El pasado martes 19 de septiembre se conmemoraban 32 años de un sismo que cobró centenas de vida de mexicanos, irónicamente el mismo día, otro sismo de gran magnitud sacudió a México dejando estados y una ciudad en ruinas.
En medio de la incertidumbre y la desesperación, los jóvenes nos recordaron que los mexicanos no se rinden, al contrario, se hacen más fuertes. Ellos se organizaron y cambiaron la situación de desastre por un panorama alentador; ejemplo de ello fue Ciudad Universitaria, punto de reunión para miles donde se siguen formando brigadas de apoyo.
Si bien la movilización comenzó en las calles, continuó en las redes sociales que han fungido como herramienta principal para solicitar ayuda y ofrecerla. Los primeros días podría parecer que la información estaba desbordaba en las plataformas, sin embargo, poco a poco se ha organizado y han buscado formas de hacer las cosas efectivas. De esa forma los víveres, las muestras de unión y los recursos materiales necesarios han sido distribuidos a lo largo del país.
El miedo también ha hecho de las suyas y ha afectado a la sociedad. Algunas personas se han empeñado en compartir rumores como la posibilidad de un sismo mucho más grande del vivido, sin embargo es bueno resaltar que se han buscado formas de informar y calmar a la gente así como de prevenirlas.
Lo sucedido ha dejado impactada a la sociedad y al mismo tiempo ha reconstruido y resignificado al mexicano como un ser humano solidario, trabajador y sobre todo un ser que tiene como prioridad a su patria. No sólo se trata de la Ciudad de México, se trata de todo un país unido por levantarse, ser mejores y hacer las cosas bien.
El apoyo se ha presentado de diversas formas: creación de centros de acopio, refugios, personas que han salido a las calles con palas, picos y cascos para salvar vidas, aquellos que han brindado apoyo psicológico, comida a los rescatistas y a los damnificados, entre otras. Todas estas formas son válidas y han hecho que México tenga la esperanza de un mejor mañana.
No hay que olvidar recalcar el apoyo por parte de otros países como Japón, España, Honduras, Panamá, Colombia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Venezuela y Turquía que también han mandado socorristas; además de ayuda humanitaria que ha jugado un papel primordial en la labor de rescate junto a Protección Civil.
A nivel internacional, diversos medios han recalcado la valentía y apoyo de los mexicanos así como la hermandad que se vive, esto por medio de imágenes y videos que conmueven y erizan la piel. Símbolos como el puño levantado para hacer silencio no solo representa eso, también representa anhelo por un nuevo mañana. México ante los ojos del mundo es luchador incansable.
La ayuda sigue fluyendo ya que reconstruir México es tarea larga y ardua, pero ahora será una nación unida, fuerte y solidaria. De hoy en adelante nuestro país es un lugar donde los desconocidos se vuelven hermanos, donde las adversidades son motivo y motor para unirse y ser fuertes, es el país de los soñadores y los héroes. Conservar en la memoria histórica este acontecimiento servirá para futuras batallas.