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En defensa de la lectura

En su defensa, Jorge F. Hernández se ha dedicado a dar entrevistas sobre su caso a varios medios impresos y electrónicos. | Fred Álvarez

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Escrito en OPINIÓN el

Parece mentira, pero todo apunta que así fue y lo grave es que intentaron inventar una narrativa.

-Es una acusación muy seria la que hicieron en su contra, ¿por qué considera que inventaron algo así?-, le pregunta Israel Sánchez de Reforma al escritor Jorge F. Hernández, quien fue hasta hace unos días Ministro para Asuntos Culturales de la Embajada de México en España.

Es producto de la estulticia, del acomodo, de la inferencia, de querer quedar bien en Palacio (Nacional), o de querer quedar bien con los jefes cortando por lo sano, y en este caso lo sano soy yo. Lo sano es leer, lo sano es escribir, dibujar y ser libres, respondió con ironía.

Y por lo visto -agrega-. yo no entendía, o no quise entender, que siendo representante de México en el extranjero yo tenía que dejar de tener voz propia, sentido común y buen gusto, porque yo no me callo, subrayó.

El escritor se enteró de su cese el sábado 7 de agosto cuando estaba en Madrid junto a su ex jefa María Carmen Oñate Muñoz embajadora extraordinaria y plenipotenciaria en el Reino de España.

¿Cómo fue y por qué?

Veamos la retrospectiva.

El 29 de julio, Marx Arriaga, director de materiales educativos de la SEP, dictó una conferencia a maestros de la Escuela Normal de San Felipe del Progreso que generó una polémica en la comunidad cultural.

Hizo crítica a la lectura por placer, porque como tal responde al consumismo, al tiempo de llamar a impulsar a la lectura como una acción emancipadora: "creo que es evidente asumir al fomento a la lectura como una de las habilidades básicas que cualquier normalista debe desarrollar. Siempre entendiendo que no se trata de leer por leer, sino asumiendo que el acto de lectura es un compromiso y genera un vínculo con el texto y el autor. En la medida que se asume este ejercicio como algo que fomenta las relaciones sociales y en donde no se trata de un acto individualista de goce, sino un análisis profundo sobre las semejanzas y diferencias con los demás y el entorno que rodea a las comunidades, se estará formando a sujetos críticos que busquen la emancipación de sus pueblos" (Transcripción literal del Twitter de Marx Arriaga del 30 de julio de 2021, que cita Mónica Soto en Reforma).

En su momento Arriaga escribió en su cuenta de Twitter que en ningún momento habría dicho que “leer por goce es un acto de consumo capitalista” como algunos medios aseguraron. Precisó que “me imagino que cumplieron su misión al provocar la rabia de miles que confían en ellos, pero deberían tener respeto por sus lectores y la lectura”.

En efecto, nunca Arriaga señaló que “leer por goce es un acto de consumo capitalista” como varios medios lo publicaron… Culpa de ellos.

Sin embargo, sus comentarios despertaron la crítica social, pero la más dura fue la de Jorge F. Hernández.

¿Qué pasó?

El pasado jueves 5 de agosto, Jorge F. Hernández dedicó su columna Agua de azar –publicada en Milenio–, a defender a la lectura como una actividad placentera, escribió:

“Por supuesto que se puede leer bajo la muy ideologizada militancia del errado o confundido bibliotecario improvisado (hace alusión a Marx Arriaga) que acaba de clamar algo en torno al consumismo capitalista como afán opuesto a quienes creen que leyendo reviven Playa Girón o las heridas de Camboya, cuando en realidad su tufillo más bien apesta a Pol Pot (...), ese demente que pintó en letras rojas la condena fanática contra todo aquél que llevara lentes, gafas o quevedos de diversa dioptría 'pues revelan que se trata de un lector'”.

“Por supuesto -agrega-, que se puede exhortar al populis a que lea por adiestramiento, por memorización, por inculcación ideológica y como ungüento de uniformidad, pero yo parto aquí una lanza en favor de quienes leemos por insomnio, para viajar sin maletas a cualquier paisaje y sin reloj a cualquier hora y época; hablo de los que leen en voz alta para compartir una trama y los que leen en silencio para hablar con dioses, ligarse a una musa o matar a un tirano…”.

¡Durísimo!

Y casualmente, ese mismo día en la conferencia mañanera el C. Presidente López Obrador aprovechó una pregunta para entrar en la defensa de Marx Arriaga: “en lo que tiene que ver con los libros (de Texto gratuitos) ya se nombró -y también tiene que ver como una propuesta que hice- a un profesional, hombre íntegro, honesto, con mucha capacidad, Marx Arriaga, y él es el que está a cargo ya del manejo de los nuevos libros, sobre todo de contenidos”.

¿Casualidad?

Dos días después vino la renuncia directa de la Cancillería. ¿Coincidencias?

La noche del sábado, Jorge F. Hernández compartió el comunicado de su cese a través de la red social, y ello se volvió tema del momento; las señales de solidaridad no se hicieron esperar…

Jesus Silva Herzog dedica su columna en Reforma, y se refiere al gobierno actual como el modelo de una República de lacayos, de súbditos... “Una república que encumbra la trampa y la indignidad de los leales, mientras se deshace del talento de los independientes”.

La República de los lacayos -agrega-, es un régimen de adulación, silencio y reverencia; un régimen que exige una ostentosa identificación con los dictados, las frases, las antipatías y los afectos del Señor”, escribió.

¡Más duro aún!

Y el tema no paró ahí, al contrario, el escritor y autor de una vasta obra de cuentos y novelas se defendió en los medios, sobre todo, escribió su opinión en El País.

