La unidad no los ha hecho más fuertes, si más coordinados en torno al proyecto de Más Europa. La Unión Europea que nace en los años cincuenta vive hoy los peores momentos de su vida contemporánea: Grecia, Portugal, España, dan muestras de que la unión aun les pesa; la moneda única y el sin fronteras significan holgura internacional, pero también quebrantos nacionales.
El domingo 25 de mayo hubo elecciones para integrar el Parlamento Europeo. El mosaico de colores muestra la diversidad de intereses, pero también el fracaso de las ideologías. En los resultados predominó entre los electores el hoy mismo, no la construcción de un mañana. Y esto, aun así, deja lecciones para todos:
En Francia ocurrió una catástrofe para el presidente socialista, François Hollande. Los franceses, más en tono de desahogo, repuntaron una amenaza: la de la ultraderecha en el poder. ¿Por qué?
Por una sencilla razón: los franceses castigaron al presidente por el ‘vuelco’ ideológico que dio al traicionar, dicen, el espíritu socialista por el que votaron y al desdeñar éste sus promesas de campaña de política social, vuelta política de recortes como marcaba Bruselas (UE).
Así que el ultraderechista Frente Nacional, de Marine Le Pen se sale con la suya y gana con el 25% de los votos, seguido de los conservadores de la UMP, que obtienen el 22% de los sufragios. Hollande, con el Partido Socialista, se desploma hasta la tercera posición con el 15% de los votos.
¿Sorpresa? No tanto. Los indicios eran que Hollande no las llevaba todas consigo. Aun así el resultado fue superior a la más pesimista de las expectativas, lo que ha puesto en alerta a la Unión Europea que ve llegar al Parlamento a una representación antiinmigrante, racista y xenófoba.
España estaba mal ‘y parió la abuela’. Los resultados electorales al parlamento europeo no pudieron ser peores para el Partido Popular (PP) –conservador, en el gobierno-, y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). El bipartidismo español se viene abajo luego de prácticamente 37 años de gobierno de estos dos grupos políticos…
Llegan con 16 y 14 escaños, respectivamente: ambos perdieron más de cinco millones de votos y 30 puntos en relación con sus resultados en 2009 cuando consiguieron 80% de los votos: esta vez no llegaron a 50 por ciento.
Muchos españoles están fastidiados: del PP en el gobierno con un presidente Mariano Rajoy (PP) que no termina de entenderse con la mayoría española y cuya administración acusa hasta el fastidio al PSOE de los pesares y quebrantos de los españoles al haber visto nacer –dicen el PP- el problema y no dar soluciones inmediatas.
Con Rajoy hay seis millones de desempleados, recortes permanentes y una expectativa de solución a la crisis muy lejana, aunque ya dura siete años. El resultado social es que aumentaron la criminalidad, violencia, robo, racismo, xenofobia, e indignación.
Los españoles que votaron quitaron sufragios a los dos grandes partidos, para otorgarlos a pequeñas fuerzas políticas que, con esto, aumentan su presencia y su capacidad de intervención y negociación política: Izquierda Unida llega a 6 escaños; UPyD (Unión Progreso y Democracia) obtiene 4 y así: la izquierda gana; pero muy diversificada.
La sorpresa electoral fue el muy nuevo partido político Podemos, que nació a raíz del famoso 15 de mayo de 2011 cuando una multitud de españoles salieron a las calles a reclamar soluciones a la crisis. El gobierno de Mariano Rajoy dio evasivas y se refugió en el pasado.
Podemos fue fundado por un joven de 35 años, Pablo Iglesias, quien es profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid: Hace menos de tres meses, el 11 de marzo de 2014, Iglesias inscribió a esta nueva opción. Mediático, Pablo Iglesias, que proviene de Izquierda Unida (IU) en unos cuantos meses consiguió estar en el Parlamento Europeo con 5 escaños, uno menos que su partido de origen. Lección también.
Una forma de refugio, porque muchos socialistas españoles ya no se encuentran en el PSOE. Alfredo Pérez Rubalcaba, el líder del Socialista, convocó ya a un Congreso extraordinario para julio. Van a caer cabezas por este rotundo fracaso, sin duda.
En Alemania, el grupo conservador de Angela Markel ganó un 35.9% de los votos. En Grecia la izquierda radical, liderada por Alexis Tsipras obtuvo una buena ventaja frente a los conservadores en el gobierno… Y hubo apatía ciudadana en países del centro y este de Europa, donde la abstención corrió del 55 de Austria al 87% de Eslovaquia… Y así.
La lección europea da para mucho y puede resumirse en que los electores están fastidiados con lo que hay. Los partidos políticos envejecidos están en crisis. Lo económico predomina a lo ideológico. El ciudadano castiga, y se castiga a sí mismo. Pero sobre todo que en momentos de crisis económica, como en el enojo profundo, lo peor es tomar decisiones de gran calado.
Europa ha sido fuerte y el cambio de piel es sólo eso; el contenido sigue vigente: el continente de la democracia, la filosofía, la música suprema, la gran literatura, la reflexión y la dulzura que da hombres recios y mujeres firmes está ahí… Pero también sus políticos… ¿qué hacer con ellos?
Twitter: @joelhsantiago