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EPN, Meade y la cábala del 27

Es previsible que Meade, si es que resulta postulado como todo indica, será un contendiente competitivo. ¿Funcionará la cábala del 27 de EPN? Lee a Roberto Rock

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Escrito en OPINIÓN el

Un domingo, último de noviembre, ganado por los rumores y las especulaciones, que generan un camino resbaloso propicio para los accidentes.

Este lunes 27 es en Los Pinos la fecha en la que se desvelará el nombre del aspirante favorito para buscar la Presidencia de la República bajo la siglas del PRI y sus aliados.

El “predestape” de Luis Videgaray a favor de José Antonio Meade la semana pasada habría movido la fecha para el próximo domingo 3, pero señales de última hora indican que la fecha habría sido retomada para darle al ungido algunas horas de ventaja, dentro y fuera de su partido. 

Este lunes sabremos si la señal surgida desde la Secretaría de Gobernación la tarde de ayer estaba o no en el guión, o habría que apuntarla en la misma columna en donde se registró el baño de elogios de Videgaray a Meade, que mereció un intenso cabildeo de operadores con los medios, lo mismo que ocurrió en este nuevo caso del secretario Miguel Ángel Osorio Chong diciendo a sus colaboradores que la definición de la candidatura no lo beneficiará a él, pero que mantendrá su absoluta lealtad hacia el presidente Peña Nieto y el PRI.

En días pasados el propio mandatario sembró en la mente de sus públicos la idea de que este día 27 ocurriría el “destape” definitivo. Ya sabremos si la casa presidencial se rindió ante el influjo de la cábala que según el Presidente, le ha traído suerte con los días 27. 

La cábala de EPN


Peña Nieto seleccionó el 27 de noviembre del 2014 para anunciar su programa de control a la inseguridad. A juzgar por los resultados del mismo, sería difícil concluir que el número 27 haya sido en este caso de buen augurio. El 27 de septiembre de 2011 se registró como precandidato a la Presidencia por el PRI (que ganó). El 27 de enero hizo que se revelara la postulación de su primo Alfredo del Mazo como aspirante a la gubernatura del Estado de México (que aunque a trompicones, también ganó). El 27 de agosto de 2015 hizo los ajustes a su gabinete que pusieron en la lista de “cardenales” a José Antonio Meade y Aurelio Nuño, a la sazón finalistas en la contienda por la candidatura.

La información confirmada extraoficialmente por Gobernación en el sentido de que el propio Osorio Chong había confirmado que él no sería candidato, llevó en las últimas horas a la conclusión de que el ganador de la carrera interna es José Antonio Meade. Nadie se ha preguntado por qué no hay ninguna señal desde el equipo de Aurelio Nuño, así sea un “discreto” café entre ambos en un comedero político.

No ha faltado entre nuestros opinadores profesionales la urgencia incluso de transmitir que Meade será candidato, Nuño su coordinador de campaña y Eruviel Ávila nuevo presidente del PRI, lo que a su vez obligaría a otros enroques, de tal suerte que José Antonio González, director de Pemex, iría a Hacienda y su lugar sería cubierto por Enrique Ochoa, que ahora conduce el PRI nacional.

Meade, contendiente competitivo


Nada en todo esto carece de lógica, y es probable (pero no absolutamente seguro) que el cuadro completo se arme en las próximas horas y días.

Sin embargo todo este modelo de rumores, “destapes” y primicias obedece a los viejos tiempos en los que el PRI era el partido “casi único” del país y su candidato tenía escriturada por adelantado la silla presidencial. 

Eso no ocurre más en México desde hace 20 años, cuando en 1997 la oposición al PRI ganó tantas posiciones en el Congreso, los estados y la capital del país, que el equilibrio de poderes en la República se modificó dramáticamente. Hoy por lo pronto, el PRI y sus aliados, sea quien sea su candidato, arrancan en tercer lugar en la carrera por Los Pinos. 

Todos presenciaremos en los próximos días una “burbuja” en las encuestas que beneficiará al aspirante del oficialismo, por la relevancia que alcanzará su postulación en la cobertura de todos los medios. Eso hará al PRI echar las campanas a vuelo. Pero habrá que esperar a febrero para que las encuetas puedan empezar a ser tomadas con seriedad. 

Es previsible que José Antonio Meade, si es que resulta postulado como todo indica, será un contendiente competitivo. Pero más allá de eso todo son conjeturas por ahora. Sin embargo, hay que prepararse para ver cómo la parafernalia que tan bien tiene ensayado el PRI durante casi 90 años, dominará esta semana el espectro mediático. Eso será muy vistoso. Luego vendrá lo importante.

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Robertorock@hotmail.com

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