Ahí precisó los detalles de la sorprendente renuncia que le fue informada por teléfono por su ex amigo, Enrique Márquez, director de la diplomacia cultural de la SRE quien lo acusó de “comportamientos graves y poco dignos de una conducta institucional” y luego, editó la palabra “graves” y horas después, abiertamente recurrió a la calumnia irracional: el citado funcionario publica lo que tituló como “Avance” para aludir a una comida a la que asistí hace unas semanas en Ciudad de México.

Afirma -el escritor-, que en esa comida me referí en “términos ofensivos y misóginos” de la señora embajadora; lo cual es falso... “Es absurdo que se me acuse de misógino, porque lo que yo le informé a él (Márquez) y a otras autoridades es que se derivó de esa comida, que sigo manteniendo en privado, una serie de improperios y de acusaciones contra el doctor Márquez y contra el Canciller (Marcelo Ebrard). Pero de la Embajadora nada”, dice.

Subraya que ambos -él y la embajadora-, no podíamos creer el abuso y la injusticia de arrastrar a su persona y figura como parapeto o pretexto para intentar justificar una decisión que –dicho por él mismo— se refiere a una conversación privada, de sobremesa con tres de mis mejores amigos y nuestras esposas, donde lo que “está documentado” (según parece querer revelar) son otros asuntos, muy ajenos a la embajadora, a las mujeres, a la igualdad de género y a mí mismo… pero eso es otro tema que insinuaré más adelante”, escribió.

Da más detalles, uno de ellos es que recibió 26 llamadas de su ex jefe dándole vuelta al asunto hasta que en 27 le anunció su renuncia.

Y en su defensa, Jorge F. Hernández se ha dedicado a dar entrevistas sobre su caso a varios medios impresos y electrónicos, sobresalen la de El País, El Universal y Reforma. Ayer lo entrevistó Carmen Aristegui.

“Me siento traicionado por el doctor Enrique Márquez que me invitó a colaborar y por las formas de malinterpretar mis palabras o no respetar mi opinión y mi libertad de expresión. En cualquier caso, me quitó un peso de encima porque seguiré siendo un lector por placer, un escritor por atrevimiento y un metrosexual, porque eso salta a la vista”, agrega con ironía en una entrevista con Luis Méndez, corresponsal de Madrid para El Universal.

Espero que esto sea una oportunidad para abogar por la lectura y por los libros contra las mentiras, contra los engaños y contra cualquier forma de autoritarismo”, asegura antes de ser interpelado.

—Supongo que hablamos de la 4T…, le inquiere el entrevistador.

—Sí señor. —responde sin titubear.

Lo primero que deben hacer, aseguró, es ofrecerle disculpas a la embajadora Oñate Muñoz: “ella confía plenamente no sólo en mi palabra, sino en los hechos y en las palabras que yo he escrito. Entonces, ojalá y lo resuelvan de la mejor manera posible entre ellos”.

Y hace el recuento de los hechos que condujeron a su cese fulminante.

Afirma que sabía lo que podría ocurrir con la crítica que escribió en Milenio, pero que no pensó que fuera para tanto. “Yo sabía al escribir ese texto que me exponía a una llamada de atención, porque cuando uno es funcionario público se supone que no debe tener sentido común ni opinión propia. Pero yo nunca me he callado lo que pienso”, subrayó.

En una parte, afirmó que nuestro país se parece a la época de José Stalin o de la Alemania Nazi: “Es muy atrevido tratar de acusarme a mí como si estuviéramos en el Moscú estalinista o en la Alemania nazi de algo que yo dije en una sobremesa y que yo mismo le confié, como muchas otras cosas, pero no de mi parte”, relata.

El también escritor Enrique Márquez, responsable del despido aseguró que nunca ha censurado a nadie, pero la Cancillería no dio a conocer los detalles, se han filtrado en charlas de café algunas cosas.

Por cierto, en la Cancillería hay un procedimiento interno para dirimir controversias, no sabemos el por qué no se ventiló el caso de Hernández ahí, y en su caso se pudiera defender…

Por eso, queda que todo fue por petición de arriba, Marx Arriaga es un consentido de la 4T, y muy cercano a la pareja presidencial, y casualmente fue defendido en la mañanera del jueves 5, el mismo día que el escritor publicó su crítica.

Como dice el clásico “haiga sido como haiga sido” este asunto deja un mal sabor, y que pudo haberse dirimido por los procedimientos institucionales de la SRE. Por cierto, tampoco ningún reportero lo abordó en la mañanera el día en que estuvo ahí Marcelo Ebrard…

Lástima.

Jorge F. Hernández emitió en su cuenta un tuit:

 

@FJorgeFHdz

 

Consta que NO fuí CESADO por “Misógino” ni por “comportamientos poco dignos”.

#Yomelibro.

 

Y colocó el documento.

PD. En el marco de ese penoso asunto, el crimen organizado hizo una amenaza directa a periodistas y a medio… La reacción de solidaridad fue inmediata. Varios medios firmaron un desplegado advirtiendo que los grupos criminales que lanzan esta amenaza “saben que pueden hacerlo por la impunidad que gozan quienes durante años han intimidado a periodistas y medios de comunicación sin que ninguna autoridad, pasada o presente, los haya frenado o sancionado”.

De manera conjunta, alertaron que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo en el mundo, situación que debe ser revertida mediante una acción contundente por parte del Estado mexicano.

El Presidente alzó la voz reprobando las amenazas y solidarizándose con todos, en especial con Azucena Uresti.

El quid es que en lo que va del gobierno varios periodistas han sido asesinados, y casi todos los casos han quedado impunes...

¡Dios te salve libertad de expresión!

llena eres de gracia,

 

¡El Señor es contigo!