Apenas en mayo pasado, dedicamos una colaboración al análisis de los desafíos financieros que enfrenta PEMEX[1] en un contexto de “despetrolización” de las finanzas públicas y baja de ingresos petroleros, que nuevamente cobra relevancia ante el anuncio de la segunda alza consecutiva al precio de las gasolinas en todo el país.
Esta medida, que ha causado indignación popular, está sustentada en los Artículos Transitorios del Decreto de la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) para 2016, aprobada tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, y que establece una banda con valores máximos y mínimos para los precios máximos de gasolina y diésel.
Así, de acuerdo a la LIF 2016, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) debe realizar un análisis de las siguientes consideraciones antes de elevar o disminuir el precio de las gasolinas: a) Evolución observada y esperada de los precios de referencia internacionales; b) Estacionalidad de los precios de referencia internacionales; c) Diferencias por costo de transporte entre regiones; d) Diferencias por diversas modalidades de distribución y expendio al público; y e) Tipo de cambio.
Siguiendo este mandato legal, la SHCP informó, en un comunicado del 28 de julio, que “con respecto a lo observado en agosto del año pasado, los precios para agosto 2016 serán mayores en 3% en el caso de ambas gasolinas (Magna y Premium) mientras que el precio del diésel será menor en 1.5%”; lo que no dice Hacienda, es que con el aumento anunciado, los precios de las gasolinas se habrán elevado 6% en 2016, cifra que representa casi el doble de la inflación.
Más allá de la legalidad del aumento, es urgente reflexionar sobre varios factores que podrían haber incidido en este nuevo “gasolinazo”, con el fin de corregirlos y evitar que el próximo año se vuelvan a presentar estas medidas que tanto molestan a la sociedad:
En el mismo sentido, debemos recordar que con la apertura del sector y la “liberación” total de precios contempladas en la reforma energética para 2018, es muy probable que se presenten más altas y bajas en el precio de la gasolina, por lo que también sería útil seguir las recomendaciones de la COFECE en el Documento “Transición hacia mercados competidos de gasolinas y diésel”[2], entre las que destacan:
La implementación de estas medidas por parte de las autoridades resulta indispensable para evitar que, como está sucediendo con la reforma educativa y la oposición de la CNTE, se intente echar abajo la reforma energética, incluso antes de que esta comience a funcionar a plenitud.
[1] PEMEX: el adiós a la renta petrolera y el gran reto para el futuro
[2] Transición hacia mercados competidos de gasolinas y diésel
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