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Frente a la urna

Vamos a votar. | Edgar Cortez

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Escrito en OPINIÓN el

Soy un ciudadano que el próximo domingo irá a votar, pero el ejercicio de este derecho lo haré en medio de muchas interrogantes.

La primera tiene que ver con el balance del gobierno de Morena. Ya cerca de la mitad de su periodo hay aspectos positivos como son los programas sociales que canalizan recursos a las familias y personas más pobres del país; así como la capacidad para conseguir vacunas y llevar adelante la vacunación en medio del acaparamiento global de éstas. A la par están asuntos francamente negativos como puede ser la militarización de la seguridad y de otros ámbitos de la administración pública que deben ser tareas civiles, o la franca descalificación hacia las organizaciones civiles bajo una generalización inaceptable.

Además, están los temas pendientes de resultados, como sucede con el combate a la corrupción, donde hasta ahora hay muchas declaraciones, pero ningún caso con sanciones y, sobre todo, que permita revelar las redes de corrupción existentes entre políticos, empresarios y la delincuencia.

Por tanto, es un gobierno con numerosos pendientes respecto de la posibilidad de transformar, para bien, la realidad nacional.

Al mismo tiempo, está la interrogante sobre las alternativas electorales. La oposición optó por pretender juntar el agua y el aceite, pero en realidad no tienen oferta alguna. Pide el voto para detener al actual gobierno, pero la oposición no representa opción alguna.

En esta elección yo tengo que emitir un voto por una representación en la Cámara de Diputados federal, en la alcaldía donde vivo y una representación en el Congreso local, por tanto, necesito contrastar lo que creo se requiere en esos diferentes espacios de responsabilidad y la oferta de las candidatas y candidatos.

No me basta la filiación política de quienes aspiran a ganar las diversas representaciones, sino la claridad de sus propuestas en relación con la tarea que deberán desempeñar. Lo digo porque he escuchado y visto propaganda de candidatos y candidatas a legisladores que hacen ofertas propias del poder ejecutivo, por lo que deben descartarse prácticamente en automático.

A fin de cuentas, me siento en medio de un proceso donde mi única alternativa será elegir la opción menos mala, lo que genera un fuerte desencanto con la democracia y el ejercicio del voto.

Pero eso no me lleva a claudicar de mi derecho y el próximo domingo estaré frente a la urna para depositar mi voto.