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El sur, tierra de nadie

Tierra de nadie, ancestralmente olvidada, la frontera sur no tiene un plan de desarrollo consolidado. | José Luis Castillejos

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Escrito en OPINIÓN el

Los que viven en el sur de México ya no saben si creer o ponerse a llorar. Sexenios van y vienen y aún no se consolida un real proyecto de desarrollo y dudan que en la administración de Andrés Manuel López Obrador haya un cambio profundo, una real transformación.

Tierra de nadie, ancestralmente olvidada, la frontera sur no tiene un plan de desarrollo consolidado. Los sectores industrial, agrícola, pesquero y ganadero carecen de impulso y a nadie le interesa volver los ojos hacia una zona de grandes riquezas naturales pero, paradójicamente, pobre.

Existe una leve esperanza de que algo cambie frente a los yerros de administraciones pasadas. Subsiste un atisbo de esperanza sobre el recién iniciado gobierno en Chiapas de Rutilio Escandón Cadenas y de AMLO. Pero hay un leve hilo que puede romperse hacia la desesperanza.

Asistí a una asamblea ejidal en La Barra de San José, un pueblo de pescadores asentado frente al Pacífico Mexicano, entre los municipios de Mazatán y Huixtla y los reclamos son los mismos que he escuchado desde hace un cuarto de siglo: faltan servicios de salud, impulso al desarrollo turístico, fomento de la pesca, créditos y capacitación productiva.

Durante horas y horas los pescadores y campesinos debaten qué hacer con el futuro inmediato pero debido a que carecen de apoyos y proyectos marchan a la deriva. Subsisten de la poca pesca, de la venta de comida en pequeños restaurantes y de los cultivos de marañón, ajonjolí, y algunos con un poco de ganado.

Es una zona donde se pueden detonar proyectos ecoturísticos pero nadie hace nada. Nadie los orienta y sólo en épocas electorales llegan los candidatos a buscar el voto de la comunidad donde viven poco menos de mil personas.

En ese lugar puede trabajarse en proyectos de reforestación del mangle a través de la cooperación de los gobiernos de Japón o Finlandia. Se puede utilizar la mano de obra local de los pescadores y pagarles sus jornales para la preservación de esa riqueza manglera, uno de los grandes productores de oxígeno no sólo en Chiapas sino en todo el Pacífico.

El sur aporta desde Chiapas una gran cantidad de energía eléctrica, petróleo desde sus campos en Reforma y madera cuya extracción está convirtiendo a este estado en un gran páramo. La Federación, sin embargo, poco retribuye. Los pueblos son tierra de nadie. O más bien es tierra de caciques políticos donde el tráfico de migrantes, estupefacientes y armas es moneda de cuño corriente.

Por esta región, limítrofe con Centroamérica empiezan a afianzarse las mafias, los operadores del dinero sucio. Ya hay “empresas” colombianas que prestan dinero a pequeños comerciantes a quienes luego presionan, intimidan, amenazan.

El crimen organizado que durante muchos años estuvo en el norte ya se trasladó al sur mexicano. También operan traficantes de migrantes y de drogas y hoy, principalmente ciudades como Tapachula, Ciudad Hidalgo, Frontera Comalapa y Comitán han perdido la antigua calma. Se rompió la paz provinciana pues grupos delincuenciales están en todo su apogeo ante la vista y paciencia de las nuevas autoridades.

A pesar de ser fronteriza, la zona sur no goza de una serie de beneficios para desarrollarse como son las tasas preferenciales de electricidad. Los ciudadanos que viven en esa región sienten ser de “quinta categoría” pues la modernidad no llega, faltan fuentes de empleo, crece la inseguridad y vivir bien es una utopía.

La política de seguridad de la Frontera Sur debiera fincarse en extender las oportunidades de salud, educación, empleo y abasto y una política migratoria justa, apegada a los derechos humanos. Eso hoy por hoy es letra muerta. De ahí la urgente necesidad de legislar sobre la materia para darle un mejor nivel de vida a quienes viven en la zona de frontera en los límites de Guatemala.

Políticas justas

Andrés Manuel López Obrador dijo en una gira proselitista por la calurosa ciudad de Tapachula que “es una vergüenza que por la corrupción que hay en el país, la gasolina sea más cara en México que en Guatemala, pese a que ese país no tiene petróleo”.

Urge implementar un proyecto integral que incluya al sureste. Ya es tiempo que el gobierno central de México voltee la mirada al sur donde se requieren cadenas de valor que permitan convertir la riqueza natural en riqueza social, impulsando empresas asociadas a la producción.

El sur necesita urgentemente de políticas justas y acciones que favorezcan la apertura de oportunidades para abatir el abandono de poblados, rancherías y comunidades por parte de ciudadanos mexicanos que buscan en otros lugares mejores niveles de vida.

Urge, además, alentar la integración armoniosa con Centroamérica, para la protección y el respeto a los derechos humanos de los migrantes, además de impulsar las actividades económicas de complementariedad.

Los trabajadores del campo, la agroindustria y el comercio merecen mejores salarios y condiciones de trabajo para beneficio de ellos y de sus patrones, pero lamentablemente eso aún no llega en esa apartada región geográfica donde se pagan elevadas tasas de electricidad a pesar de ser Chiapas uno de los estados aportadores de energía al país.

Es más barata la energía que se consume en Centroamérica a pesar que esos países compran a México. El ex senador Luis Armando Melgar ha venido denunciando no solo las altas tarifas sino la depredación ecológica de Chiapas, pero nadie hace caso.

En la frontera reclaman además el desarrollo integral de Puerto Madero o Puerto Chiapas, partiendo de que las economías más fuertes del mundo se fincan en el desarrollo de sus puertos y para ello se requiere impulsar el proyecto integral para el desarrollo urbano, económico y social de ese emporio.

La promesa de Andrés Manuel López Obrador llega en un momento en que pareciera que hay un vacío en la política sobre materia fronteriza. Los habitantes del sur esperan que no sólo sea promesa de campaña como ha ocurrido en otros sexenios y con otros gobiernos.

Hoy con las redes sociales, el sur está más cerca del centro y del norte, pero muy alejado de las decisiones políticas.

Esperemos que AMLO si cumpla su promesa y que se aleje ya, para siempre, la desgracia que ronda por Chiapas.

El sur también existe

@JLCastillejos | @OpinionLSR | @lasillarota