Los precios de garantía son distorsionantes de los mercados. Se ha escrito mucho sobre el tema. No obstante, lo que pocos saben es que el esquema de precios que actualmente rige en México para los principales granos básicos también es distorsionante.
La diferencia entre uno y otro es que el gobierno no opera como comprador de última instancia, sino que incentiva a los jugadores del mercado a establecer contratos a un precio determinado (llamado ingreso objetivo), y si éste es menor al que resulta en el mercado, en el momento de hacer efectivos los contratos, el gobierno paga la diferencia que, dependiendo de la brecha que se dé, combinado con los niveles de las cosechas, podría ser de magnitudes insospechadas.
Implementar los precios de garantía
Se ha querido enviar la señal de que implementar los precios de garantía puede resultar sumamente costoso para los contribuyentes, y presionaría las finanzas públicas. Sin embargo, el esquema que opera actualmente también lo es. Éste ha requerido de una suma importante de recursos anualmente. En nuestro artículo de (TLC: La trampa agrícola) comentábamos que se ha llegado a destinar en un año malo (de precios bajos) hasta 16 mil millones de pesos en apoyos directos.
Si se desea mantener una política de producción que incentive la producción doméstica, no va a ser gratis. Ya nos cuesta hoy mucho, y a lo mejor nos va a costar un poco más si operamos un esquema de precios garantizados. Pero hay una solución que podría resultar más barata, accesible y menos distorsionante: los seguros al ingreso garantizado.
Desde 1996 el gobierno de los Estados Unidos piloteó una herramienta de gestión de riesgos conocida como Seguro de Protección al Ingreso (Revenue Protection Crop Insurance o RP, por sus siglas en inglés). Los resultados han sido tan positivos que podrían calificarse de exitosos.
Este esquema garantiza un cierto nivel de ingresos en lugar de sólo la producción. Es decir, protege de los descensos tanto en los precios como en los rendimientos. Para su cálculo se determinan, antes del inicio de la cosecha: un rendimiento individualizado, un precio proyectado, un nivel de cobertura y, cerca de la fecha de la cosecha: el precio y los rendimientos finales, a partir de los cuales se estimarán los potenciales siniestros, tal como se explica más adelante.
Herramienta de política pública exitosa
En febrero de 2017, Robert Johanssen Economista en Jefe del USDA, durante el discurso inaugural del Agricultural Outlook (evento que se realiza cada año en Washington, D.C.) hizo referencia a esta importante herramienta de política pública como la más exitosa para sortear el episodio de precios bajos que había estado teniendo el mercado norteamericano en los granos, principalmente el maíz. Su popularidad es tal que hoy representa cerca del 70% de las primas emitidas, protegiendo poco más de 121 millones de hectáreas. La alusión a este mecanismo de protección volvió a repetirla en el evento celebrado en febrero de 2018.
El seguro de cobertura al ingreso agrícola protege de los efectos combinados entre rendimiento y el riesgo de precios. Es una herramienta valiosa para reducir la variabilidad de los ingresos de un año a otro. El productor puede optar por diferentes niveles de cobertura y modalidades, permitiéndole diseñar la mejor opción para proteger sus ingresos.
En el caso de México tendría la ventaja de ofrecer en un solo instrumento lo que hoy se ofrece de manera separada (por un lado, apoyos al seguro tradicional y, por otro, las coberturas de precios, lo cual es costoso operativamente y absorbe una parte importante del presupuesto de apoyos a la comercialización). De optarse por un solo programa que sintetizara lo mejor de cada uno, como lo hace el seguro al ingreso, se lograrían sinergias importantes.
Ventajas
Además, este esquema ofrece ventajas respecto de los actuales instrumentos de política pública:
- Provee la confianza a los productores para realizar agricultura por contrato al asegurar un ingreso.
- Protege a consumidores pecuarios que requieran certeza en el costo de los granos, ya sea para uso forrajero, industrial o final.
- Los pagos de indemnización son más cercanos al comportamiento de los mercados.
- Es un mejor colateral en créditos.
- Los pagos, en condiciones adversas del mercado, son más altos que el seguro tradicional.
- Los pagos reconocen rendimientos individualizados y no rendimientos regionales promedio, como sucede en el caso del seguro tradicional.
- Pueden acceder los pequeños productores (el seguro, a diferencia de las coberturas, es divisible).
- Es un seguro puro. No requiere de la compra de coberturas. Esto evitaría que como país distorsionemos más el mercado, pues actualmente ASERCA comprar coberturas (subsidiadas) en el mercado de Chicago.
- El seguro de ingreso es más barato que el costo de la suma de los subsidios que hoy se otorgan al seguro, a la producción y a las coberturas de manera separada.
- ...y muy importante: el seguro al ingreso tiene ya un historial de 30 años. El costo de su desarrollo ya fue pagado por los Estados Unidos y sólo se incurriría en el costo de su adaptación a México.
