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Es tiempo de cuidarnos más

Hay que combatir la pandemia por los medios médicos, pero también hay que garantizar que no se vuelva a bajar la guardia en materia de prevención. | Ivonne Ortega

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Escrito en OPINIÓN el

Con la llegada de las primeras dosis de vacunas contra el covid-19, la ciudadanía de inmediato recibió un esperanzador mensaje en medio de tantas calamidades ocasionadas por la pandemia.

Y con justificada razón. Se trata de un gran paso en el combate al virus que ha matado a más de 130 mil mexicanas y mexicanos, en un ritmo fatal de más de mil fallecimientos por día.

Inicia la aplicación de la vacuna al personal médico y de primer contacto con los pacientes, justo cuando la llamada segunda ola de la enfermedad golpea a nuestro país y ocasiona nuevos picos de contagios, y también cuando tenemos noticias de una segunda cepa más contagiosa.

Por estas razones no hay que relajar la guardia, sino al contrario: es tiempo de cuidarnos más. 

Los mensajes poco claros del gobierno federal respecto de la prevención, como el cuestionamiento del uso del cubrebocas, ya han tenido efectos nocivos y el balance final deberá juzgar las responsabilidades de quienes desde el atril público minimizaron la pandemia.

Pero ante esas acciones confusas, la sociedad y los gobiernos locales han reaccionado con medidas de prevención que han ido desde la higiene personal hasta el confinamiento, desde el saludo a distancia hasta el home office. Y hay que continuar con esas medidas si queremos cortar de plano la propagación del virus.

El mejor ejemplo de un relajamiento con consecuencias negativas es la situación que actualmente se vive en el centro del país, es decir la Ciudad de México el área metropolitana, que permanece en semáforo rojo desde diciembre a consecuencia de un repunte de contagios y de desenlaces fatales.

Estas condiciones han llevado al borde del colapso de la red hospitalaria con 12% de camas covid-19 disponibles, unas 700, para una población de millones de personas, lo que ha llevado a la capital del país a aumentar su capacidad hospitalaria con instalaciones emergentes y a convocar a personal de sanidad proveniente de otros estados.

En paralelo, el comercio formal, sobre todo la industria restaurantera, clama por ayuda pues la disposición de cerrar el servicio los ubica a las puertas de la quiebra.

Pero lo más desolador es el vía crucis que recorren diariamente personas de todos los niveles socioeconómicos para hallar un hospital para sus parientes infectados, muchos de ellos en condiciones delicadas o graves. 

La tragedia humana ha llegado a nosotros después de un periodo de relajamiento de las medidas de seguridad sanitaria, durante el fin de año, debido a la costumbre de convivir en las fiestas tradicionales. Muchas personas no cuidaron la sana distancia, tampoco los protocolos establecidos, y se dio paso libre a la enfermedad.

Hay que combatir la pandemia por los medios médicos, pero también hay que garantizar que no se vuelva a bajar la guardia en materia de prevención, ni un paso atrás.

Es cierto que la vacuna puede ser el inicio del fin de la pandemia, pero en tanto no se inmunice a la totalidad de la población, el virus seguirá teniendo posiblidades de contagiar y de matar, de ahí la importancia de frenarlo mediante la higiene y el distanciamiento.

No olvido, ni los mexicanos olvidamos, el intento de ocultar cifras por parte del gobierno federal, tampoco la incongruencia de quienes llaman a no salir de casa y se van de paseo a la playa, pero en estos momentos lo importante es cuidarnos a nosotr@s mism@s.

Demasiado nos ha costado en vidas y en pérdidas de patrimonio de millones de familias mexicanas para que en un descuido sigamos engrosando la terrible estadística fatal de la pandemia.

Por el bien de tod@s, cuidémonos más.