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El valor de las elecciones y la justicia electoral

Este proceso fortalece la democracia en la ciudad y demuestra que es posible alcanzar, en un marco institucional, acuerdos que favorecen a la ciudadanía. | Armando Hernández

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Escrito en OPINIÓN el

La legitimidad de la democracia como valor fundamental de la vida política de la Ciudad de México, tiene origen en la expresión, respeto y certeza de la voluntad de los ciudadanos. El periodo de resolución de conflictos relacionados con el proceso electoral 2017-2018 se encuentra en su etapa final, somos testigos de que en la CDMX las elecciones son un instrumento democrático exitoso para el nombramiento de nuestros gobernantes mediante la participación de la ciudadanía.

El objetivo de los procesos electorales es crear las condiciones para que los cargos de elección popular tengan certeza y gocen de legitimidad. Para la ciudadanía esto significa la posibilidad tener un medio de control de la actuación de sus gobernantes y la inclusión de sus ideas en el debate público.

En un país tan heterogéneo, donde a diario conviven millones de personas, no puede existir un valor más democrático que el de la diversidad. Son precisamente el respeto a esa pluralidad de ideas y a los derechos político – electorales, los grandes motivos de la justicia electoral para fortalecer la vida democrática de la capital.

La impartición de justicia —como una de las tareas más nobles de la razón humana— garantiza el ejercicio de los derechos humanos, el orden y la paz social. De esta manera, la impartición de justicia es particularmente relevante cuando se refiere al ámbito electoral, pues, su objetivo es salvaguardar las libertades políticas y la protección de los principios y valores de nuestro sistema democrático.

La justicia electoral desempeña una función esencial para el cumplimiento de las labores del Estado porque asegura el correcto desarrollo de los procesos electorales y vela por el cumplimiento de los principios que rigen las elecciones para la integración de la representación política. La justicia electoral es garante del Estado de Derecho, y el Estado de Derecho es condición necesaria para una democracia plena.

Dichos aspectos se vieron reflejados en el proceso electoral 2017-2018, que trajo consigo importantes retos para las instituciones electorales de la capital, pues, además de tratarse de una elección concurrente, se votó la primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, y por primera vez, 16 Alcaldías y sus Concejales, y, por supuesto, la Titularidad de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad.

En específico el Tribunal Electoral de la Ciudad de México es la autoridad jurisdiccional especializada en materia electoral en entidad, esta institución tiene a su cargo garantizar que todos los actos y resoluciones electorales locales y de los procedimientos de participación ciudadana se sujeten al principio de constitucionalidad, convencionalidad y legalidad. El TECDMX goza de autonomía técnica y de gestión en su funcionamiento e independencia en sus decisiones.

Por lo anterior, es labor de los Tribunales Electorales garantizar que todos los actos y resoluciones electorales en la Ciudad de México y de los procedimientos de participación ciudadana, se sujeten a los principios de constitucionalidad, certeza, imparcialidad, objetividad, legalidad y probidad.

Este proceso electoral refrendó el poder del voto como principal mecanismo de participación política y la responsabilidad de las autoridades electorales como instituciones garantes de la voluntad pública. Al mismo tiempo, este proceso fortalece la democracia en la ciudad y demuestra que es posible alcanzar, en un marco institucional, acuerdos que favorecen a la ciudadanía.

Flor de loto: No hay nada más democrático que la diversidad.

Alto a la violencia política

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