Yucatán, al mando de Rolando Zapata, es una economía que crece alrededor de 4 por ciento anualmente, cimentada en el sector industrial y una intensa actividad turística. Pero hay un sector que crece a un mayor ritmo y es el de comercialización de bebidas alcohólicas, el cual lo hace en un promedio de 5 por ciento anual, de acuerdo con el Padrón de Licencias expedidas en la entidad para la venta de alcohol.
Las condiciones ambientales de la entidad, con un clima máximo promedio de 36 grados centígrados de temperatura, así como sus diversas atracciones turísticas, propician un mercado fuerte para esta industria, cuyo valor en el país alcanzó los 45 mil 750 millones de pesos el año pasado.
Así, la penetración del sector es tal, que en Yucatán hay instalados más expendios de cerveza que escuelas de nivel básico, ya que de acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública (SEP), de Aurelio Nuño, hay 3,077 centros educativos contra 7,042 expendios. Y eso sólo hablando de los “autorizados”, ya que en el mercado ilegal existen decenas de estos establecimientos.
Las cifras no me dejarán mentir, están ahí y son públicas en el Padrón de Licencias de la entidad, que es recabado por la Dirección de Finanzas del gobierno de Zapata Bello. Situación que se ha convertido en un foco rojo para la Secretaría de Salud Federa, que dirige José Narro.
Sin embargo, por increíble que parezca, las autoridades estatales van en sentido contrario a esta problemática, ya que el año pasado existió una iniciativa de ley, que pretendía quitar los límites mínimos de distancia que deben existir entre escuelas, iglesias o áreas deportivas, para la instalación de expendios de bebidas alcohólicas, propuesta que se sabe era impulsada por la Consejería Jurídica del gobierno, pero que no logró siquiera llegar al Congreso local.
Hasta ahora, Yucatán se mantiene como la entidad más segura del país, sin embargo, el alto índice de alcoholismo que se sitúa como una de las principales adicciones en la región, según los últimos datos de la Comisión Nacional Contra las Adicciones (CONADIC), a cargo de Manuel Mondragón y Kalb, podría comenzar a afectar esta paz social. Ojalá que no.
De México para Filipinas
Una delegación de congresistas, subsecretarios y diplomáticos de Filipinas, además de directivos del Banco Mundial, visitaron ayer (jueves 06) la Secretaría de Hacienda ante el interés que ha levantado en ese país la aplicación en México de un impuesto a las bebidas azucaradas y en comida con alto nivel calórico, esto con el objetivo de disminuir la obesidad y la diabetes, mismo que se recauda desde 2014.
Por su parte, el Secretario José Antonio Meade, invitó al ex diputado y economista Fernando Charleston, para compartir las experiencias legislativas, pero también, para explicarle a la delegación filipina, los resultados de diferentes estudios económicos que se han hecho respecto del tema, así como la operación del impuesto y los programas que lo rodean.
Mal y de malas
En donde ya no ven lo duro sino lo tupido, es en Grupo TMM, al mando de José Francisco Serrano, ya que además de la caída del 18% de sus ingresos en el último año, ahora se suma el accidente con víctimas mortales al interior de sus instalaciones Astilleros Internacionales de Tampico (AIT), en donde se registró una explosión de su barco ECO III, por supuestamente y de acuerdo a las primeras versiones por no seguir los protocolos de seguridad.
El gran problema es que esta embarcación de fabricación canadiense, la cual también es propiedad de TMM y estuvo arrendada por Pemex, de José Antonio González, de 2010 al 2016, tenía poco menos de dos meses de haber sido contratada por la firma Fieldwood Energy, de Matt McCarroll, para llevar a cabo pruebas de producción en los pozos petroleros que esta compañía se adjudicó en septiembre pasado la cuarta área de la segunda fase de la Ronda Uno, licitada por la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), motivo por el cual podría haber un reclamo de parte de los estadounidenses.