Main logo

Ellas deciden…

En la víspera del Día Internacional de la Niña, 11 de octubre, se da a conocer la campaña “Ellas deciden sobre sus cuerpos, comunidades y territorios”. | Leonardo Bastida

Por
Escrito en OPINIÓN el

Cuando una niña o una adolescente externa sus ideas, difícilmente es tomada en cuenta, a pesar de que en su corta vida, hay un cúmulo de experiencias que podrían permitir conocer otros puntos de vista y dar soluciones a problemáticas latentes. Ante esa barrera, resulta excepcional que un día se haya podido escuchar la voz de una niña que denunció a través de su blog el cierre y destrucción de escuelas en la región de Pakistán donde vivía y la prohibición de asistencia a clases para las niñas. En el inicio de su adultez, Malala es una de las principales promotoras globales del derecho a la educación para las niñas. 

Su presencia constante en las afueras del parlamento sueco para que se generaran políticas a favor de la reducción de emisión de gases de efecto invernadero le dieron relevancia. Sus fotos sentada en la puerta del recinto en horario escolar dieron la vuelta al mundo, convirtiendo a la adolescente Greta Thunberg en un referente en materia de cambio climático y una de las voces más escuchadas en la materia.  

Ambos casos son una excepción, en América Latina, como señala Dana Alvarado de Guatemala, adolescente a favor del impulso de los derechos sexuales y reproductivos, quien recientemente, en el marco de la presentación Ellas deciden sobre sus cuerpos, sus comunidades y sus territorios, compartió que las niñas y las adolescentes de la región se enfrentan a situaciones como el matrimonio infantil, el embarazo en edades tempranas, la imposición de un rol de género, la vinculación con las tareas de la casa y no con las de la escuela y la falta de participación en sus entornos.  

Quedarse en casa para ayudar a las tareas domésticas, ser enseñadas a trabajar en el hogar desde muy pequeñas y tener responsabilidades al interior de esta, y carecer de información sobre su cuerpo y su sexualidad, siendo un predisponente para el embarazo en edad adolescente, es el panorama de muchas niñas y adolescentes en las comunidades de Chiapas, explicó Margarita Ruíz, promotora comunitaria en San Andrés Larrainzar. 

Todas las situaciones anteriores son causantes de mermas en sus vidas como el no respeto del derecho a un desarrollo individual integral, a una vida libre de violencias, a la no discriminación, a decidir sobre su cuerpo, entre otros. Y han sido naturalizadas tanto en el espacio público, sus comunidades, como en los privados, sus hogares y sus familias.

En la víspera del Día Internacional de la Niña, 11 de octubre, efeméride impulsada en la agenda internacional para promover su empoderamiento y el cumplimiento de sus derechos humanos, y el de las Mujeres Rurales, 15 de octubre, día en el que se  reflexiona sobre la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural, se da a conocer la campaña Ellas deciden sobre sus cuerpos, comunidades y territorios.

Producto de una alianza entre organizaciones como Girls not Brides, el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (CLADEM), LATIDAS, Oxfam México y The Hunger Project, la campaña tiene la finalidad posicionar a niñas, adolescentes y jóvenes como estrategas que con su visión y experiencia, contribuyen al desarrollo local y deciden sobre sus cuerpos, comunidades y territorios en México y América Latina.

“Las niñas y adolescentes somos las heroínas de nuestra propia historia, crecemos, aprendemos y construimos juntas un presente con dignidad y derechos plenos” o “Las niñas y adolescentes queremos crecer libres, sin miedo y desarrollar nuestro pleno potencial, sin ser obligadas a casarnos, juntarnos o unirnos en pareja”, son algunas de las frases por utilizar en la campaña, las cuales, van acompañadas de ilustraciones con tres chicas, una de origen indígena, una mestiza y otra afroamericana.

Para poder terminar con el hambre y la pobreza, se requieren conocer sus causas estructurales y escuchar todas las voces posibles, entre ellas, las de niñas y adolescentes, quienes en su etapa adulta son más vulnerables a ambas situaciones por la falta de oportunidades, consideró Montserrat Salazar, de The Hunger Project, quien agregó que la autonomía comienza con decisiones sobre su cuerpo, sobre su entorno, su comunidad y sobre los territorios donde viven. 

La campaña se traducirá en lenguas indígenas como tzotzil y mazateca, y en una segunda etapa, en algunas de Guatemala y Perú a fin de impulsar que las jóvenes y las niñas sean las propias protagonistas de sus vidas. 

Para Dana Alvarado, las niñas y las adolescentes deben alzar la voz para que los gobiernos sepan por qué se debe invertir en ellas, cuáles son las causas por las que deben contar con servicios de salud sexual y reproductiva gratuitos, sobre todo en las zonas rurales; participar en la toma de decisiones en sus entornos; comprender los diferentes planes de vida alternativos que desean emprender, diferentes a un solo estilo de vida; tener espacios para su visibilización, y así, tengan una vida en paz y puedan hacer sus aportaciones al mundo.