Main logo

Entre la felicidad y la realidad

Queda claro es que la población no se siente feliz. | Fernando Díaz Naranjo

Por
Escrito en OPINIÓN el

Las grandes acciones de gobierno y, en particular de cualquier administración pública deben tener el referente constante del sentir de la población para que la autoridad tenga un seguimiento oportuno, generar los aciertos correspondientes o bien, reorientar determinadas acciones de gobierno en beneficio de la población.

El mejor ejemplo para que podamos visualizar el paralelismo entre medidas tomadas por el gobierno y la percepción de la ciudadanía la encontramos en un punto en que la actual administración federal ha puesto mucho énfasis: la felicidad de la población.

Por felicidad, según diversos diccionarios, debemos entender un estado de ánimo de una persona o personas que se sienten plenamente satisfechas por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno que lo hace sentir pleno.

Así, de acuerdo con una encuesta publicada en el diario El Financiero en este mes de agosto, el porcentaje de mexicanos que dijo ser “muy feliz” disminuyó casi 19 puntos porcentuales de marzo a julio de este año, es decir, en tan sólo 4 meses.

¿Cómo entender las razones de esta disminución de la felicidad de la población? De entrada, la situación económica por la que atraviesa el país parecería ser la que más peso tiene en la percepción de la población. Aunque hay otros referentes como la inseguridad que vivimos todos los días, el manejo erróneo de la emergencia sanitaria, entre otras.

De acuerdo con una encuesta publicada por Citibanamex realizada a 28 instituciones financieras y casas de bolsa, nuestro país sufrirá una contracción económica de 9.8%. Estos datos coinciden con las cifras presentadas por Banco de México (Banxico) que estimó una baja de 9.9 por ciento del Producto Interno Bruto de este año.

Estos números reflejan que la población está percibiendo, de distintas maneras, esta crisis económica y, como consecuencia, no cuenta con los elementos suficientes para sentirse feliz.

Así, la población manifestó en marzo de este año sentirse, en un 57% muy feliz para estar ahora en un 38%. De marzo a julio, de igual forma, creció en tres puntos porcentuales la población que manifestó sentirse poco o nada feliz, al pasar de 9 a 12%.

Con la información desagregada se obtienen datos verdaderamente dignos de análisis. Es decir, por niveles de ingreso se muestra que el segmento de la población entre los niveles bajo y medio bajo es el sector que va en plena picada pues de un 46% pasó a un 26%.

Este dato es revelador por dos aspectos. Por un lado, porque de acuerdo con diversos estudios, este segmento de la población es, en una importante mayoría, la que votó por la presente administración pública federal, por el otro, es también, la población que, en términos generales más vota.

Con lo dicho hasta aquí podemos considerar los siguientes aspectos:

· Es importante y urgente redireccionar las políticas que lleven a reactivar nuestra economía. Entendemos que la emergencia sanitaria por el covid-19 ha significado un duro revés a la misma, pero antes de la pandemia ya vivíamos, por decir lo menos, un estancamiento económico.

· Toda vez que la pandemia está afectando a un número importante de mexicanas y mexicanos sería importante reencauzar la estrategia en materia de salud.

· Deben diseñarse políticas públicas específicas para atender a la población de niveles de ingreso medio bajo y bajo que forman el grueso de la población.

Esto se traduciría en una mejor armonía entre el ejercicio del poder público y la percepción de la población, de lo contrario su manifestación pudiera hacerse presente en las ya próximas elecciones en puerta.

Lo que queda claro es que la población no se siente feliz.

¡Hasta la próxima!