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Foto Biker, un instante decisivo

En una moto no importa a qué te dediques, qué edad tengas, qué religión profeses o de qué lugar seas. | Ulises Castellanos

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Escrito en OPINIÓN el

En una moto no importa a qué te dediques, qué edad tengas, qué religión profeses o de qué lugar seas. En los primeros meses de la pandemia, decidí cumplir un viejo sueño y me hice de una bella Harley Davidson, edición especial, del tipo Sportster color menta; desde entonces casi todos los fines de semana salgo a explorar distintas rutas para disfrutar el camino.

No es la primera vez que incorporo la moto a mi vida, pero sí la más decidida y constante. Hace tiempo ya usaba el servicio de las eléctricas en la Ciudad de México y en otras ocasiones me he movido en moto por ciudades y países en el extranjero.

Rodar ahora se ha convertido en un complemento al encierro y la soledad a la que nos ha obligado la presente crisis sanitaria. Siempre he buscado la libertad en muchas de mis actividades profesionales y personales, pero ahora la encontré sobre una Harley.

Y es en este contexto que recientemente descubrí sobre la autopista México-Cuernavaca, a una decenas de fotógrafos que se distribuyen a lo largo de los primeros kilómetros de la carretera, y que se dedican a fotografiar a todos los Bikers que circulan por ahí.

Lo interesante está en la organización que tienen, distintas empresas o grupos de emprendedores, se dan a la tarea de registrar a todos los moteros, que cruzan por ahí, en sus Kawasakis, Susukis, Harley o BMW entre otras, para enviar las fotos a una mesa de edición en Tres Marías en donde se arremolinan decenas de motociclistas para buscarse entre cientos de imágenes y comprar un archivo digital o llevarse la “buena” impresa para su casa.

Detrás del paradero de comida, donde lo automovilistas se detienen a echar unas quesadillas, existe otro universo sobre la federal, miles de conductores de moto se dan cita en ese territorio para comprar, chamarras, guantes, botas, accesorios y echarse una sopa de médula, cecina o quesadillas con una buen agua de jamaica, horchata, coca o una cervecita. Es una cita de fin de semana habitual para muchos compañeros sobre ruedas.

Con el tiempo un motociclista aprende la diferencia entre “conocer” el camino o “respetar” el camino. Y la diferencia es clave para sobrevivir. Lamentablemente muchos han muerto también en esa carretera y ahí están los videos en YouTube, no son pocos los que a 250km por hora, salen volando en “La Pera” o derrapan en otras curvas con consecuencias fatales en la mayoría de los casos, al menos un evento así se reporta por semana.

Y es en ese mundo paralelo, donde un chico de apenas 12 años le sugirió a su padre hacer fotos de los bikers y junto con toda la familia le venden sus archivos que luego envían por WhatsApp a una centenar de bikers por día o unos 250 por el fin de semana.

Esta familia en particular, la encabeza Adrián, su esposa, sus hijos, el padre y hasta el suegro que amablemente te ayudan a escoger tus fotos, te ofrecen distintos paquetes y hasta sales de ahí, con portarretratos, gorras o accesorios extras mientras te imprimen una foto de alguna de sus promociones.

Ellos son una “empresa familiar” que destaca entre una docena de emprendedores con el mismo fin, ,pero no con los mismos precios ni el trato familiar que ahí te dispensan. Cada archivo digital cuesta sólo 30 pesos y en cuestión de minutos lo tienes en tu celular. La foto que arriba les presento es una de las que me tomaron el fin de semana pasado.

Esta familia tiene a cinco fotógrafos apostados en los primeros tramos de ambas carreteras a Cuernavaca, tres en la autopista y dos en la libre. Los que están en la autopista se colocan en los kilómetros  28, 28+900 en el 29. Desde ahí le disparan a todo Biker que visualizan y luego envían sus fotos a la “mesa” de Tres Marías, cubren durante tres horas su encargo, de 9 de la mañana a medio día y listo.

Hoy Leo, tiene 16 años y hace foto ahí desde hace cuatro años, a partir de la una de la tarde es el responsable de mandar las fotos por whats. Su página en Facebook es “Leocam”. Y aunque no son los únicos, sí me parecen los mejores. Desconozco por ejemplo si a lo largo de la pista existan fotógrafos profesionales en otras iniciativas de este tipo, pero todos se ven bien equipados y se conducen con profesionalismo. Me cuentan que el pionero de este servicio fue un alemán de apellido Mainol que ahora ya no trabaja en esas carreteras.

Cada que nosotros cruzamos esos caminos, el universo nos regala un paisaje, pero si respetamos esa carretera, ese mismo universo nos mostrará mil paisajes más. La seguridad sobre la motocicleta es vital, y nada debe dejarse a la improvisación. Nada. Nuestro cuerpo es la carrocería y así de frágil es.

Así que cuídense y quédense con esa persona que entienda su locura y comparta su pasión por la velocidad y el paisaje. Nada se compara a esa sensación de libertad que solo da, el camino sin ruta fija.