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El terror independiente

México no necesita una organización de independientes. Necesita ciudadanos.

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Escrito en OPINIÓN el

Se necesita mucho foxismo para envolverse en causas antipartidocráticas tras ser un presidente históricamente fracasado. Fox hablando contra la partidocracia era lo último que esperaba ver.

 

Y que Castañeda se arrime a su sombra resulta de psiquiatría clínica.

 

El hecho es que los independientes nos están resultando más demenciales que los especímenes partidistas.

 

Reducir la agenda nacional a criticar la política, a los políticos y a los partidos -por más merecido que se lo tengan-, no pasa de ser un manejo mercadológico de tan baja factura como el peor de los partidos y sus execrables publicistas.

 

Pero ya entrados en aquelarres, Fox y Castañeda debieran invitar a Pedro Ferriz y reeditar Los Tres Chiflados. Mi buen amigo Pedro comparte con ellos ojeriza a la política, políticos y partidos, así como confusiones graves y preocupantes.

 

Pedro habla de una contienda interna de independientes (LaPolíticaOnline). No sé si Pedro sepa que un proceso interno implica un partido y que los independientes lo son con relación a los partidos. No lo son con respecto a otros factores de poder. Por ejemplo, a mí me gustaría saber quién fondea la gira nacional y cobertura mediática de Castañeda, porque las trivialidades que dice no merecerían la menor atención de medios locales y, sin embargo, no hay día que no aparezca en ciertos medios nacionales vendido como el mismísimo Zaratustra.

 

Pero regresemos a las confusiones de Pedro Ferriz. Para él “un candidato ciudadano es quien nunca ha participado en un partido político o en el gobierno”. La Constitución consigna como derecho ciudadano el de ser electo, ya sea postulado por un partido o bajo la figura de independiente. Para ser candidato se requiere ser ciudadano; luego entonces todos los candidatos, sin excepción, son ciudadanos. Aludir a una figura de candidato ciudadano es un pleonasmo; pero constreñirla a no haber participado en partido o gobierno alguno, es un contrasentido y una arbitrariedad, que, además, resulta contrario a los derechos humanos que, aunque Pedro no lo crea, alcanzan a ciudadanos que militan o hayan militado en partidos o trabajen o hayan trabajado en gobiernos. Conculcarles su derecho humano a ser votado es un retroceso más autoritario que el hegemonismo partidario del que venimos.

 

Sostiene: “lo que menos quisiéramos dentro de la organización de las candidaturas independientes ciudadanas serían políticos. Ellos están para los partidos.” Ruego al amable lector releer lo antes escrito y, si quiere, proceder a darse tres golpes de cabeza contra la pared. ¿Organización de candidaturas independientes ciudadanas? Luego entonces no son independientes, dado que responden a una organización. ¿Cuál es ésta? ¿Quiénes la forman? ¿Cuál son sus propósitos? ¿A quién responden? ¿A quién rinden cuentas? ¿Quién la financia? ¿Dónde quedó la mentada independencia? Organización de independientes es negación de independencia.

 

¿Candidaturas independientes ciudadanas? Todas las candidaturas, aunque Pedro no lo crea, son ciudadanas. En eso él y sus compañeros de organización de “independientes” comparten calidad ciudadana con el resto de los mexicanos mayores de 18 años que tengan un modo honesto de vivir. No hay ciudadanías independientes, sólo las hay mexicanas y todas son iguales, no hay ciudadanos de primera y de segunda.

 

Políticos somos todos los ciudadanos. Grave confusión sufre quien crea que políticos son quienes viven de la política. Lo que nos hace sociedad organizada y normada es la política; lo que nos diferencia de la masa en la que nos quieren diluir los poderes fácticos es nuestra capacidad de pensar, expresar, participar y decidir políticamente sobre los temas que nos son comunes; lo que nos une en la diversidad es la política. Lo que nos falta es asumir el poder político que nos es inmanente en un hacer cotidiano y abandonar una ciudadanía testimonial a la que periódicamente sólo le preguntan en las urnas por qué envoltura (léase vacuidad) quiere votar.

 

México no necesita una organización de independientes que lo primero que haga es cerrar aún más los canales de participación ciudadana. Necesita ciudadanos.

 

Es lamentable que la mayoría de la publicidad política hoy en día tenga por tema central denigrar la política y a los políticos. No sólo es suicida, porque quien así se expresa hace en el fondo política y es político, aunque lo niegue; sino que además es hipócrita porque se vende como su contrario.

 

Finalmente Pedro Ferriz nos anuncia una plataforma de Internet para que los “independientes puros” puedan actuar con sus simpatizantes. ¡Vive Dios! Castañeda, por su lado, como el Highlander, sostiene que sólo puede haber uno, reclamando para sí una especie de paternidad y derecho de apartado; Pedro, por el suyo, nos habla de “independiente puros”. ¿No es ya un poco demasiado?

 

¿Quién expedirá los certificados de pureza independiente? ¿Quién erigirá la guillotina de esta revolución de pacotilla?

 

Lo que nos propone Pedro Ferriz son Comités de Salvación Pública tipo Robespierre que extiendan certificados de independencia y que corten cabezas a los enemigos de Revolución de Independientes. Pedro Ferriz Torquemada y su Santa Inquisición de Independientes. ¡Pobre México!

 

@LUISFARIASM

@OpinionLSR