% de su propia población no dispone de electricidad.

21% de la producción de petróleo nacional es extraída de la región de Chiapas-Tabasco. 47% de la producción de gas natural proviene de la misma región.

Inexplicablemente ambos estados están pobres y un alto porcentaje de su gente más que miserable.

“No es lo mismo enriquecer a los Estados del norte, proporcionándoles todo lo necesario, en todos los rubros, para lograr su desarrollo industrialización y pujanza, riqueza económica y confort social”, explicó Petris en un artículo.

No es lo mismo dar migajas en programas sociales, para atenuar el hambre a una sociedad empobrecida por el hombre que darle una serie de beneficios al norte como la disminución del IVA, que la zona sur también reclama.

En el sureste mexicano que abarca también a los estados de Tabasco, Veracruz, Oaxaca, los ciudadanos se sienten de “quinta categoría” pues la modernidad no llega, faltan fuentes de empleo, crece la inseguridad y el desarrollo turístico, pesquero y agrícola que debiera tener todavía es un sueño.

Todo para el norte, nada para el sur. El gobierno mexicano debiera entender y saber que la política de seguridad de la Frontera Sur se finca en extender las oportunidades de salud, educación, empleo y abasto y una política migratoria justa, apegada a los derechos humanos.

Urgen políticas justas y acciones que favorezcan la apertura de oportunidades para abatir la emigración de los ciudadanos mexicanos al tiempo de garantizar la estancia productiva de los extranjeros en esa parte del país.

Desde luego que urge alentar la integración armoniosa con Centroamérica, para la protección y el respeto a los derechos humanos de los migrantes, además de impulsar las actividades económicas de complementariedad. 

Pero López Obrador no debe ser candil de la calle y oscuridad de su casa. Esos millones de dólares que otorgará a países centroamericanos debiera aplicarlos en desarrollar el sur.

Urge el reconocimiento como Zona Fronteriza a fin de incrementar con ello la capacidad económica de los municipios para atender obras y servicios públicos.

El reclamo es añejo y poco se ha avanzado por desinterés de muchos gobiernos. Es necesario el desarrollo integral de Puerto Madero o Puerto Chiapas.

Las economías más fuertes del mundo se fincan en el desarrollo de sus puertos y para ello se requiere impulsar el proyecto integral para el desarrollo urbano, económico y social de ese emporio.

¿Cuándo dejará el sur de ser la frontera olvidada? Recuerde, Don Andrés, que el porcentaje de la población en pobreza en Chiapas es de 76.2%, unos 3.96 millones de personas. Y en pobreza extrema están 1.6 millones.

“Buscamos sumarnos a la cuarta transformación y obtener por primera vez, justicia social y económica para esta Frontera, que siempre ha sido marginada, discriminada y saqueada. Completamente olvidada”, reseñó Petris Gamboa.

Y anotó: “Es tiempo que los beneficios de la Independencia de México, las leyes de Reforma, los logros de la Constitución y los deseados por la actual 4a. Transformación, lleguen a la regiones del Soconusco y la Frontera. Y hablamos de un Soconusco que inicia en Arriaga y llega hasta el Suchiate”.

Presidente hoy por hoy, Usted tiene la palabra.

No decepcione a quienes aún confían, como un sueño, en Usted.