Main logo

Elecciones desde Washington

El caso de El Bronco es reportado por los principales diarios extranjeros.

Por
Escrito en OPINIÓN el

El día comenzó con una taza de café y una vista rápida a los portales de noticias más importantes del país que pudieran reportarme lo que estaba sucediendo en México. No es fácil vivir un día tan complicado desde lejos. Debo confesar que sentí un poco de envidia de todos aquellos que subían su foto a Facebook en la que aparecen con el pulgar manchado de tinta indeleble y ponían alguna leyenda; desde un simple “hay que ir a votar”, hasta una reflexión profunda sobre lo que estaba pasando en México en esos momentos.

 

Inclusive los hubo aquellos que le tomaron foto a su boleta y la “postearon” (publicaron se oye mejor); desde los que apoyaban a cierto candidato en particular, hasta los que decidieron anular su voto y dejar algún mensaje subido de tono en la papeleta electoral, para luego depositarla en la urna. Uno más también vi que la firmó con su nombre y apellido, como para que quede muy claro quién protesta y por qué lo hace.

 

La información fluyó lentamente y a cuentagotas. Es normal que en la jornada electoral los resultados no lleguen inmediatamente y que sea hasta entrada la noche cuando se sabe a ciencia cierta quién ganó. O si acaso el resultado está muy cerrado y competido, entonces quizá pueda vaticinarse una disputa en los tribunales. Y así, con este sentimiento, con un poco de impotencia por estar lejos de México para haberme dado una vuelta por los antiguos rincones conocidos y quizá hasta por las calles de la colonia como buscando las “sábanas” afuera de cada casilla en donde se publican los resultados electorales, me salí a caminar y a escuchar música, pensando en qué pasaría para el país. Hice un recuento mental sobre los estados que estarían eligiendo gobernador y sobre los pronósticos de la elección legislativa.

 

Y como no queriendo la cosa, llegué a la sede del Consulado de México en Washington DC (que por cierto, se acaba de mudar y ahora está en la calle 23, en la zona conocida como “West End”). Desconozco por qué razón llegué a aquí, pero sospecho que era una manera de acercarme más a mi país y sentir lo que la gente estaba experimentando en ese momento. Por supuesto no esperaba encontrar nada ni a nadie (como sucedió efectivamente) pero me senté en una banca afuera del edificio y me quedé viendo la bandera. Imaginé fantasiosamente que allí hubiera una casilla para todos los que vivimos fuera de México y me visualicé a mi mismo, votando “in situ”, en la calle 23 entre la M y la N de la capital washingtoniana.

 

Pero la realidad nos dice que los mecanismos para votar en el extranjero son otros. Son diferentes. Es sólo quizá el candor del momento, de las redes sociales posiblemente y luego volví a casa para seguir monitoreando lo que decían los medios internacionales (y por supuesto los nacionales). En principio de cuentas no encontré mucho. Uno llega a descubrir con el tiempo que precisamente lo que reporta la prensa internacional es una visión filtrada de lo que ocurre en México, y por ende, es una buena forma de entender cómo nos ven en el mundo. Qué cosas pasan por el filtro de lo cotidiano, de lo común y corriente y de lo “ordinario”, para convertirse en nota; noticias que habrán de alimentar las ideas (preconcebidas o no, prejuiciadas o no) sobre lo que es  y será mi país en el futuro. Y encontré alguna que otra noticia al respecto, pero sin lugar a dudas, el tema principal es fácilmente identificable a todas luces: El Bronco.

 

El caso de El Bronco, especialmente a la hora del domingo que escribo este artículo (son casi las 11 de la noche en el horario de Washington, es decir, las 10 en México, DF) es reportado por los principales diarios extranjeros. No se sabe si habrá de ganar (él mismo se ha declarado vencedor de la contienda) pero el hecho es que pareciera factible en cierta medida. Y esto intriga a la gente. La intriga mucho. Me intriga a mí. El caso de El Bronco es leído fuera de México como el fracaso de la política tradicional y el nuevo amanecer ciudadano para hacer frente a la difícil situación por la que atraviesa el país.

 

Las especulaciones no dejan de llegar sobre lo que sucederá en 2018, sobre si este personaje será candidato a la Presidencia, o bien, habrá demostrado que el camino independiente para llegar al poder es una ruta de acceso rápido, altamente avalada por los ciudadanos y con amplias posibilidades de triunfo. Y esa lección es la más importante de todas. Es la que cuenta. Es la que leen y la que se lee fuera de las fronteras nacionales. Más allá de quién habrá ganado Sonora o Querétaro (casos típicamente competidos entre dos partidos grandes), llama la atención el caso de Nuevo León, más que por lo que es, por lo que puede llegar a ser; por el paradigma de lo diferente y por el modelo disruptivo (como le dicen también ahora a Uber en el Distrito Federal).

 

Mañana seguramente habrá muchas notas al respecto. Dentro y fuera de México. Muchas sin demasiado contenido novedoso. Varias de ellas nos inundarán de números sobre quién ha ganado más diputados y más posiciones. Nos dirán cómo se conformará la nueva Legislatura en la Cámara de Diputados y quiénes gobernarán los estados que tuvieron elección. Desde mi óptica foránea y desde mi trinchera, las preguntas que nos tenemos que responder son: ¿Cuál es el resultado de la participación ciudadana? ¿Valió la pena anular el voto, quienes lo hicieron? ¿La política tradicional continuará su marcha igual? ¿Qué lecciones aprendimos de postular candidatos independientes? Yo creo que El Bronco (gane o pierda) estará en la mira de Washington (en la mía ya está).

 

Y lo que falta.

 

@fedeling