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Engaños y autocomplacencias

Mientras el gobierno asegura que han logrado superar el desabasto de medicamentos, fuentes del sector farmacéutico afirman que serán insuficientes. | Marco Adame

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Escrito en OPINIÓN el

Con bombo y platillo en Palacio Nacional anunciaron el fin de la severa crisis por el desabasto de medicamentos. Pero es difícil creerles, tras seis mesas de diálogo con los padres de los niños con cáncer sin que cumplan sus promesas. Además de que con el mismo triunfalismo anunciaron, una y otra vez, que la pandemia se había controlado; o que la curva se había doblado; o que a partir del 1 de diciembre del 2020 nuestro sistema de salud sería igual al de Dinamarca. Sobra decir que nada resultó ser cierto en su momento. 

Incluso, si hipotéticamente esta vez fuera cierto, sería hipócrita la auto felicitación del gobierno cuando esta severa crisis fue causada por su ineptitud e incompetencia. Además de que la solución estaría llegando más de dos años después de las primeras denuncias de desabasto; lo cual para un sector tan delicado como la salud resulta inaceptable.

Si bien antes ocurrían desabastos, nunca habían sido tan graves como el provocado por el gobierno actual. La causa fue la concentración de todas las compras consolidadas en la Secretaría de Hacienda a partir del 1º de enero del 2019. Lo cual hicieron argumentando un supuesto combate a la corrupción, pero sin un análisis serio y sin entender las consecuencias de sus decisiones. 

La Secretaría de Hacienda ignorando todos los procesos, hizo las compras a destiempo, quedando desiertas 62% de las claves y provocando la más grave crisis de desabasto de medicamentos de la historia reciente del país. 

Posteriormente quisieron trasladar el problema a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS). Que también inexperta realizó las compras con seis meses de retraso y sólo adjudicó 44.8% de las claves. Por lo que el gobierno improvisó nuevamente para realizar una compra alterna. 

En Palacio Nacional, lejos de reconocer sus graves errores, todo son cánticos de victoria. Los “juglares” oficiales cuentan la historia de una mafia que fue vencida y que se logró quebrar un “sistema de corrupción que se había establecido y que impedía contar con medicamentos de buena calidad”. Lo cierto es que a la fecha no han probado un solo caso de corrupción y no existe ningún detenido.

Lo más lamentable de la narrativa gubernamental es que colocó como malos del cuento a los padres de los hijos con cáncer, por el sólo hecho de haberse manifestado. Y, lejos de cualquier empatía o escrúpulo, los han acusado de “exagerados”, de tener intereses ocultos e incluso de “golpistas”. Cuando sus reclamos son en realidad un llamado desesperado de auxilio, al ver que la enfermedad de sus hijos avanza y que no pueden acceder a sus tratamientos. 

Es increíble que los responsables de salud, no entiendan que el que los enfermos cuenten con sus tratamientos y medicinas no es ninguna dádiva; sino que es un derecho garantizado por nuestra Constitución. 

Es por ello que el poder judicial ordenó una denuncia por desacato en contra del secretario de Salud, del ex secretario de Hacienda y de su Oficial Mayor; tras desobedecer reiteradamente la orden de un tribunal que los obligó a garantizar el abasto de los medicamentos oncológicos pediátricos en 54 hospitales públicos durante el 2020 y el 2021. 

Cabe mencionar que existen muchas contradicciones con las declaraciones oficiales. Mientras que aseguran que han logrado superar el desabasto, fuentes del sector farmacéutico afirman que los medicamentos hasta ahora conseguidos son insuficientes y se acabarán pronto.

Asimismo, festejan ahorros, pero según un informe financiero del ISSSTE diversos insumos médicos tuvieron sobreprecio en comparación con el 2020 (incluso de hasta cinco veces su precio). Y omiten mencionar que el servicio de la UNOPS nos costará cerca de 85 millones de dólares. 

Tratándose de un sector tan delicado como el sanitario, el gobierno no debería empecinarse en narrativas destructivas y engaños. Por el contrario, está obligado a actuar con responsabilidad y con base en la realidad, a fin de garantizar la vida y la salud de las familias mexicanas.