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En Colima ganó el PAN

En Colima el partido más votado es el PAN mientras que el PRI ya no puede ganar sin alianzas cada vez más numerosas.

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Escrito en OPINIÓN el

La elección extraordinaria de Colima –en realidad reposición del proceso de junio de 2015-, ha sido uno de los procesos electorales con la peor suerte de la historia. ¿Por qué?

 

Porque la campaña se llevó a cabo en plenas fiestas navideñas, porque el INE vive el peor momento de su historia –tomando en cuenta su antecedente como IFE-, y porque la votación prácticamente coincidió con la recaptura de “El Chapo”.

 

En pocas palabras, que la elección de Colima en donde el gobierno quedó en manos del PRI, no le importó a nadie, a pesar de que se reeditó el mismo cochinero; es decir, jugaron los mismos partidos, los mismos candidatos y los mismos tramposos.

 

Sin embargo, pocos han reparado en el fenómeno de fondo que significó la victoria del PRI y la derrota del PAN.

 

En rigor el partido que ganó más votos fue el PAN (108 mil 604 votos). En esa lógica es el partido más fuerte en el estado, el partido que si bien no obtuvo el gobierno estatal, sí tiene la mayoría en el congreso y la mayor cantidad de gobiernos.

 

Sin embargo, a pesar de haber sido el partido más votado en los dos procesos electorales, fue derrotado en ambos casos. ¿Por qué razón?

 

Por una razón que todos conocen. Porque el PRI consiguió el mayor número de alianzas posibles.

 

En la primera elección el PRI contó con el respaldo del Partido Verde. En la segunda además de la alianza del Verde el PRI sumó los votos del Panal y del Partido del Trabajo.

 

La clave de la victoria del candidato del PRI –que no victoria del PRI-, está precisamente en la estratagema para rescatar de la tumba a un muerto; al PT.

 

Y si hacemos memoria recordaremos que el Partido del Trabajo ya había sido sepultado por el INE y por el Tribunal Electoral cuando, en forma milagrosa, el PRI le tendió un puente de plata.

 

En las más recientes elecciones extraordinarias en un municipio de Aguascalientes -en las que había participado el PT y que habían sido anuladas-, el PRI literalmente cedió sus votos al PT para que, con ello, consiguiera mantener el registro.

 

Dicho de otro modo que el milagro que rescató de la tumba al PT se debió a las habilidades de Manlio Fabio Beltrones.

 

Ahora bien el PT tendrá que pagar la factura de su rescate y el primer abono lo vimos en Colima, en donde de manera inopinada el partido que cuestionó las reformas estructurales, la política neoliberal y al gobierno de Peña, estableció una alianza con el propio gobierno de Peña y con todo lo que ello significa.

 

Como saben en Colima la alianza PRI-Verde-Panal y PT ganaron al PAN por una diferencia de 10 mil votos.

 

¿Y qué creen?

 

Sí, que 6 mil de esos 10 mil votos los aportó el PT.

 

¿Y qué quiere decir lo anterior? Que en Colima el partido más votado es el PAN y que el PRI ya no puede ganar sin alianzas, cada vez más numerosas.

 

Pero hay otro fenómeno al que pocos han puesto atención. Resulta que en Colima la polarización entre los candidatos de la alianza PRI-Verde-Panal-PT y PAN, respectivamente, prácticamente mató a los partidos marginales. ¿Qué quiere decir eso?

 

Poca cosa, que perdieron el registro el PRD, Morena y Encuentro Social.

 

La lección de la elección de Colima es que las alianzas llegaron para quedarse.

 

Al tiempo.