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¿En femenino y en masculino?

Es inaceptable que aún no se consolide la perspectiva de género en los conteni-dos de los medios de comunicación. | José Antonio Sosa Plata

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Escrito en OPINIÓN el

Con el lenguaje representamos la realidad. Y si bien es cierto que la lengua es una manifestación cultural, también lo es que orienta nuestras actitudes, conductas y pensamientos. Desde esta perspectiva, el uso adecuado del género gramatical masculino y del género gramatical femenino reduce no solo las brechas de desigualdad e inequidad, sino la violencia que generalmente les acompaña.

El lenguaje evoluciona y va añadiendo, quitando o ajustando conceptos, significados y definiciones. El lenguaje machista oculta, invisibiliza, excluye, minusvalora, se burla y agrede a las mujeres. Al hacerlo, las margina porque se les relega o agrede en forma premeditada, además de que parcializa su realidad.

Por si no lo leíste: Las frases machistas de la 4T.

De los géneros gramaticales que tiene nuestro idioma —masculino, femenino y neutro—, el femenino es el que tiene más estereotipos, el que crea mayores prejuicios y el que resulta más discriminatorio. Ejemplos sobran y los conocemos bien. Aparecen todos los días en la mayoría de los medios de comunicación y ahora en los medios digitales y redes sociales.

En el nuevo ecosistema de comunicación, los cambios que ha habido en favor de un lenguaje de igualdad no corresponden con la magnitud y gravedad de la violencia que enfrentan las mujeres. Por eso, el trabajo para encontrar nuevas formas de redacción y expresión verbal en todos los medios tiene que seguir adelante hasta acabar con el sexismo en los contenidos mediáticos.

También puedes leer: ¿Es sexista la lengua española?, El País, 3 Diciembre 2017.

Los medios de comunicación, y ahora también los digitales, generan pautas de comportamiento, contextos y valores para la construcción de la forma en que convivimos y nos relacionamos cotidianamente. Por lo tanto, resulta inaceptable que aún no se consolide la perspectiva de género en el manejo informativo de sus programas noticiosos y no noticiosos. De la misma manera, el tratamiento tendencioso o parcial sigue presentando a las mujeres en roles secundarios y en posiciones de desventaja o debilidad.

El problema del uso inequitativo del lenguajes no es un asunto menor. Por el contrario. Está demostrado que la violencia se alimenta, entre otras cosas, de la ideología, la cultura y el uso discriminatorio del lenguaje. El incremento en el número de agresiones a las mujeres en prácticamente todos los espacios de su vida cotidiana es causa del aumento inaceptable en el número feminicidios. Todos los medios —los tradicionales y los digitales—, tienen que modificar el paradigma en su manera de comunicar.

También puedes leer: Manual de comunicación institucional con perspectiva de género, Gobierno de México, Secretaría de Relaciones Exteriores, 2016.

La sensibilización y capacitación de los profesionales que ejercen el periodismo es necesaria. Los modelos de cómo hacerlo existen, pero desafortunadamente no han logrado la difusión y aceptación que hace falta. También se han desarrollado softwares útiles y fáciles de usar. Pero son muy pocos los medios que los utilizan y prácticamente no hay herramientas similares para las y los usuarios de las redes sociales.

Sin embargo, los procesos de capacitación no tienen que estar limitados a los géneros informativos. Deben dirigirse también a las y los involucrados en los diversos formatos de la industria del entretenimiento, como series, películas, documentales, revistas, programas humorísticos y realitys. Y tienen que abarcar todos los rangos técnicos y profesionales, desde las y los guionistas hasta las y los productores.

Lo tienes que leer: Ana Méndez Miras e Itxaso Sasiain Villanueva (Coordinadoras). En femenino y en masculino, nombra.en.red. Instituto de la Mujer, Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Gobierno de España, Madrid, 2006.

Para acabar con las inercias y acelerar los cambios, el Estado mexicano debe asumir su responsabilidad. Es urgente pasar de las “buenas intenciones” a los hechos; de los “compromisos morales” a la actualización de las leyes; y de la indiferencia o reacciones débiles ante las agresiones verbales públicas que han hecho algunos funcionarios, a la instauración de una cultura igualitaria con acciones que verdaderamente trasciendan en todos los grupos de poder y de la sociedad.

Recomendación editorial: Marta Bach Arús, Elvira Altés Rufias, Joana Gallego Ayala, Marta Plujá Calderón y Montserrat Puig Mollet. El sexo de la noticia. Reflexiones sobre el género en la información y recomendaciones de estilo. Barcelona, España, Icaria Editorial, 2000.