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Espiral violenta

Detengamos esta espiral de violencia política ahora, para no entrar en un torbellino de odio y de sangre del que no podamos escapar mañana | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

Las elecciones 2018 han quedado marcadas por la violencia, así lo constata la cifra roja de asesinatos en contra de líderes políticos a partir del mes de septiembre que dio inicio el proceso electoral.

Violencia política

De acuerdo con cifras del Cuarto Informe de Violencia Política en México 2018, de Etellekt Consultores, en siete meses 82 políticos han sido asesinados; el 90% de las agresiones documentadas fueron contra funcionarios y candidatos del ámbito local; 69% de las víctimas fueron asesinadas por grupos armados (54 casos), mientras que en el 12% (9 casos) las víctimas fueron privadas de la libertad y posteriormente halladas sin vida y con señales de violencia. El resto es múltiple. El 66% de los casos ocurrieron en seis entidades: Guerrero con 18 casos, Oaxaca con 13 casos, Puebla con 9, Veracruz 8 casos y Estado de México con 6 casos.

Sobra decir que, de la fecha de publicación del informe a este día, las cifras se han modificado a la alza y que no es menor el impacto en la población por la visibilidad y crueldad de los hechos, lo que nos permite afirmar que la violencia política está desbordada y amenaza seriamente la buena marcha del proceso electoral. Para completar el cuadro, se publicó recientemente la cifra de más de mil casos en que suplentes y aspirantes a distintos cargos de elección popular han abandonado la contienda por temor a represalias o bajo amenaza de la delincuencia.

Ante la preocupación justificada por la violencia política resulta más que justificada la presencia de los integrantes de la Misión de Visitantes Extranjeros para el proceso electoral de nuestro país de la Organización de Estados Americanos (OEA), encabezada por el expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández. Ya el Secretario General, Luis Almagro, había manifestado su preocupación en las redes, así como en la visita que hizo la delegación de la coalición Por México al Frente a la sede de la Organización en Washington. 

Seguridad

De igual importancia resulta el llamado dominical del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, convocando al diálogo a los candidatos y a las fuerzas políticas para romper la ola violenta y garantizar condiciones de seguridad y paz social en lo que resta de la campaña electoral. A este pronunciamiento se sumó el Instituto Nacional Electoral (INE), al reiterar que si bien la seguridad no es su responsabilidad, sí debe exigirse al Estado mexicano, en particular al gobierno, que intensifique las acciones para asegurar las condiciones que permitan el cabal cumplimiento del mandato constitucional de legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, independencia y máxima publicidad para que cada elector pueda ejercer su derecho al voto y para que los candidatos puedan desarrollar sus campañas y ser elegidos de igual manera. 

A propósito de la violencia política y de la inseguridad, Ricardo Anaya, candidato presidencial del Frente, ha sido enfático en señalar la falla del modelo de seguridad, el abandono del gobierno federal a una de sus mayores responsabilidades; también en exigir, seguridad para los ciudadanos en las calles y en los espacios públicos, en los centros de trabajo y en las campañas políticas. A pregunta expresa sobre la necesidad de seguridad para los candidatos presidenciales respondió que más que seguridad para él como candidato habría que garantizar la seguridad de los ciudadanos y de la población en general.

Dado que la violencia política daña irremediablemente a quienes la padecen de forma directa pero también a quienes sufren sus efectos en las comunidades afectadas, bien se puede decir que la violencia tiene una dimensión social que mina la participación política de los ciudadanos, por lo menos así se ha observado en los procesos electorales afectados por ser un cáncer social alrededor del mundo. Por esta y otras razones hay que levantar la voz y hacer causa común para no ser presa de la delincuencia y de los más bajos apetitos de quienes lo prohíjan.

Es necesario recordar que, como advertía Gandhi, “lo que se obtiene con violencia sólo se puede mantener con violencia”, y nada más trágico para nuestro país que ceder el poder de los votos al de las balas. Detengamos esta espiral de violencia política ahora, para no entrar en un torbellino de odio y de sangre del que no podamos escapar mañana.

Debate por el futuro

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