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EU, democracia marchita

Hoy ha quedado comprobado que el modelo norteamericano no es perfecto y puede romperse en cualquier momento. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

La era Trump no ha llegado a su fin en Estados Unidos. Más bien, el que el Senado haya absuelto a Donald, quien avaló el trabajo sucio de los manifestantes que asaltaron el Capitolio, en enero pasado, revela que en el coloso del Norte la democracia se ha marchitado.

El exgobernante salió librado de las acusaciones que buscaban entablarle un juicio político. Hoy, fortalecido, retornará a mediano plazo a la política y lo hará por la puerta grande.

De nada valieron los argumentos que el exjefe de Estado Norteamericano fue el incitador tras bambalinas de la turba del 6 de enero. Con ese golpe de timón, Trump y sus seguidores buscaban descalificar lo que Joe Biden ganó en las urnas.

Trump pretendió romper el pacto democrático de respetar la voluntad popular y cual delincuente movió sus fichas para desestabilizar la democracia que tanto juró defender.

Aunque el fin de semana 57 senadores dieron la cara y votaron por el establecimiento de una pena contra Trump no se lograron conseguir los 67 votos necesarios para poner a Donald frente al pelotón de fusilamiento que lo mandaría a la sepultura política.

Aquí queda demostrado que ha fracasado el sistema, el Estado de Derecho pues al perdonar a Trump se revela que en Estados Unidos al igual que en otras partes del mundo también se juega sucio.

Los republicanos consideraron anticonstitucional el proceso en virtud de que Trump no ejerce actualmente el cargo de presidente de Estados Unidos. Un juicio como el que pretendía instaurarse solamente era viable si estaba en el poder y, por ende, expulsarlo del cargo.

La maldad en su total magnitud. Se ha generado un precedente dañino para el sistema democrático norteamericano ya que ningún gobernante podrá ser juzgado por hechos perpetrados en su gestión.

Eso en cualquier parte del mundo es el fiel reflejo de la impunidad y la maniobra política de quienes defienden a uno de los peores presidentes que ha tenido Estados Unidos.

Aunque desde el Senado se estableció que lo que se iba a actuar sobre Donald Trump era totalmente constitucional pero a la hora de votar el tema no se alcanzó la mayoría para sancionar al ex gobernante.

A la luz de los acontecimientos del último fin de semana, la absolución a Trump constituye un golpe bajo al sistema democrático norteamericano pues es políticamente responsable de la muerte de las cinco personas en los disturbios.

Trump debiera ser llevado a la cárcel por esas muertes tras incitar, desde el poder, a la gente bajo el argumento de que hubo fraude en la elección de Joe Biden. Donald mintió e incitó a su gente a tomar por asalto el Congreso.

No era nada novedoso que Trump promoviera la violencia. Siempre ha sido belicoso e irresponsable. Después de él no hay nadie, según su percepción.

Su actuación se reduce a un acto criminal y es de vergüenza que no haya sido sancionado.

En este contexto, Trump será una piedra en el zapato para la actual administración. Seguirá incitando a actos desestabilizadores, encaminados a destruir las instituciones y continuará con su discurso populista.

No es un hombre que sepa perder y menos que acepte que su tiempo ya concluyó. Ahora se promoverá como un mártir.

"Esto puede ser que le sirva como factor de aglutinamiento: recordar que ha sido blanco de la izquierda y de la prensa, de manera injusta", dijo Capri Cafaro, una ex legisladora demócrata que ejerce como docente en la American University.

El propio Trump sugirió que el fallo del Senado marcará un antes y un después. "Nuestro magnífico, histórico y patriótico movimiento, Make America Great Again (Hacer a Estados Unidos grande de nuevo), apenas está comenzando", dijo.

Trump salió, al final de su mandato, por la puerta trasera de la cocina y lo que pudo haber realizado en su administración lo echó por la borda tras el ataque al Capitolio y la violencia de sus seguidores.

Una vez resuelto su juicio hoy le toca solo jugar golf y volver a sus negocios donde tiene mejor horizonte que en la vida política norteamericana aunque no hay que descartar que quiera regresar en el 2024.

"Los senadores que votaron por la absolución pueden haberse protegido de tener que enfrentarse en primarias a candidatos más extremistas de su propio partido, pero también se hicieron más vulnerables en caso de elecciones reales", dijo Wendy Schiller, de la Universidad de Brown.

El líder republicano del Senado, Mitch McConnell, votó a favor de la absolución sacando a relucir cuestiones de derecho, como que ese cuerpo legislativo no puede someter a juicio político a un ex presidente.

Hoy ha quedado comprobado que el modelo norteamericano no es perfecto y puede romperse en cualquier momento.