Pronto se estrenará en México, a través de Netflix, una serie documental llamada “Nación de Inmigración”, misma que permite conocer el funcionamiento de una de las agencias gubernamentales estadounidenses más polémicas: la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés). La producción es diferente a otras que también abordan la política migratoria de EU pues recuenta el funcionamiento de ICE a través de la viva voz de su personal y directivos, y cuenta con acceso directo a oficinas y centros de detención controlados por ICE. Por si fuera poco, esta serie despertó, en el “más alto nivel” de la administración, un interés inusitado con miras a las próximas elecciones presidenciales norteamericanas.
ICE, conocida por muchos connacionales como “la migra”, es la dependencia encargada de vigilar y hacer cumplir las leyes migratorias de EU a través de detenciones o deportaciones de migrantes, y depende directamente del Departamento de Seguridad Nacional. La política migratoria del actual gobierno ha buscado deportar al mayor número posible de migrantes con estatus irregular que residen en territorio estadounidense, y para estos efectos ICE ha asumido un rol más activo. Sin embargo, su labor ha sido criticada por diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, ciudadanía y actores políticos.
La agencia, junto con otras que también forman parte del sistema migratorio, es considerada responsable de la separación de familias y de detenciones arbitrarias, además de ser vista como un instrumento de terror a manos del gobierno. Desde un punto de vista de la estructura administrativa, ICE es tan solo el ejecutor de las leyes migratorias y de las órdenes dictadas por el presidente en funciones. Sin embargo, el documental muestra, de parte de algunos agentes migratorios, un trato deshumanizado e indiferente, que se autojustifica con el argumento de “estar haciendo cumplir la ley”. Esto sin contar que la miniserie también muestra flagrantes violaciones a la normativa existente cometidas por servidores de ICE, como ingresar a un hogar forzando las cerraduras, o decir que se cuenta con orden judicial para ingresar a un domicilio, cuando no existe tal.
Al parecer, la grabación de estas tácticas internas de ICE alertó al gobierno norteamericano, el cual a través de procedimientos judiciales, y como lo recuenta el New York Times (NYT), hizo lo posible para evitar que algunos extractos del documental fueran incluidos en la versión final. De acuerdo con información recopilada por periodistas del NYT, se quiso evitar que esta serie fuera difundida antes de la elección presidencial de noviembre de este año en la que, según encuestas, la posibilidad de una reelección se ve cada vez más lejana para el presidente Donald Trump. Finalmente, esas escenas polémicas se conservaron.
EU tiene una política migratoria estricta, que ha sido severamente criticada, entre otras razones, por criminalizar a las y los migrantes. Ser migrante no es delito, y no debe ser considerado como tal. Criminalizar la migración es contrario a principios de normativa internacional, y a recomendaciones y opiniones de organismos, como el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria y el Consejo de Derechos Humanos, ambos de la ONU. El Consejo, por ejemplo, ha resaltado que “criminalizar una entrada ilegal a un país excede los intereses de un estado de controlar y regular la migración irregular y acarrea detenciones arbitrarias” (Resolución A/HRC/20/24).
Son los propios migrantes los que han contribuido al desarrollo de EU. Algunos de los oficiales de migración que trabajan en ICE hablan español como su lengua materna, muchos no nacieron en EU, y otros tantos son descendientes de primera generación de migrantes. Son migrantes quienes detienen a migrantes por “incumplir” leyes migratorias, muchas sin sentido. El sistema migratorio estadounidense es un tanto perverso, “Nación de Inmigración” muestra las crueldades que genera.