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Espacio público, destino o camino

Hace falta una visión más profunda del espacio público, no sólo verlo como destino sino como un camino. | Roberto Remes

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Escrito en OPINIÓN el

El espacio público ideal es camino y no destino. Cuando digo esto me refiero al espacio público como un todo y no sólo como un espacio específico. Mejorar espacios públicos, en plural, es bueno; integrarlos, es mejor. Transformar los espacios en uno solo es lo ideal.

Este domingo se abrió la rehabilitación del Parque Ecológico de Xochimilco. No puedo negar que me da gusto, a pesar de mis dudas sobre el proyecto. Es un espacio que me identifica, en alguna época me iba a ese lugar a leer, a despejarme, a pajarear. Llegaba en bicicleta pues vivía relativamente cerca. Viví su deterioro como usuario.

Una de las virtudes del Parque Ecológico de Xochimilco es la reserva de aves, hasta cierto punto, un lugar mágico. El problema prevaleciente es la cercanía de ese espacio con el Periférico, el nuevo problema es la construcción de un gran paso a desnivel de dos kilómetros de largo en medio de la Zona Patrimonial de Xochimilco. Insisto, qué bueno que se haya rescatado el parque, pero qué lástima que se le haya alejado de la ciudad con un paso a desnivel, cuando se le pudo vincular a otro proyecto que impulsa el Gobierno de Claudia Sheinbaum, el Canal Nacional.

En realidad, el caso del Parque Ecológico de Xochimilco no es un caso aislado. La presente administración está atendiendo diversos sitios deteriorados y, con mayor o menor afinidad a los proyectos, podemos reconocer su preocupación por mejorar los espacios públicos. Lo que no comparto es la falta de integración con el entorno inmediato.

Si uno observa las intervenciones de la extinta Autoridad del Espacio Público de la Ciudad de México (AEP), la lógica de lo que hacíamos era integrar. Cuando se terminó, por ejemplo, el proyecto de Jardín Pushkin, se atendieron las banquetas del perímetro aledaño. Lo mismo ocurrió con la Alameda Central y la renovación de Avenida Juárez. La perspectiva siempre fue acercar los espacios intervenidos a las manzanas adyacentes, pues de nada sirve una intervención aislada, donde los beneficios no alcanzan a toda la población objetivo.

En 2016 se convocó a un concurso para renovar tanto la plaza del Monumento a la Madre como el Jardín del Arte. Ese concurso lo llevó a cabo la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y no siguieron los criterios de la AEP. Entre otros defectos, las banquetas de las calles Sullivan y Manuel Villalongín están desvinculadas de ambos sitios, y en muy malas condiciones, con una traza vehicular de paso que aleja tanto a la colonia San Rafael como a la Cuauhtémoc de ambos espacios públicos. Espacios accesibles aseguran la participación de la comunidad. Esto puede impactar no sólo en más personas disfrutando esos sitios, sino además en ambientes más seguros.

Todos los parques de nuestra ciudad deberían estar rodeados de entornos calmados y accesibles, que permitieran que los niños y los adultos mayores lleguen a los espacios públicos sin preocuparse por los automóviles. Esto, lamentablemente, no funciona así. Más allá de que tengamos jardines y colonias enrejados, que también es un aislamiento del espacio público, los niños ya no pueden ir solos a los parques y éstos se deterioran en forma acelerada no sólo porque los recursos para mantenerlos son limitados, sino porque a falta de público, particulares se van apropiando de las funciones esenciales.

Podemos destacar espacios que están siendo atendidos por la presente administración en distintos puntos de la ciudad: Gran Canal, Canal Nacional, Parque Cuitláhuac, Sierra de Santa Catarina, entre otros. Lo celebro, pero sin una estrategia de pertenencia, sin la ampliación de espacios peatonales y reducción de las velocidades en el entorno, esos mismos espacios volverán a deteriorarse. 

En Canal Nacional, cada bloque es concebido por separado, anulando la posibilidad de construir un gran paseo urbano desde Xochimilco hasta el Centro Histórico. En Planta de Asfalto, por ejemplo, otro de los proyectos que ha promovido la actual administración, la entrada al parque está en Avenida Imán y no hacia la colonia Ajusco, lo que fuerza a los visitantes a llegar en auto.

Este gobierno ha tenido cierta obsesión por agilizar los movimientos para el automóvil. Sabemos que ello ha costado un número creciente de vidas, pero esto también impacta en la forma en que se utiliza el espacio público. La ciudadanía se aleja del espacio público y se acerca a los centros comerciales. En el largo plazo terminará siendo un desperdicio haber rescatado sitios que queden aislados de las colonias circundantes. Hace falta una visión más profunda del espacio público, no sólo verlo como destino sino como un camino, un espacio de contacto de todos los habitantes de la ciudad.